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Los Yungas, Achacachi y Potosí: de bastiones a “zonas rojas” para el MAS

En los Yungas, Achacachi y Potosí, el Movimiento Al Socialismo (MAS) podía hacer campaña sin dificultad alguna. Hoy esas regiones, otrora bastiones del partido azul, son consideradas “zonas rojas” para el partido de Gobierno.

Legisladores del oficialismo admiten que perdieron terreno político en esas tres regiones y responsabilizan a sus alcaldes y concejales “por su mal accionar político y administrativo”, en el manejo de la gestión pública.

“Esas tres regiones eran bastiones del MAS, su respaldo permitió al presidente Evo Morales obtener un triunfo holgado, pero los conflictos alejaron al MAS de sus bases”, afirmó Paul Coca, experto en temas electorales.

Potosí es una de las principales regiones donde se registra descontento con el partido oficialista y sus cívicos hasta anuncian “voto castigo” contra el MAS.

El malestar contra el Ejecutivo comenzó en 2010, después de un paro cívico de 19 días. El Gobierno se negó atender las demandas del Comité Cívico Potosinista (Comcipo) y optó por sellar acuerdos de forma individual con las regiones.

La Villa Imperial fue un “fortín electoral” del MAS. En las elecciones de 2005, Morales logró el 57,8% de apoyo, y en el referendo revocatorio de 2008 obtuvo más del 80% de respaldo.

Pero ese porcentaje no se repitió más y el apoyo a Morales comenzó a descender. En 2014, el jefe de Estado ganó en esa plaza con el 69%, pero en el referendo del 21F el “No” a la reelección prevaleció con el 53%.

“En estas elecciones el MAS va a perder por no atender a Potosí, por agredir consecutivamente a los potosinos”, expresó Marco Antonio Pumari, presidente de Comcipo.

Una situación similar se registra en la ciudad de Achacachi, donde el MAS hoy “no tiene ni pisada” -según vecinos- para cumplir actividades proselitistas. “Está latente todavía el tema del conflicto con el MAS, que defendió a su alcalde Édgar Ramos. Achacachi aún está dolida”, expresó Esnor Condori, exdirigente vecinal, quien cumple detención domiciliaria acusado por los conflictos en esa región.

El rechazo se registra en la ciudad de Achacachi. El MAS todavía goza de popularidad en las comunidades que forman parte del municipio paceño.

El disgusto contra el MAS también se extiende a los Yungas de La Paz. Ahí, al oficialismo enfrenta dificultades para hacer campaña. “Sí, hay problemas en los Yungas, pero no son todos”, afirmó el diputado Franklin Flores (MAS).

En septiembre, en Chulumani (Yungas), ante el intento del MAS de abrir una casa de campaña, se registró una serie de enfrentamientos y actos vandálicos. Incluso la estación policial de ese municipio fue incendiada.

El descontento se da principalmente en las filas de los cocaleros de esa región y empezó con la aprobación de la Ley General de la Hoja de Coca, la detención de su máximo dirigente Franclin Gutiérrez, quien ya está un año y un mes en la cárcel de San Pedro.

Édgar Montaño (MAS), presidente de la brigada cruceña, señaló que “incluso en Santa Cruz no podemos hacer campaña en Equipetrol, Urubó, Las Palmas y en el casco viejo. Nos insultan”.

Su colega Flores admitió que hay regiones donde perdieron respaldo electoral y responsabilizó a las autoridades ediles.

“Hay rechazos por algunos tropiezos de las direcciones regionales, algunos alcaldes del MAS tuvieron un mal accionar político, administrativo, por eso la gente reacciona en la región”, manifestó Flores, quien agregó que esa situación no significa que la imagen del presidente Morales esté afectada. “El apoyo seguirá en esta elección nacional”, aseguró el legislador.

Arturo Murillo, senador de Unidad Demócrata, manifestó que el partido gobernante puede hacer campaña electoral en cualquier lugar del país que desee, “pero no puede ingresar para hacer lo que le dé la gana”.

En criterio del analista Coca, según se aproxime la elección, aumentarán los conflictos contra el Gobierno y el repudio contra las organizaciones políticas que participarán del ruedo electoral.

“En la Chiquitania el MAS bajará en popularidad, mientras más se acerca el día de las elecciones, más problemas se registrarán”, vaticinó Coca, quien señaló que pese al descontento, el voto puede variar, “pues ante una oposición fraccionada el oficialismo puede sacar mayor ventaja”.

Los opositores también enfrentan dificultades para hacer campaña en algunas regiones, como en el trópico de Cochabamba, según Murillo. El legislador explicó que las “zonas rojas” para la oposición son los pueblos alejados, donde el MAS ejecuta el control sindical. “Esos pequeños focos rojos están en los municipios alejados. Ahí a la oposición no dejan entrar a hacer campaña”, dijo.

Sin embargo, aseguró que a los opositores ese tema no les preocupa, dado que en su caso su atención está puesta en el escrutinio de los votos. “En ciertas escuelas no dejan entrar a la oposición a hacer el control del voto, ni siquiera a sumar”, lamentó Murillo, quien pidió a los observadores trasladarse a las “zonas rojas” para un control efectivo de la votación.

Pagina Siete.