«El de Luis Arce es un gobierno transitorio, el rey detrás del trono es Evo Morales»
La librepensante Rebeca Delgado dice que nunca renunció al MAS porque nunca fue del MAS. Ella se desempeñó como constituyente, delegada presidencial en Cochabamba, viceministra, diputada, presidenta de la Cámara de Diputados y presidenta del Parlamento Andino, todo eso durante el gobierno de Evo Morales, pero comenta que nunca militó en el partido. De hecho, de esa forma se zafó de firmar una carta de renuncia sin fecha con la que el MAS pretendía amarrar a sus constituyentes cuando empezaba la Asamblea, allá por el año 2006.
Ese fue el primer signo que Delgado percibió como “vulneratorio de los derechos”, al que luego se sumarían varios otros, hasta que finalmente renunció al cargo de jefa de bancada del MAS en Diputados el 2010 mientras era marginada por el partido, junto al denominado grupo de “librepensantes”.
Delgado luego intentó postular a la Alcaldía, pero el MAS le puso una zancadilla definitiva. Ahora está dedicada a la actividad docente en la Universidad Católica de Cochabamba, donde dicta la materia de derecho constitucional para los aspirantes a abogados y la materia de derechos humanos y ciudadanía para los futuros comunicadores. Como ciudadana todavía hace política, pero no partidaria. Participa de colectivos locales y, en la crisis del 2019, estuvo en la calle como miles de bolivianos bloqueando para que Evo Morales renunciara a la Presidencia.
¿Además de esa carta sin fecha, qué cosas más vio en el MAS que no le gustaron?
Las cosas venían como órdenes, no había ningún tipo de debate. Ya en la Constituyente, la primera dificultad que tuve fue con el propio presidente Morales, porque ellos querían hacer un acuerdo con el MNR para tener los dos tercios. Ahí me di cuenta que no había ideología política, que iba a ser una negociación. Yo creía que no era lo correcto porque no estábamos para ir a hacer una reforma, queríamos cambiar el orden de las cosas, hemos creído en el Estado Plurinacional, en el pluralismo en todos los ámbitos, pero luego nos dimos cuenta que el presidente Evo Morales no tenía eso como parte de una conciencia, solo era una pantalla, era cáscara. Cuando yo fui diputada me di cuenta que la principal oposición que teníamos para (aplicar) la Constitución era el MAS, pero no eran los originarios, era la cúpula que siempre denuncié. Por ejemplo, Héctor Arce nunca creyó en el Estado Plurinacional, creía que era retórica, había gente racista dentro de la cúpula, discriminadora, y que quería simplemente el apoyo de las mujeres y los indígenas, como pantalla. El motivo de mi renuncia de jefa de bancada fue precisamente la Ley de Deslinde Jurisdiccional porque me opuse a esta ley, hasta hoy creo que es inconstitucional, preferí renunciar y no aprobar esa ley.
Se fue acusada de ser una librepensante. ¿Sigue siendo una librepensante?
Creo que el pensar de manera libre, que lo único que te juzgue sea tu conciencia y antes que tu conciencia te juzgue Dios, me dio la posibilidad de tener esa fortaleza. Hoy mismo no entiendo cómo pude enfrentarme ante a un poder que en un momento me causó mucho daño. Hubo un momento en que la cámara éramos más de 35 disidentes, entre senadores y diputados.
Después de terminar su gestión, intentó ser candidata a alcaldesa, pero el MAS la vetó. ¿Cómo fue ese veto?
Fue con una circular. Como ya éramos muchos, ellos ya tenían miedo que varios librepensantes íbamos a postular a alcaldías y gobernaciones. Primero me hicieron un problema porque no tenía personería jurídica, llené libros, logré recolectar las firmas para participar a nivel municipal, fue toda una hazaña, pero no me querían dar la sigla, tenía que hacer un acuerdo. Como Cochabamba necesitaba un alcalde que salga de la unión, tres fuerzas políticas se unieron (UCS, FRI y UN) y sacamos la sigla Único, unidos por Cochabamba, pero después sacaron la circular para eliminar mi candidatura aplicando supuestamente el artículo 235 de la CPE con el argumento de que no había residido de manera permanente en Cochabamba, lo cual era inadmisible. Después me dio la razón el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
¿Esto quiere decir que no se puede hacer política si no es dentro del MAS?
No, yo creo que se puede. No diría que es un tema del MAS. Pude ver de muy cerca las otras fuerzas políticas, que se acercaban para que yo sea candidata, vi bastantes funcionalismos, en algún momento la verdadera oposición del MAS fuimos los disidentes, formamos un grupo grande, donde estaban Damián Condori, Lucho Alfaro. En algunos de los casos como Damián Condori siguieron, finalmente él es gobernador.
¿La resolución de las NNUU sobre su caso implicó alguna responsabilidad del Gobierno?
