Armin Lluta Chuquimia, presidente de la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca) de los Yungas, sucedió en el cargo a Franclin Gutiérrez, luego de ser elegido por aclamación por la mayoría de los socios de la institución cocalera el 14 de diciembre de 2020. En ese momento, el dirigente no solo tomó las riendas de la organización cocalera, sino también heredó la persecución política y judicial que pesaba contra su antecesor, quien estuvo recluido más de un año durante el gobierno de Evo Morales.
Armin es un productor tradicional de la hoja de coca que hizo su vida en la comunidad de Nogalani, Coripata, en la provincia Sud Yungas. Sus padres -Máximo Lluta y Primitiva Chuquimia- estuvieron con él en todo momento expresándole su respaldo incondicional.
Estudió en la escuela de su comunidad, Padre Elizardo Pérez, ahí también hizo la secundaria. Estuvo tres años en la Universidad Salesiana de Bolivia, en la carrera de ciencias de la educación, pero tuvo que dejar los estudios para atender los problemas de salud de su madre.
Armin Lluta se casó con Sonia Ortiz Pinto, con quien tuvo un hijo, que ahora tiene 13 años; la pareja espera un segundo hijo para diciembre de este año.
Lluta recordó que tuvo que consultar con Sonia, su esposa, para cumplir su sueño de ser un líder sindical. Una vez que recibió el visto bueno, se comprometió a no traicionar los compromisos que asumió con su comunidad y su regional, Coripata, donde empezó como dirigente comunal. Para entonces comenzó a agudizarse el conflicto entre Adepcoca y el gobierno del MAS.
Desde que Evo Morales promulgó en 2017 la Ley de la Coca, la relación con los cocaleros de los Yungas se fue deteriorando. Adepcoca encabezó las protestas contra el gobierno del MAS en La Paz debido a su rechazo a dicha ley que permite la producción de coca excedentaria en zonas no tradicionales y en el trópico de Cochabamba, donde Morales es dirigente.
El conflicto escaló al extremo que hubo enfrentamientos entre cocaleros y policías, con el saldo de muertos y heridos, en ambos lados. Entonces, el gobierno de Morales decidió procesar a Franclin Gutiérrez, máximo dirigente de Adepcoca, en agosto de 2018. Se le acusó de una supuesta emboscada a efectivos del orden en La Asunta, que dejó un policía fallecido. Gutiérrez estuvo preso más de un año por un proceso con varias irregulares.
A partir de ese año, algunos cocaleros afines al Movimiento Al Socialismo (MAS), encabezados por Elena Flores, conformaron una dirigencia paralela e intentaron en varias oportunidades tomar el control de Adepcoca, con respaldo del Gobierno, pero sin éxito.
Armin Lluta conoció esa dura realidad de la dirigencia de Adepcoca, que no solo tenía que lidiar con la arremetida del Gobierno y sus militantes, sino también debía enfrentar procesos en la vía judicial por casos armados, según refieren los mismos cocaleros. En ese contexto, Lluta asumió la presidencia de Adepcoca en diciembre de 2020.
“Mi sueño siempre fue ser líder, en lo personal mi sueño me empujó a eso, porque vi que hay muchos atropellos y abusos del Gobierno. Pensé que desde este cargo se podría denunciar y frenar todos esos abusos y también solucionar la problemática de la producción y comercialización de la hoja de coca”, dijo Lluta a Página Siete.
Recordó que antes de asumir el cargo tuvo que tomar esa decisión junto a su familia y los miembros de su comunidad. Luego obtuvo el respaldo mayoritario de la regional Coripata y posteriormente fue electo como presidente por la mayoría de los socios de Adepcoca.
Lluta remarcó que tiene mucho conocimiento sobre la comercialización de hoja de coca, los convenios internacionales, la Ley 1008 (del Régimen de la Coca y Sustancias Controladas), la 906 (Ley General de la Coca). Añadió que dio seminarios en todas las regionales, de esa forma se hizo conocer y se fortaleció su liderazgo, motivo por el cual los socios depositaron su confianza en él.
Reconoció que la realidad dirigencial en Adepcoca es complicada a raíz del conflicto con el Gobierno, sumado a ello, tiene la preocupación por su segundo hijo que viene en camino.
“Es un poco complicado, cuando eres líder, el Gobierno te persigue. Obviamente no es lo mismo esperar a mi hijo o hija de esta manera, sueño que sea una mujercita, aún no he pensado en un nombre”, contó Lluta.
Mencionó que esa realidad conlleva una gran preocupación, porque por un lado espera que su hijo pueda nacer con buena salud y, por otra parte, el conflicto cocalero persiste.
