Ola de robos violentos y a mano armada golpea a La Paz y El Alto

Un ola de robos violentos, y en algunos casos armados, golpea a los habitantes de La Paz y El Alto, poniendo en evidencia el problema de la seguridad ciudadana. Según datos de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), en lo que va del año (menos de dos meses) se atendió medio centenar de robos agravados en ambas urbes.

Las víctimas afirman que los casos son muchos más, pero que por lo general no se los denuncia. Solicitan que se refuercen las tareas de prevención.

Prensa Libre

El presidente el Comité Cívico de El Alto, Gregorio Gómez, afirmó que hay un escalada de violencia que se extiende por distintas zonas de la joven urbe. Sostiene que antes era peligrosos salir de noche, pero que hoy los delincuentes actúan a plena luz del día y armados.

“Deben actuar los tres niveles del Estado pero ni el municipal, ni el departamental ni el central nos dan respuesta”, indicó.

Desde La Paz, el alcalde Iván Arias solicitó al Ministerio de Gobierno, por quinta vez, una reunión para coordinar un plan que frene la delincuencia. Afirmó que es necesario realizar una cumbre junto con la urbe alteña.

“Como Gobierno aseveramos que vamos a ser implacables con todos aquellos que intenten interrumpir la tranquilidad de los bolivianos”, dijo el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, durante la presentación de dos personas extranjeras detenidas por un robo agravado en la zona Sur paceña la semana pasada.

En 8% de casos usaron armas

El 9 de febrero pasado, Edwin S.R., propietario de una casa de cambios, transitaba por Sopocachi hacia su domicilio. Llevaba 40.000 dólares y usaba una ruta alternativa, por seguridad. Pero esta vez no fue suficiente.

El vehículo en el que se trasladaba fue interceptado por otro coche blanco, tipo vagoneta. Del motorizado descendieron cuatro personas armadas, lo abordaron para golpearlo, arrebatarle el dinero y darse a la fuga.

Por este hecho, siete personas fueron aprehendidas y al menos cuatro tenían antecedentes, es decir que eran reincidentes. El motorizado que utilizaron fue robado en El Alto el 21 de enero.

Éste es sólo un caso del medio centenar de los registrados por la Felcc en distintas modalidades. Algunos se dieron en domicilios, otros a transeúntes en la calle o con vehículos. Del total, un 67% de los hechos fueron esclarecidos, mientras que el resto aún está en investigación.

De acuerdo al testimonio de las víctimas y las pesquisas, en el 8% de los casos hubo uso de armas de fuego u objetos que aparentaban serlo. En el resto se utilizaron objetos contundentes, elementos constrictores (cuerdas) y armas punzocortantes.

El 9 de enero, en la calle 2 de la Ceja de El Alto, el voceador Óscar Z. vio cómo un grupo de personas intentaba “cogotear” a una mujer para robarle su cartera. Sin pensarlo, salió en su defensa y no se percató que los delincuentes portaban un arma de fuego. Le dispararon en la pierna y le dejaron una herida que hasta el momento requirió dos intervenciones quirúrgicas.

Semanas después, tres de sus victimarios fueron aprehendidos mientras operaban en la Ceja. Su prontuario era amplio y sólo en los últimos dos meses ya habían sido denunciados por otros dos robos armados.

Apenas habían pasado unos días de la captura, cuando el 29 de enero, un grupo de delincuentes, armados de cuchillos y pistolas, recorrió el centro de El Alto dejando heridos y asaltados a su paso. Todo ocurrió a plena luz del día, ante la vista de cientos de transeúntes. Los videos tomados en decenas de teléfonos móviles inundaron las redes y causaron asombro.

La alerta llegó a la Felcc a las 5:30, en la mañana. Fue la esposa de un chofer de minibus la que se acercó a las oficinas policiales para denunciar a un grupo de antisociales que estaban asaltando a los choferes y pasajeros. Un par de efectivos se trasladó hasta el lugar para aprehender a estas personas.

Al llegar trataron de reducir a cuatro de los siete delincuentes, pero uno de ellos sacó un arma de fuego y disparó contra los policías y el chofer que pidió el auxilio. En este caso se logró detener a ocho personas. Grande fue la sorpresa al ver que el grupo ya había sido detenido meses antes y que, se suponía, se encontraban bajo detención domiciliaria, por orden de un juez que les aceptó como garantías varias direcciones falsas.

Asaltos cada vez más violentos

El lunes pasado, William G.F. fue asaltado y asesinado con siete puñaladas en la Pasarela del Arquitecto en la Ceja de El Alto. El joven, de 22 años, había salido de su domicilio muy temprano para concretar la venta de una chamarra que hizo por internet.

El pasado 7 de febrero, por redes y medios de comunicación se divulgó el video del asalto y asesinato de a Adolfo A., de 21 años de edad. En las imágenes se ve cómo al pasar por la zona Germán Busch de El Alto, el muchacho es interceptado por tres personas, quienes -para sustraerle sus pertenencias- lo golpean y lo atacan brutalmente con un objeto punzocortante.

