- Una fecha que une tradición, oficios y reconocimiento familiar
Este 19 de marzo, Bolivia conmemora tres celebraciones significativas: el Día del Padre, el Día del Carpintero y el Día del Radialista. Una fecha que, más allá de su carácter festivo, refleja la riqueza cultural y la diversidad de tradiciones que se entrelazan en el país.
El Día del Padre fue establecido en Bolivia mediante un decreto supremo emitido el 24 de mayo de 1974, durante el gobierno de Hugo Banzer Suárez. La norma determinó que cada 19 de marzo se rinda homenaje a los padres, siguiendo la tradición católica que honra a San José, padre de Jesús. Esta fecha, arraigada en la fe cristiana, resalta el papel fundamental de los padres en la familia y la sociedad.
A su vez, el 19 de marzo también se celebra el Día del Carpintero, en honor a San José Obrero, quien, según la Biblia, ejerció este oficio en Galilea. La figura de San José no solo simboliza la paternidad, sino también el trabajo digno y el esfuerzo diario, valores que son reconocidos en esta jornada.
Pero la importancia de esta fecha no termina ahí. El 19 de marzo también es el Día del Locutor, una celebración que rinde tributo a los profesionales de la radio. Esta efeméride fue establecida en 1962 durante el Primer Congreso Nacional de Locutores, donde se decidió que coincidiera con el Día del Padre como un gesto simbólico de unión y reconocimiento. La radio, como medio de comunicación, ha sido históricamente un pilar en la difusión de cultura, noticias y entretenimiento en Bolivia.
A nivel internacional, el Día del Padre tiene diferentes fechas de celebración. Mientras que Bolivia y Honduras siguen la tradición católica del 19 de marzo, países como México, Chile, Perú, Argentina y Colombia adoptaron la costumbre estadounidense de festejarlo el tercer domingo de junio. Esta última tradición fue impulsada por Sonora Smart Dood en 1910, quien buscaba honrar a su padre, Henry Jackson Smart, un veterano de guerra que crió solo a sus seis hijos tras quedar viudo.
En Bolivia, el 19 de marzo es, sin duda, una fecha que trasciende lo religioso para convertirse en un día de reconocimiento múltiple: a la paternidad, al trabajo manual y a la voz que informa y entretiene a través de las ondas radiales. Una jornada que invita a reflexionar sobre los valores familiares, el esfuerzo laboral y la importancia de la comunicación en la sociedad.
Este día, Bolivia une en una sola fecha tres pilares fundamentales: la familia, el trabajo y la voz que conecta a las comunidades.