Frío, covid y mala alimentación, adversidades que viven los choferes bolivianos en Pisiga

Casi dos semanas en medio de la carretera, formados en una extensa fila cerca de la frontera para pasar a Chile, choferes del transporte pesado relataron a Página Siete Digital todas las adversidades que enfrentan por estos días. Mala alimentación, el frío del altiplano y la escasez de pruebas PCR para detección de la Covid-19 en Pisiga, Oruro, son los problemas que deben sortear.

Hasta la tarde del miércoles, la fila de transportistas superaba los 10 kilómetros, con más de 500 camiones con carga a la espera de ingresar a suelo chileno.

Prensa Libre

La gran parte de los transportistas subsisten con los pocos alimentos que llevaban consigo al momento del cierre del punto fronterizo, mientras que el costo de los alimentos en esa zona se elevó ante la escasez.
Transportistas pernoctan en la carretera.

“Prácticamente (estoy) durmiendo en el camión y en el día nos alimentamos con puras raciones secas; haba, tostado, pito de cañahua; es lo único. Después vienen a traer comidas, pero esas no sirven, porque son sopas, muy poco te venden. Un almuerzo cuesta 15 bolivianos y un buen plato 20, y es sólo un plato”, contó a Página Siete Digital el transportista Freddy Flores.

La ausencia de medidas sanitarias para la prevención del coronavirus orilló a los conductores a tomar medidas como aparcar , a un lado de la carretera el camión del transportista contagiado.

Fernando Borda, conductor de otro motorizado de carga internacional, contó a este medio que luego de identificar a los conductores con Covid-19, la sanidad chilena y el Servicio Departamental de Salud (Sedes) de Oruro observan el vehículo para evitar su paso, y que ambas entidades están “interconectadas”.

“El camión se estaciona a un lado (de la carretera), está observado y también el conductor. La sanidad chilena y el Sedes boliviano están interconectados. (Si un conductor) da positivo ya no dan constancia en papel, sino por correo electrónico”, contó Borda.
En Pisiga se impone el frío del altiplano.

El transportista Ronald Fernández indicó que las pruebas PCR deben ser tomadas en la ciudad de Oruro, a falta de un punto de toma de muestras en Pisiga,

Eso dificulta la estadía y el presupuesto con el que cuentan los choferes, debido a que el costo del viaje de ida y vuelta a la urbe, además de la toma de la prueba para la detección de la enfermedad, afectan su economía.

“En la cuestión de (la prueba) PCR, nosotros sacamos al venir a la fila y sólo nos sirve 72 horas, o sea tres días; yo ya estoy ocho días y es otro gasto volver hasta Oruro y hacerse sacar otra PCR para volver y cruzar. No hay ningún laboratorio acá, nos cobran 70 bolivianos de ida (a Oruro) y otros 70 de vuelta; y en el Hospital General nos cobran 500 la prueba PCR”, lamentó Fernández.

La Cancillería y autoridades en salud anunciaron que Bolivia y Chile llegaron a un acuerdo para que las autoridades del país vecino avalen desde este jueves las pruebas de detección de coronavirus tomadas por las brigadas sanitarias bolivianas.

Página Siete le ofrecerá en su edición de este viernes una nota sobre la situación de los transportistas que quedaron parados con sus motorizados en la frontera con Chile.

Fuente: Pagina Siete