Llallagua enfrenta una crisis de agua tras el fin de los bloqueos y la violencia

La ciudad aún vive la tensión por las muertes y las consecuencias de los enfrentamientos

Aunque las rutas hacia Sucre y Oruro ya fueron habilitadas y los bloqueos cesaron luego de varios días de violencia, el municipio de Llallagua aún no logra recuperar la normalidad. El ambiente permanece tenso y silencioso, como si la ciudad entera guardara un luto colectivo por la muerte de tres policías y un adolescente, que recientemente consternó a sus habitantes.

Prensa Libre

Las actividades se restablecen de forma paulatina: los negocios abren a medias y las clases aún no retornan completamente. Sin embargo, el mayor impacto no ha sido en el tránsito ni en el comercio, sino en un servicio vital: el agua. Las explosiones ocurridas durante los enfrentamientos dañaron gravemente las cañerías que abastecen a la comunidad, generando una crisis humanitaria por la escasez de agua potable.

Vecinas y vecinos deben usar cubetas para trasladar el líquido y preparar los alimentos, mientras algunas familias suspendieron el lavado de ropa por la falta del recurso. En Llallagua, que vivió jornadas de zozobra con enfrentamientos y pérdidas humanas, ahora se enfrenta a una “posguerra” silenciosa, donde el acceso al agua se convierte en un lujo y los camiones cisterna no son suficientes para cubrir la demanda.