
Siles, envuelto en escándalo de “sicariato judicial”, deja el Ministerio de Justicia acorralado por audios y conexiones oscuras
El exministro de Justicia es vinculado a una red de manipulación judicial junto a operadores cercanos al evismo; un audio filtrado revela una posible conspiración para destituir a una magistrada del Tribunal Supremo
La renuncia de César Siles al Ministerio de Justicia ha dejado de ser una simple salida del gabinete para convertirse en el símbolo de la podredumbre institucional que se ha enquistado en el sistema judicial boliviano. Un audio filtrado donde se lo escucha orquestando la caída de la magistrada Fanny Coaquira Rodríguez destapó el funcionamiento de una estructura que recuerda los peores momentos del denominado “sicariato judicial”.

En el registro se lo oye dialogar con el juez de Coroico, Fernando Lea Plaza, sobre cómo estructurar el fallo para remover a Coaquira, supuestamente con el apoyo del Tribunal Constitucional, donde domina una mayoría prorrogada. La operación habría contado con la participación de Claudia Castro, vocal del TDJ de La Paz, y Antonio La Fuente, acusado de múltiples actos de extorsión y de operar como pieza clave en procesos promovidos por el evismo.
Según la investigación difundida en el streaming Último Momento de Amalia Pando, La Fuente fue el denunciante principal contra Coaquira y es recordado por haberse hecho pasar en 2009 como asesor de Edmundo Novillo para extorsionar a altos mandos militares, además de haber fungido como testigo en el proceso judicial contra Jeanine Áñez, Camacho y Pumari en el caso “Golpe II”. Su presencia en este nuevo caso levanta alertas sobre su persistente rol como operador político disfrazado de denunciante.
La vocal Claudia Castro, por su parte, habría sido designada para redactar el fallo contra la magistrada, en lo que parece una clara maniobra para instrumentalizar la justicia desde dentro. Castro también es recordada por viabilizar procesos contra opositores, mientras cerraba filas en defensa del MAS y su líder histórico.
En un intento por controlar daños, salió a defender a Siles nada menos que su antecesor, Iván Lima, hoy jefe de campaña del partido Morena. Desde la Red Uno, dijo que “César es un hombre correcto” y que tomó la decisión adecuada al renunciar para defenderse como ciudadano. Pero el intento de Lima por despegarlo del escándalo solo reaviva las sospechas de que la estructura judicial responde a intereses políticos, no a la legalidad.
Siles había sido promovido como Procurador General antes de asumir como ministro tras la salida de Lima, presionado por la marcha que encabezó Evo Morales en septiembre de 2023. Ahora, su caída arrastra al Gobierno a una nueva crisis, revelando un sistema manipulado, sometido y dirigido por consorcios de poder que operan con impunidad.
Este caso no solo deja en evidencia la fragilidad del Órgano Judicial, sino también el profundo deterioro del Estado de derecho en Bolivia, donde la justicia parece estar al servicio de estrategias políticas más que del pueblo.