Gas, tipo de cambio, déficit fiscal… las reformas a la economía que no pueden esperar
Los analistas aseguran que el próximo gobierno deberá entregar una nueva Ley de Hidrocarburos, cambiar la política cambiaria y reducir el déficit fiscal, en un escenario externo marcado por la guerra comercial.
5 fotos
Gas, tipo de cambio, déficit fiscal… las reformas a la economía que no pueden esperar
El edificio del Banco Central de Bolivia, en La Paz, ente fundamental en las finanzas del país. Foto:Archivo / Página Siete
Nacional
domingo, 22 de septiembre de 2019 · 00:26
Fernando García T. / La Paz
Si Evo Morales prorroga su mandato a través del voto o un nuevo presidente asume el poder, después del 20 de octubre, el Jefe de Estado deberá llevar a cabo una serie de reformas económicas que en análisis de los expertos no pueden esperar.
Política hidrocarburífera, tipo de cambio, déficit fiscal y el modelo de administración de las empresas públicas, entre otros, son los temas que esperan al gobernante.
Fin de ciclo, agotamiento de un modelo, ajuste gradual y reformas estructurales son los conceptos más usados por los analistas para evaluar la coyuntura actual y futura de la economía nacional.
“El próximo gobierno debe tomar serias medidas financieras fiscales sobre la situación actual del país. En 13 años se ha creado un gran aparato público que ha crecido de cuatro a cinco veces en el gasto corriente, un gasto corriente que se convertirá en insostenible. Prueba de ello es que ha comenzado a crecer la deuda pública externa de una manera significativa”, manifestó el experto en descentralización, Julio Linares.
El economista apuntó que la economía nacional debe dejar de basar su crecimiento y dinamismo en la inversión pública, que es como se manejó desde que Morales asumió su primera gestión.
“Esta inversión pública está sumergida en la corrupción, sumergida en inversión ineficiente e inversión en elefantes blancos, así como en inversión que no genera rentabilidad financiera”, apuntó Linares, quien dedicó buena parte de su trabajo al análisis de la situación financiera de las empresas públicas emprendidas por Evo.
Política hidrocarburífera
Luego de 20 años de venta y exportación de gas a Brasil, y con el vencimiento del contrato de compra-venta del energético hacia ese territorio, el sector hidrocarburífero todavía es administrado por la Ley de Hidrocarburos promulgada el 17 de mayo de 2005, por el entonces presidente del Congreso, Hormando Vaca Díez.
Es así que en la actualidad el sector se rige por decretos y resoluciones ministeriales, puesto que la norma no se ajusta a la nueva Constitución Política del Estado (CPE), una tarea pendiente que deberá atender la nueva gestión, ya que genera inseguridad jurídica para los inversores, coincidieron los expertos del área.
“Una nueva Ley de Hidrocarburos debería abordar un nuevo marco institucional, transparente y con acceso a información, condiciones para la exploración (legal, económica y ambiental), reposición de reservas mediante exploración y desarrollo, contratos de servicios para exploración y explotación, régimen fiscal aplicable al sector, contratación de bienes y servicios en las regiones productoras e industrialización”, explicó el investigador de la Fundación Jubileo Raúl Velásquez.
El experto Hugo del Granado también recordó que luego de la aprobación de la Constitución hubo distintas contradicciones y vacíos con la Ley 3058 o Ley de Hormando Vaca Díez, por eso advirtieron, a través de los diferentes ministros de Hidrocarburos, de la necesidad de aprobar una nueva norma del sector, que esté acorde con la Carta Magna vigente.
“La próxima gestión, el Gobierno tiene que aprobar una nueva Ley de Hidrocarburos, porque el sector está mal, no hay dinero, tiene baja producción, no hay nuevas reservas, tenemos problemas con el régimen fiscal y el sector petrolero se deteriora mucho porque las empresas privadas no van a venir a invertir por la inseguridad jurídica, ya que los decretos no pueden estar por encima de una ley”, declaró Del Granado respecto a las medidas que urgen en el sector.
Déficit fiscal
Para la presente gestión, el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, junto con el Banco Central de Bolivia (BCB), fijaron como meta de déficit fiscal un 7,8%, una proyección superior a la tasa de 6,98% que se fijó en el Presupuesto General del Estado de 2019.
En febrero, el ministro Luis Arce explicó que el déficit alcanzará los 23.313 millones de bolivianos, que los analistas advierten que se debe administrar con un ajuste a la política económica nacional.
