
Evo Morales anuncia una semana «decisiva» en su lucha por la candidatura presidencial
- El expresidente insiste en que su batalla es contra el «imperio» y defiende las protestas como una respuesta a su inhabilitación política, mientras el conflicto se concentra en el Chapare.
El expresidente Evo Morales calificó la próxima semana como «decisiva» para el futuro de Bolivia, en medio de las movilizaciones que lidera para revertir su inhabilitación como candidato presidencial. Durante su programa radial este domingo, Morales enfatizó que este momento «juega pueblo versus imperio», en alusión a lo que considera una estrategia orquestada por Estados Unidos y sectores internos para marginarlo de la contienda electoral.

«Esta semana es decisiva, un mensaje para la historia y las futuras generaciones», declaró Morales, vinculando su lucha no solo a su aspiración política, sino también a la defensa de la democracia, la economía familiar y «los recursos naturales». Agradeció el apoyo de sectores que, según él, se han levantado para «defender Bolivia y el futuro de los jóvenes».
Las protestas, iniciadas el pasado lunes con bloqueos y el intento de cercar La Paz —medidas que Morales llamó «la batalla final»—, han perdido fuerza en los últimos días. La intervención de fuerzas militares y policiales en Cochabamba permitió despejar puntos estratégicos, reduciendo la presión en el eje troncal. Sin embargo, el conflicto se mantiene activo en el Chapare, donde las bases leales al exmandatario enfrentan escasez de combustible, alimentos y servicios financieros, además de la retirada de efectivos policiales.
Morales aseguró sentirse «autoconfinado» en esa región para evitar su detención, mientras varios de sus operadores sindicales, como Edwin Mamani y Ponciano Santos, fueron enviados a prisión preventiva. A esto se suma la denuncia por terrorismo y otros delitos que el gobierno de Luis Arce presentó en su contra ante la Fiscalía de Sucre.
Obstáculos legales y políticos
La inhabilitación de Morales, respaldada por fallos constitucionales, se ve agravada por la pérdida de personería jurídica de organizaciones aliadas y la falta de una sigla que respalde su postulación. Pese a ello, el exmandatario insiste en que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) debe aceptar su inscripción, acusando a la entidad de ser parte de un «plan negro» en su contra.
Mientras el gobierno y las instituciones judiciales mantienen su postura, el escenario se complica para Morales, cuyo margen de acción se reduce tanto en las calles como en los tribunales. La próxima semana podría definir si su estrategia de presión social logra revertir su exclusión electoral o si, por el contrario, marca el declive de su influencia política inmediata.