La marcha del evismo continúa hacia La Paz a pesar de los obstáculos del arcismo

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  • Los líderes del movimiento evismo desafiaron la presencia de un grupo del arcismo en Vila Vila y reiteraron su compromiso con la movilización para exigir cambios en el gobierno.

La tarde de este martes, la dirigencia del evismo reafirmó su decisión de continuar con la marcha de protesta hacia La Paz, a pesar de la presencia de un contingente del arcismo dispuesto a impedir el avance de la movilización. La marcha, que partió esta mañana desde Caracollo, Oruro, busca llegar a la sede de Gobierno el próximo lunes con el propósito de exigir cambios en la administración actual.

El dirigente Ramiro Cucho destacó que la movilización «sigue de pie» y no se dejará intimidar por la posibilidad de una intervención. En sus declaraciones, Cucho acusó al gobierno de ser responsable de cualquier eventualidad negativa, apuntando directamente al Ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, a quien atribuyó la contratación de «cleferos» para frenar la protesta. “Si pasa algo a nuestro hermano Evo… será netamente responsable este gobierno traidor”, afirmó Cucho con firmeza.

En sintonía con Cucho, el dirigente Ponciano Santos subrayó la determinación de la movilización, calificando al gobierno actual como un “títere del imperio” y llamando a los sectores sociales a unirse en una emergencia nacional. Santos demandó la convocatoria a elecciones generales, manifestando que la paciencia del pueblo boliviano ha llegado a su límite. “Estamos cansados de este gobierno. Ahora sí tienen que convocar a elecciones generales, no queda otra alternativa, este gobierno dictador se pasó”, exclamó Santos.

El expresidente Evo Morales también hizo declaraciones sobre la marcha, enfatizando que la movilización proseguirá para “defender la vida, la democracia y la revolución”. Morales hizo un llamado a las Fuerzas Armadas y a la Policía para que se alineen con el pueblo en lugar de reprimir la marcha. Lamentó la presencia de lo que describió como “represores” y “funcionarios en Vila Vila”, señalando que algunos de estos podrían estar acompañados de mineros contratados y en estado de ebriedad.

Morales también mencionó un presunto desacato a una orden de intervención o represión de la marcha, y elogió a algunos comandantes que se habrían opuesto a la represión, aunque estos, según Morales, fueron inmediatamente reemplazados.

La marcha, que se enmarca en un contexto de creciente tensión política, ha sido interpretada por el gobierno de Luis Arce como un intento de golpe de Estado para forzar una nueva candidatura de Morales. El gobierno considera que esta movilización representa una amenaza a la estabilidad democrática del país.

Con la movilización avanzando hacia La Paz, el país permanece a la expectativa de cómo se desarrollarán los próximos días y si se alcanzará un consenso que permita resolver la crisis política actual.