“Es un conflicto que afecta en el sentido psicológico y a mi propia salud, pero tengo el valor para poder encaminar estos problemas. Sabía que estos conflictos se iban a venir, aún así, han confiado en mí los socios y no debo defraudarlos, ni mi comunidad ni a mi regional Coripata”, aseguró.
Ese es el peso que heredó el joven dirigente de 37 años. Pero no solo eso, sino que también debe enfrentar tres procesos penales abiertos en su contra en estos meses. Ya fue citado varias veces por la Fiscalía.
Relató que le iniciaron tres causas: una es por una supuesta desobediencia a un amparo constitucional, donde no figura como denunciado, pero cursa el caso a denuncia de Elena Flores. El segundo caso es por la muerte de un policía durante los enfrentamientos en el municipio yungueño de Coripata, el pasado 3 de julio.
La tercera causa es por supuesta falsedad material: la Fiscalía lo sindica de haber empleado un título profesional falso de licenciado para trabajar como catedrático en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
“Nunca me postulé para catedrático en la UMSA, tampoco estudié ahí. Luego que dejé mis estudios en la Universidad Salesiana, me fui a trabajar a mi comunidad, de allí seguí como dirigente de mi comunidad, ahora de Adepcoca, pero nunca postulé a ningún cargo en la UMSA”, reafirmó.
Lluta afrontará una nueva audiencia cautelar esta semana, en la que podrían dictar su detención preventiva, “para descabezar la institución”. Armin es consciente del riesgo, pero mantiene la fortaleza y el compromiso que tiene con Adepcoca.
“Voy a mantenerme firme por el mandato que me dio la asamblea. No puedo traicionar a los compañeros, a pesar de que ya soy un perseguido político. Armin Lluta va a defender a sus socios, a los productores de coca y a esta propiedad privada que tenemos, sin traicionar la promesa que le hice a mis padres y a mi comunidad”, remarcó.
Como representante del sector, el dirigente es consciente que los problemas que afronta también repercuten en su familia, pero asegura que tiene una esposa que lo apoya permanentemente, no solo ahora, sino desde cuando era dirigente comunal y vivían la misma problemática entre cocaleros de los Yungas y el gobierno.
Su esposa es licenciada en pedagogía, egresada de la Universidad de Carmen Pampa, pero no ejerce debido al conflicto permanente que vive Adepcoca con el Gobierno. Y sobre todo por la persecución política en contra de su familia.
“Vimos que por la situación política, porque yo soy dirigente (eso afectó a mi familia). Ella ha presentado varias veces su currículum, pero como los del Gobierno saben que es mi esposa, lamentablemente no le permiten que participe, que trabaje, por eso se dedica a la agricultura. Pero ahora sigue estudiando, quiere ser mecánica, ella siempre fue apta para el estudio, no quiere perder el desafío que ella misma se ha propuesto”, indicó.
El dirigente dijo que ya habló con su familia sobre si por algún caso lo encarcelan, tal como pide la Fiscalía, entonces asumirá con responsabilidad esa situación; pero anticipó que no se acallará a los cocaleros de los Yungas.
“Mi familia tiene que entender y comprender que posiblemente ese es el camino de un líder, puede suceder. Pero el pueblo de los Yungas no se va a callar, continuará su lucha y sé que no me dejarán solo”, finalizó.
La semana que empieza, Armín Lluta enfrentará una nueva audiencia, en la que podría quedar detenido. Él es consciente de todo eso, pero ve con optimismo el panorama y tiene la esperanza de que estará libre y verá nacer a su segundo hijo.
División y disputas entre cocaleros del MAS
Riesgo El presidente de Adepcoca, Armin Lluta, enfrenta tres procesos en su contra, abiertos por los cocaleros alineados al MAS. Esta semana debe presentarse ante una nueva audiencia cautelar con el riesgo de ser encarcelado.
Pugna Esta semana también debe definirse la legalidad o no de las elecciones internas que realizó el sector afín al MAS, el pasado sábado, cuando se registraron agresiones, toma de rehenes y quema de ánforas. El Ministerio de Gobierno avaló a uno de los candidatos como ganador, hecho rechazado por otros cocaleros.
“Mi sueño siempre fue ser líder, vi que hay muchos atropellos y abusos del Gobierno. Pensé que desde este cargo se podría frenar esos abusos”.
Armin Lluta Chuquimia
“Mi familia tiene que entender, puede suceder (que sea encarcelado). Pero los Yungas no se va a callar y sé que no me dejarán solo”.
Armin Lluta Chuquimia
Pagina Siete.