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Elecciones en tiempos de Covid-19: El riesgo es el ausentismo y el reto la bioseguridad

Medidas de seguridad para evitar un contagio masivo, un conteo sin aglomeraciones pero que garantice la transparencia y mantener los altos porcentajes de participación, son parte de los retos que tendrán las elecciones nacionales durante la pandemia. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) analiza la situación para asumir los criterios necesarios.

De acuerdo a la experiencia de otros países se puede anticipar que uno de los mayores riesgos es el ausentismo.

“La norma electoral no prevé situaciones de esta naturaleza para los comicios. Las elecciones deberían darse en un ambiente normal y de paz social. Pero debe ser el TSE, como administrador del proceso, el que establezca las directrices a tomarse mediante una reglamentación, sea cual sea la curva de contagio”, manifestó el analista y experto en derecho electoral, Paúl Coca.

El 30 de abril, la presidenta de la Asamblea Legislativa, Eva Copa, promulgó la Ley de Postergación de las Elecciones 2020, que dispone un máximo de 90 días para la realización de los comicios, a partir del 3 de mayo. Si bien la norma está en manos del Tribunal Constitucional, en algún momento tendrá que haber elecciones.

“Cuando el TSE regrese al trabajo presencial va a concluir con algunas actividades que ya está llevando adelante. Por un lado hay un trabajo sobre el presupuesto adicional que se requerirá para incorporar elementos de seguridad de salud pública y por otro están las medidas mismas”, manifestó el presidente del TSE, Salvador Romero.

Los desafíos

Si bien las elecciones nacionales bolivianas son un reto por la anulación de los comicios anteriores y por el ambiente de conflicto, hoy se han complicado más por el Covid-19. El Órgano Electoral Plurinacional (OEP) tiene en sus manos la tarea no solo de garantizar la fiabilidad de los comicios, sino de tomar medidas extraordinarias para evitar una crisis sanitaria.

“La decisión de posponer una elección suspende los derechos políticos y, como tal, socava el contrato social entre un gobierno y sus ciudadanos. En esencia, tanto proceder con las elecciones mientras la pandemia no está contenida como posponerlas, conlleva riesgos para los tomadores de decisiones. Si bien esta última puede ser la opción más factible y responsable desde la perspectiva de la salud pública, puede originar otros riesgos a la democracia”, señala un artículo del Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA), elaborado por la experta en comunicaciones estratégicas y elecciones Ingrid Bicu y el responsable de servicio técnico Peter Wolf.

Entre el 21 de febrero y el 30 de abril, 52 países decisidieron postergar sus elecciones. Otros 20 llevaron adelante sus procesos democráticos con diferentes medidas y resultados que no solo afectaron al ámbito de la salud sino de la legitimidad de la votación. Esto puede ocurrir sobretodo en países donde el sufragio es presencial y excluye a ciertos sectores restringidos por la emergencia sanitaria.

“Bolivia no contempla en su legislación electoral otra modalidad de votación que no sea en los recintos electorales que están asignados. No se toma en cuenta la posibilidad de votación dentro de centros hospitalarios, por ejemplo”, explicó Romero.

Uno de los ejemplos con buenos resultados es el de Corea del Sur donde las elecciones tuvieron una presencia histórica. El proceso contó con horarios diferenciados para quienes estaban en cuarentena y la posibilidad de emitir votos postales y electrónicos para los contagiados. Para todos se impuso el uso de mascarillas, desinfectantes y la distancia de metro y medio -como mínimo- entre las personas.

En Bolivia hay alrededor de seis millones de votantes que se concentrarán en diferentes recintos. Por tanto, contar con todas las medidas de limpieza y evitar la aglomeración será una tarea primordial.

“Esto debe reflejarse en un reglamento aprobado en sala plena donde se establezca desde la distancia que debe haber entre cada persona, y como implementarla, hasta el material de bioseguridad y desinfección que será necesario para los centros de votación y otros espacios que se usen para el proceso”, indicó Coca.

Esto requerirá de ajustes administrativos y presupuestarios, ya que los insumos, al igual que las papeletas y todo el material electoral, deben contar con todo el trámite de adquisición.
La ley fue promulgada aunque la Presidenta la observó.

Los jurados y la transparencia

“Además del presupuesto, estamos trabajando en el análisis de cuáles son las medidas que se deberán adoptar no solo en la jornada de votación -que es la que concentra mucho interés- sino, en las actividades de todo el proceso electoral, como -por ejemplo- la capacitación de los jurados”, advirtió Romero.

En la última elección, el TSE sorteó un total de 207.330 jurados electorales. Del total, 198.288 personas estarían en las mesas distribuidas en todo el territorio nacional y 9.042 en los 33 países donde había votantes bolivianos habilitados.

