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Nuevo abuso y exceso policial contra la prensa

El periodista Carlos Quisbert, que cubría el enfrentamiento entre cocaleros y policías, fue arrestado ayer en medio de un operativo donde más de diez efectivos de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) ejercieron excesiva violencia. El trabajador de la prensa fue denunciado por deterioros de bienes del Estado.


“Me gasificaron, me golpearon, me enmanillaron, me volvieron a gasificar, me trajeron hasta aquí (Felcc) y estoy aquí de pie, íntegro, pero el señor policía que estaba con lentes, casco, moto y rodilleras tiene dos días de impedimento, quiero saber en qué momento yo le agredí para que tenga dos días de impedimento”, dijo el periodista.


Quisbert fue arrestado al promediar las 11.00 horas y liberado a las 16.30. Se lo detuvo en una acción directa a denuncia de un miembro de la UTOP que dijo haber sido agredido por el periodista.


En videos que circulan en redes sociales se observa que un uniformado lo embistió con su motocicleta y Quisbert intentó defenderse. Minutos después, fue reducido por los uniformados, todos con equipamiento antidisturbios.


De acuerdo al relato del periodista, fue agredido cuando intentaba capturar la imagen de un grupo de mujeres que estaba de rodillas en inmediaciones del puente Minasa, donde un grupo de cocaleros se enfrentaron con uniformados.


Luego lo enmanillaron a una camioneta donde, además, le rociaron gas. Posteriormente, fue liberado y de forma sorpresiva fue conducido hasta la Fuerza Especial de Lucha Contra Crimen (Felcc) de La Paz.


Cuando llegó a oficinas de la Felcc, los uniformados impidieron el trabajo de la prensa y pidieron que desalojen el ambiente por órdenes del “jefe de seguridad”, no obstante había algunos medios televisivos que estaban saliendo con una transmisión en vivo con una entrevista a la abogada de Adepcoca, del sector liderado por Armin Lluta.


Mientras Quisbert esperaba en oficinas de Plataforma, sin saber si estaba arrestado, aprehendido o si había denuncia en su contra, era fotografiado por policías. Hasta pasadas las 15.00 no se sabía con exactitud lo que pasaba ya que ningún representante legal de Página Siete, medio donde trabaja, se presentó.


Después de ser liberado, Quisbert explicó que al momento nadie le había tomado su declaración informativa y que el uniformado, al que presuntamente agredió, no demostró su certificado médico forense en el que le certifican dos días de impedimento.


El periodista manifestó que hay una investigación abierta por deterioro de bienes del Estado porque presuntamente dañó la motocicleta del uniformado, extremo que fue calificado de “absurdo” por el abogado David Quiroga, quien aclaró que para dañar una motocicleta el periodista tendría que tener una extrema fortaleza.

OTROS HECHOS


De acuerdo con la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), con la agresión a Quisbert suman tres los atropellos a periodistas entre el viernes 17 y ayer. Un fotógrafo del diario El Deber fue agredido por la seguridad presidencial en la ciudad de Santa Cruz el pasado viernes, y la noche del lunes fue agredido el periodista del diario Opinión, Miguel Rojas Fernández, por seguidores del alcalde Manfred Reyes Villa, en la ciudad de Cochabamba.


La ANP recordó que Quisbert es un experimentado periodista que cubre las fuentes de seguridad y en marzo de 2015 fue enviado a prisión preventiva por una semana, denunciado por interferir con la justicia. El periodista buscaba evidencias sobre la inocencia de un médico encarcelado al que se acusaba de la violación de un menor.


Por otro lado, a través de un comunicado, la Asociación de Corresponsales de la Prensa Internacional expresó su “enérgica protesta” por la agresión contra sus afiliados Santiago y Sergio Limachi, durante los conflictos entre grupos de cocaleros y la Policía en Villa Fátima.
“Ambos, junto a otros colegas de la prensa local, realizaban su habitual trabajo de prensa, cuando se registró una explosión junto a ellos”, se lee en el comunicado.


Finalmente, exigen garantías al Ejecutivo y a la Policía para realizar su trabajo.

El Diario