Éste es uno de los casos registrados y esclarecidos. Se logró capturar a los tres victimarios que también contaban con antecedentes penales. Pero no todas las víctimas logran justicia.

Una encuesta de Ciesmori revela que ocho de cada 10 personas que viven en el eje troncal del país consideran que la seguridad ciudadana es un problema muy importante que afecta a todo el país. Los datos publicados en 2021 señalan que el 26% de los consultados fueron víctimas de agresiones y robos en los últimos 12 meses, pero sólo el 31% de ellos hizo la denuncia ante las autoridades correspondientes. El 68% no la realizó.

Hace un mes, Leticia L. retornaba a su hogar en la zona 16 de Julio de El Alto. Ya casi en su puerta escuchó el sonido de un auto y con el rabillo del ojo vio una sombra que se acercaba a ella. Apenas le dio tiempo para procesar la imagen cuando sintió un jalón que la tumbó en el suelo y la arrastró con fuerza por toda la calle.

“La llanta del auto estaba girando a milímetros de mi rostro. Traía una cartera cruzada y no podía soltarla, por eso me arrastraron con la movilidad hasta que se rompió la correa”, relató aún muy asustada.

Gritó y pidió auxilio hasta que la dejaron botada en media calle. Había mucha gente que veía lo ocurrido pero nadie la ayudó. Al pararse sintió el dolor de todo su cuerpo lesionado. No pensó en poner una denuncia porque sabe del “viacrucis que eso implica” y apenas tenía fuerzas para llegar a su seguro médico.

“Antes había zonas rojas en las que estaban la 16 de Julio, la avenida Franco Valle, Villa Dolores y la Ballivián, entre muchas zonas comerciales. Pero ahora es en todos los cruces, Senkata, Río Seco, Villa Adela, etc. Son asaltos cada vez más violentos, incluso con ataques sexuales. Los vecinos estamos pensando en organizarnos en grupos de vigilancia”, dijo el cívico Gómez.

Una ola de robos masivos

“La inseguridad está campeando en la urbe. Es bueno que nos sentemos a hablar con el ministerio para hacer un plan. Nosotros tenemos uno y queremos compartirlo para sacar uno conjunto, mucho más ahora que vienen las fiestas de Carnaval”, dijo el burgomaestre paceño.

Hace dos semanas un hombre ingresó a una tienda de la zona Sur para robar 12.000 dólares en celulares. Entró al establecimiento por el techo.

El 12 de febrero seis anaqueles de la avenida Arce fueron saqueados. Lo mismo ocurrió el 26 de diciembre con varios quioscos de la avenida Camacho. En septiembre, en menos de una semana cinco viviendas de Mallasilla fueron robadas.

Temen un incremento en el uso ilegal de armas de fuego

Hace un mes, el dirigente alteño Napoleón Gómez caminaba por la zona Brasil de Río Seco, cuando vio un asalto a un establecimiento comercial. Los delincuentes estaban armados y escaparon sin mucha prisa, nadie se animó a detenerlos.

“Antes no era tan común ver el uso de armas de fuego en los robos y menos en los callejeros. No sabemos de dónde las obtienen o por dónde ingresan al país, se debe investigar, para evitar que cualquier persona acceda a una”, afirmó el cívico.

La preocupación no es sólo por el acceso de los delincuentes a las armas, sino porque la población empiece a obtenerlas para defenderse.

En el país rige la Ley 400 de control de armas de fuego, municiones, explosivos y otros materiales relacionados. La norma indica que para la portación de armas, por parte de civiles, es necesario tramitar una licencia.

Ésta se da luego de una serie de exámenes psicológicos y físicos, además de capacitaciones y certificaciones sobre el sitio donde se adquirió el arma.

Quien posee un arma de fuego es responsable de su uso. Por ejemplo, si una persona pierde su arma o se la roban, y luego es usada para cometer un crimen, puede ser involucrado en el delito.

La Policía apuesta a continuar con el plan Armas Bajo Control, para contener su comercio ilegal y mantener a la población a salvo de la violencia armada.

La tenencia de un arma de fuego puede generar varias consecuencias, como las muertes accidentales o incidentes dentro de la familia.

Algunos estudios señalan que es 12 veces más probable sea utilizada en contra de un miembro de la familia. También advierten que en los hogares en donde hay armas de fuego, hay siete veces más posibilidades que la mujer que es víctima de violencia acabe siendo víctima de feminicidio, en comparación a los que no tienen armas.

El entrenamiento para manipular un arma requiere meses. Sin él, es más un problema que una solución.

La inseguridad está campeando en la urbe. Debemos sentarnos con el ministerio para hacer un plan

Iván Arias, alcalde

Pagina Siete.