Nueva ola de bloqueos y movilizaciones pone en jaque a sectores económicos y sociales del país

El gobierno de Luis Arce Catacora mantiene una postura impasible ante las protestas que afectan regiones clave y agravan la crisis económica.

El país enfrenta una nueva ola de bloqueos y movilizaciones que afectan varias regiones, impulsadas principalmente por sectores sociales afines al expresidente Evo Morales, con fuerte presencia en Cochabamba, así como por grupos económicos como trabajadores gremiales y transportistas. Las demandas apuntan a respuestas urgentes del gobierno ante el incremento de los precios de la canasta familiar, la escasez de combustible y la ausencia de dólares, tres factores que profundizan la crisis económica nacional.

Prensa Libre

Desde hace décadas, las medidas de presión —como bloqueos, paros y marchas— se han consolidado como instrumentos políticos y sociales fundamentales, expresando el descontento frente a la falta de respuesta del Estado. Sin embargo, estas acciones generan conflictos sociales, económicos y políticos de alto impacto, tal como ocurrió el año pasado durante los cercos de sectores evistas que afectaron gravemente la economía del país.

En Sucre, el transporte público mantiene tomas que paralizan la ciudad, reflejo de la creciente fractura entre el Estado, representado por el gobierno de Luis Arce, y la ciudadanía. Además, se observa una pugna de poder interna dentro del Movimiento al Socialismo (MAS), que alimenta la conflictividad.

En Cochabamba, epicentro de las protestas evistas, se reportaron hasta diez puntos de bloqueo en rutas clave hacia Santa Cruz y la zona occidental. El gobierno sostiene que la demanda “por la democracia y la economía” de los seguidores de Evo Morales es una excusa para presionar al Tribunal Supremo Electoral (TSE) y habilitar su candidatura presidencial. El ministro de Gobierno, Roberto Ríos, denunció que estas protestas buscan además romper el orden constitucional, impedir las elecciones nacionales previstas para agosto y forzar la renuncia de Luis Arce.

Frente a esta situación, las fuerzas del orden iniciaron el martes el desbloqueo de rutas cerradas, como en el municipio de Sipe Sipe, con apoyo de maquinaria pesada para despejar escombros y tierra, y extendieron las acciones a otros puntos bloqueados.

En el departamento de La Paz, se reportan bloqueos en sectores como Franz Tamayo, Ventilla en El Alto, puente Vilaque y Cruce Pucarani. Los vecinos exigen soluciones a la escasez de combustible y al alza de precios, y advierten que las protestas podrían intensificarse.

La Confederación Nacional de Choferes también protagoniza movilizaciones por la falta de combustible, que afecta la prestación del servicio y la movilidad ciudadana. En Sucre, los choferes paralizaron desde temprano sus vehículos, dejando la ciudad prácticamente paralizada, aunque en el eje central (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz) las movilizaciones están previstas para el miércoles.

Las terminales de buses suspendieron salidas a varias regiones, con restricción total hacia el occidente desde Santa Cruz y operaciones reducidas hacia el sur por la falta de combustible. Cochabamba permanece cercada, sin salidas hacia oriente ni occidente, situación similar en La Paz.

Este ciclo de conflictividad y deterioro económico se retroalimenta: la crisis genera protestas, las protestas afectan el abastecimiento y la actividad económica, y la falta de diálogo por parte del gobierno intensifica el malestar social. La desatención gubernamental a estas demandas puede provocar una escalada mayor de las movilizaciones, afectando aún más la economía nacional.