Un contingente policial de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (Utop) dispersó con el uso de gases lacrimógenos a la marcha de los cocaleros de Yungas de La Paz que pretendía «retomar» el mercado legal de la coca que está en el barrio paceño de Villa Fátima. La represión ha dejado como saldo varias personas heridas.
“Vamos a seguir aquí para defender nuestra casa grande. Esa casa la compraron nuestros abuelos y el Gobierno, con el apoyo de un grupo de la zona roja, pretende apropiarse”, afirmó un productor de Coripata que estaba en la marcha para tomar control del mercado legal.
Los productores llaman «la casa grande» a la sede de la Asociación Departamental, ocupada por el dirigente Arnold Alanes, luego de una elección que no fue reconocida por el sector.
Los policías decomisaron varios cartuchos de dinamita y detuvieron a unas 20 personas. Un efectivo de la Utop fue herido tras el enfrentamiento y varios productores de coca resultaron policontusos.
Alanes fue reconocido por el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, y esta situación generó mayores tensiones en este sector.
El dirigente Wilson Rodríguez informó que los productores de la zona tradicional demandaron «unidad» para recuperar la sede cocalera que está en manos «de un dirigente que no es reconocido».
Las personas que se movilizaron observan que el dirigente reconocido por el Gobierno sea parte de una zona donde se cultiva coca excedentaria, también conocida como «roja».
La marcha estuvo integrada por las bases leales al opositor Armin Lluta y a dirigentes aliados del MAS, que son productores de la llamada zona tradicional del cultivo de coca.
La movilización partió desde el barrio de Chuquiaguillo y avanzó unos cinco kilómetros hasta el ingreso al barrio de Villa Fátima, donde se había instalado un fuerte resguardo policial.
Entre tanto, los dirigente leales a Alanes instalaron una vigilia. El dirigente Félix Sonco, vinculado a estos dirigentes, aseguró que defenderán a la nueva directiva porque fue elegida por voto de los socios.
Los efectivos de la Policía, luego de casi una horas de enfrentamiento, dispersaron a los marchistas, quienes corrieron hasta el río Kakahahuira para evitar ser alcanzados por los gases.
Fuente: El Deber