La apertura de una mesa puede hacerse con un mínimo de tres jurados, pero debe sortearse la totalidad de titulares y suplentes. Aún no se tomaron decisiones sobre cómo será el proceso de capacitación ni qué pasará si hay resistencia de la población para asumir la responsabilidad.

“El día de la votación hay tres tipos de personas que están en los recintos además de los votantes. Los jurados electorales, los delegados de los partidos políticos y los observadores (todos para garantizar la transparencia). Se debe garantizar las medidas de seguridad para ellos y los votantes. Hay que tomar en cuenta que los delegados responden a los partidos políticos y ellos también son responsables de estos participantes”, advirtió Coca.

El analista añadió que otro de los momentos importantes que debe ser tomado con especial interés es el conteo de votos. Si bien una de las medidas de prevención es la de evitar la concentración de personas, el recuento es público por ley. El reto estará en tratar de evitar la aglomeración sin tener que limitar el acceso al evento para poder darle legitimidad.

“En las últimas décadas se disminuyó el abstencionismo, pero hay que tomar en cuenta que Bolivia es uno de los países donde el voto es obligatorio, el que no sufraga tiene una multa y la restricción de hacer operaciones bancarias y otro tipo de trámites”, indicó el analista Paúl Coca.

Desde 1993 el índice de ausentismo bajó del 28% hasta el 5,5% en 2009, año de mayor participación electoral. En las elecciones regionales de 2010 la abstención fue del 13% mientras que para las nacionales de 2014 alcanzó un 12%.

Pero la situación actual es diferente a la de las anteriores elecciones, donde la misma la ciudadanía impulsaba la participación masiva. Ahora se advierte temor a contagiarse.

“No iré a votar”, “si antes no quería ser jurado ahora menos”, “habrá mucha gente, tendría miedo a contagiarme”. Son algunas reacciones que la población vierte en las redes sociales en torno al tema.

“El tribunal supremo electoral va a adoptar las máximas medidas posibles de seguridad en materia de salud para que Bolivia mantenga -en la medida de lo posible- la alta tasa de participación que la caracteriza históricamente”, dijo el presidente del Tribunal Supremo Electoral, Salvador Romero.

Aunque los países que decidieron suspender sus procesos electorales son más que los que decidieron llevarlos adelante, los resultados de estos últimos ya advierten de cómo el control de los contagios puede influir en el nivel de participación de los electores.

El 15 de abril, Corea del Sur -uno de los primeros países en controlar el brote con un sistema de pruebas masivas- asistió a las urnas para elegir a los 300 parlamentarios de la Asamblea Nacional. Tras una campaña que se caracterizó por tomar el escenario virtual, la votación contó con una participación del 65,1%, la más alta dentro de su historia democrática.

Si bien esa fue una experiencia positiva, en países como Francia o Irán la asistencia cayó en un 20%. En Francia la primera vuelta de las elecciones regionales se realizó el 15 de marzo, un día después que el Gobierno determinara el cierre de empresas, restaurantes, cines y escenarios deportivos.

“Los mejor que se puede hacer es empezar una fuerte campaña de concientización en la ciudadanía de que se puede ir a votar, pero también hay que generar las condiciones. Lo ideal sería que fuera cuando los picos de contagio estén al mínimo”, sostuvo Coca.

Medidas en el mundo

  • Guinea El 22 de marzo  realzó sus elecciones legislativas. Hubo una participación muy baja y se tuvo que suspender la votación en 25 países. Hubo hechos de violencia.
  •  EEUU El voto por correo fue predominante en las elecciones subnacionales   en el estado de Wisconsin, en Maryland y Ohio. Las mesas para el voto presencial se redujeron a una por condado.
  • Israel En sus elecciones nacionales del 4 de marzo se instalaron mesas electorales separadas con  láminas de plástico. Funcionarios con ropa protectora tendieron a  votantes aislados.
  • Austria Las elecciones locales en Vorarlberg y Estiria fueron canceladas indefinidamente por la “Ley Covid-19”. Esta medida no está en la Constitución de ese país.
  • Francia Para el día de las elecciones se pidió a los funcionarios electorales usar máscaras y guantes, los votantes debían llevar sus propios bolígrafos y se dispuso de alcohol.
  • Corea del sur Se  permitió votar a más de 13.000 personas que estaban en cuarentena en  un horario especial  y 2.800 infectados enviaron su voto por correo postal o utilizando cabinas especiales.
  • Alemania Baviera celebró la primera ronda de elecciones locales ofreciendo votación en persona en los colegios y la votación por correo, esta ultima fue la que se usó en la segunda vuelta.

Página Siete

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