“Independiente de quién gobierne el país, la nueva gestión enfrentará un escenario económico externo incierto, marcado por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y expectativas de menores precios y volúmenes de nuestras exportaciones de gas. Por lo tanto, se debe aplicar una política de ajuste, para reducir el déficit fiscal, disminuyendo el gasto y la inversión pública, aunque esto signifique sacrificar cierto crecimiento”, evaluó el economista Alejandro Arana.
El experto acotó que en este contexto no se puede permitir la pérdida de más recursos de las reservas internacionales netas (RIN), como sucede en la actualidad.
“No se puede seguir perdiendo reservas internacionales al ritmo actual, ni contrayendo más deuda externa, especialmente en un contexto de mayores tasas de interés a nivel internacional. Se debe ser más eficiente en la inversión pública y cortar todas las subvenciones a las empresas públicas deficitarias”, sostuvo Arana.
Política cambiaria
En lo que respecta al valor del dólar frente al boliviano, los economistas indicaron que apremia hacer una reforma a la política cambiaria, que se mantiene fija.
“Ha sido un tremendo error del gobierno haber sostenido por tanto tiempo un tipo de cambio fijo, que ha sido un instrumento de medida antiinflacionaria, pero que ha ahogado a nuestro sector productivo y exportador. Es otra muestra de que sólo se ha apostado a la inversión pública y a las empresas extractivas, liquidando así los grandes emprendimientos de manufactura”, acotó Linares.
En su opinión, el próximo gobierno tendrá que tomar el tema “con pinzas”, porque un solo cambio puede generar muchas expectativas, que pueden derivar en inflación, como en Argentina.
“Por lo tanto, lo que tiene que hacer el próximo gobierno es lo que tendría que haber hecho la gestión de Evo Morales en 13 años: fomentar la inversión y el sector productivo-exportador, con políticas que puedan acompañar a minidevaluaciones del sector cambiario, para favorecer a nuestras exportaciones no tradicionales”.
En opinión de Arana, el próximo gobernante “debe optar por una política de tipo de cambio flexible, reducir los costos laborales y las trabas a la exportación”.
Una posición distinta es la del economista Mauricio Ríos García, quien cree que es un “mito” que la devaluación suponga mejorar la competitividad productiva.
“Devaluar solamente genera inflación, y esto está orientado a solventar el modelo del gasto y destrucción de capital (…). Primero hay que ajustar y recién luego de eso se verá si es necesario devaluar. La inflación es muy peligrosa y puede alcanzar una dinámica que se está subestimando demasiado”, declaró el economista.
Uno de los campos de exploración de hidrocarburos.
Foto: Archivo / Página Siete
Las empresas públicas
Fuera de las empresas estratégicas, el Estado es propietario de varias empresas públicas que atraviesan problemas financieros y se mantienen en operaciones con préstamos y gastos que los expertos creen que se debe cortar.
“No se debe iniciar procesos de rescate de ningún tipo, en ningún sector ni empresa específica, bajo ninguna circunstancia, porque significaría socializar pérdidas; la gente va a necesitar de sus ahorros para sostenerse a sí misma durante la transición”, observó Ríos, ante los escenarios que se avecinan, con continuidad o cambio.
Linares apuntó que la evaluación de cada unidad productiva pública y la administración eficiente son los únicos dos caminos que el próximo gobierno debe adoptar sobre dicho aparato.
“Con las empresas públicas se deben hacer dos cosas: la primera, manejar de manera eficiente y autónoma las estratégicas, que son cinco y vienen de las épocas neoliberales (…). Segundo, se debe hacer una seria evaluación de los nuevos emprendimientos empresariales del gobierno, que no han cumplido su objetivo. Se debe revisar qué hacer con las empresas, ver cuáles son capaces de seguir siendo administradas, y con las que no, pues se debe tomar medidas drásticas”, manifestó.
Planes económicos de los tres frentes que lideran las encuestas
MAS
Modelo Dadas las limitaciones del contexto internacional, se hace imperativo profundizar el modelo económico existente en nuestro país, con el fin de garantizar y aumentar los logros sociales. De la misma manera, es necesario acelerar el proceso de industrialización de nuestras materias primas, impulsando los proyectos de cambio de la matriz energética, industrialización de nuestros recursos evaporíticos e hidrocarburíferos, para conformar una industria básica.
Aparato Incrementaremos las intervenciones de apoyo a los pequeños y medianos productores, con programas de articulación entre los ámbitos productivos urbanos y rurales.
Contexto El nuevo e inestable contexto internacional, los precios más bajos de las materias primas requieren de la diversificación de la oferta exportable con productos de mayor valor agregado, y la ampliación de los mercados. Todo esto con el fin de reducir los impactos que pueda sufrir nuestra economía por futuros cambios en los términos de intercambio.
Rentas Se incrementarán las rentas provenientes del aprovechamiento de los recursos naturales a través de una mayor exploración, explotación e industrialización de los recursos hidrocarburíferos y mineros. Asimismo, se generarán ingresos por la exportación de electricidad, posicionando a Bolivia como el centro energético regional.
Hidrocarburos Las principales políticas del Estado en relación a los hidrocarburos están orientadas a consolidar el liderazgo de YPFB en la exploración y desarrollo de campos, avanzar en la industrialización y promover la transformación de los recursos hidrocarburíferos, con el objetivo de cubrir la demanda interna e incrementar las exportaciones (…). Para el periodo 2020-2025 se propone tener 20 TCF de reservas de gas, mediante tareas de exploración.
CC
Macroeconomía Pondremos bases más sólidas para mantener la estabilidad macroeconómica del país, impulsando un nivel de crecimiento adecuado del PIB gracias al trabajo conjunto del sector público y privado, que genere fuentes de empleo y riqueza para todos, y con una tasa de inflación baja y controlada que proteja el poder adquisitivo de la población.
Moneda Mantendremos el tipo de cambio para apoyar a la industria nacional y mantener la inflación importada bajo control. La política pública estará administrada por un Banco Central de Bolivia despolitizado y técnico, y estará apoyada por un nivel adecuado de reservas internacionales que será apuntalada siempre que sea necesario mediante mecanismos ágiles de acumulación de reservas basados en incentivos y no así en imposiciones.
Inversión Coordinaremos la inversión y gasto público con las gobernaciones y los gobiernos autónomos municipales, y se concentrará en: 1) El fortalecimiento del capital humano del país; 2) Proyectos de educación y salud y, 3) Proyectos productivos de apoyo a la diversificación productiva postextractivista.
Déficit Reduciremos gradualmente el déficit público, optimizando la inversión en obras de impacto productivo y social, en especial cortando el despilfarro en propaganda.
Gas I) Incentivar una nueva política de extracción sostenible en base a incentivos en franja para diferentes tipos y tamaños de campos gasíferos. II) Reorientar nuestra política de reservas hacia la exportación de gas a las áreas fronterizas de Brasil y Argentina. III) incentivar la producción de líquidos y reemplazar el consumo interno de estos.
Gasto Eliminaremos el actual despilfarro en el gasto e inversión pública. Realizaremos una auditoría técnica y financiera de todas las obras y proyectos.
BDN
Cambio Es indispensable remodelar la política económica para cuidar la estabilidad y evitar llegar a una crisis, y debe hacérselo con sentido de oportunidad, inteligencia y acciones certeras y consistentes. Como parte de esta reforma económica, es inexcusable repensar un nuevo modelo de administración y redistribución de los recursos provenientes de la tributación nacional, a través de un Pacto Fiscal que asegure la sostenibilidad económica de los gobiernos subnacionales, para que tengan la capacidad de ejercer sus competencias y brindar servicios de calidad a la ciudadanía.
Empresas Nos enfocaremos en propiciar las oportunidades de negocios y empresas competitivas en bienes y servicios de calidad de exportación, que permitan generar más y mejores empleos. Promoveremos las actividades con potencial y oportunidades de llegar a los mercados externos en los sectores agropecuario, agroindustrial, terciario, forestal y de manufacturas, así como en la exportación de software, el turismo, la industria creativa (artes, cultura, gastronomía, productos y 23 servicios digitales), entre otras
Recursos Trabajaremos con sentido de urgencia en la reactivación de la producción de hidrocarburos y minerales, que deben volver a ser puntales de la economía nacional y departamental. Para ello, acometeremos una reforma institucional que movilice las inversiones -sobre todo en labores de exploración para el descubrimiento de nuevas reservas que pongan en valor el potencial de recursos del país-, incrementando los niveles de producción. También es compromiso nuestro negociar con éxito nuevos contratos de venta de gas con Brasil y Argentina, y la apertura urgente de nuevos mercados de exportación. Asimismo, impulsar la industrialización del litio, mediante un gran proyecto tecnológico, financiero y comercialmente viable.