Si bien hemos ganado, desde el 2018, ya son tres años en los que hemos tenido reuniones con el procurador (Pablo) Menacho (MAS), que vino a Cochabamba para las elecciones del 2019. Por orden de alguien querían hacer las paces (ríe). Ya habíamos avanzado de acuerdo a las directrices de las Naciones Unidas en la satisfacción pública que se iba a hacer, actos en el Tribunal Electoral, Tribunal Constitucional, la publicación de la resolución en otros idiomas, la capacitación a la gente para que no se vulneren derechos políticos, pero con los problemas del 2019 todo quedó truncado. Después conversé con el gobierno transitorio, con el procurador Cabrera y él dijo que iban a cumplir, pero igual hubo alguna orden superior, pienso que fue Arturo Murillo y Jeanine Añez, que siempre fuimos oposición. Finalmente, con la subprocuradora, ya en la gestión de Wilfredo Chávez, avanzamos bastante bien y de repente salió una carta que decía que no iban a reconocer que sea vinculatorio el dictamen del Comité de Derechos Humanos. Eso significa que el Estado boliviano considera que los tratados internacionales de DDHH no son vinculantes para el país, ese es un precedente muy negativo.
¿Este reconocimiento es también económico?
Es también económico, reparación de todos los gastos judiciales, en fin.
¿Dice algún monto?
Existió un monto, no recuerdo cuánto fue lo último que pusimos.
Delgado asegura que nunca militó en el MAS.
¿Cómo ve la gestión de Arce? ¿Hay algún cambio o está haciendo lo mismo que Evo?
Creo que es bastante indignante que no tengamos realmente un presidente del Estado Plurinacional. Pienso que sí hay capacidad técnica del actual presidente, pero no creo que la ponga en práctica, simplemente está haciendo un gobierno transitorio y el rey detrás del trono es Evo Morales, lo cual me ocasiona desazón, porque al final no sabemos quién gobierna, nos damos cuenta que solo es una pantalla. Tenía muchas esperanzas con relación al Vicepresidente, creo que es diferente, pienso que tiene un apoyo real de las organizaciones , pero eso no ha terminado de consolidarse. Creo que si el MAS no termina destruyéndose, Choquehuanca todavía puede traducir esa ideología política del MAS, de cuando empezó. De Evo Morales no se puede decir que tenía esa ideología, al final me doy cuenta que nunca la tuvo, simplemente era un afán de poder y nada más.
¿Por qué cree que Choquehuaca no actúa dentro del gobierno? Lo único que hace son discursos.
Yo creo que él está bastante reducido en sus posibilidades institucionales del Estado, porque siento que ya ha habido un asalto del sector de Evo Morales; el vocero, que ya está entrando en incoherencias, el juicio a Jeanine Añez con esa torpeza, vulneración de DDHH, que no tengamos un Tribunal Constitucional que dé la tutela de la protección del derecho a la vida, eso es muy fuerte. Hay esa ala radical, no en el tema ideológico, sino de aferrarse al poder a toda costa, sin ningún tipo de escrúpulo.
¿Por qué cree que después de tantos años el MAS sigue ganando elecciones, si usted ha percibido descomposición desde el primer día?
Porque no hay otra opción. Las opciones que se han dado hasta ahora no han logrado traducir esas necesidades del pueblo, de transformación por lo menos en los temas culturales. Los líderes de otros partidos son simplemente empresarios, reunión de cuatro personas que deciden todo, o sea, peor todavía que el MAS, porque no tienen ningún acercamiento a la realidad, bastante elitistas, bastante verticales. Resulta que, para fines de justicia social, de avanzar en los derechos, se necesita otro perfil, ese perfil no lo tenemos.
El 2019, en la revuelta contra Evo, ¿qué posición ha adoptado usted? ¿Salió a las calles a poner su pitita?
He estado en bloqueos, hemos hecho un grupo bastante interesante con los vecinos de la zona, había turnos para estar todo el día, hemos hecho barricadas, ha habido momentos de confrontación también. Era una posición ciudadana más allá de la ideología partidaria, era la indignación del fraude electoral. Hemos estado con nuestras sogas, con nuestras pititas. Nos ayudó a ver cuánto puede hacer un ciudadano indignado, teníamos turnos para todo, hasta para la comida, después hicimos una especie de seguridad de vecinos porque nos decían que iban a entrar a nuestra casa, teníamos megáfonos. Para mí fue la mejor experiencia de la construcción de ciudadanía sin partidos políticos. El ciudadano cuando tiene algo que le da valor, indignación, sí se puede cohesionar y sí puede ganar.
El Gobierno ahora dice que hubo un golpe. Usted que participó en esas movilizaciones ¿qué puede decir al respecto?
Solamente es una narrativa que intenta soslayar responsabilidades. Solamente puede decir que ha habido golpe alguien que no ha estado en Bolivia. Alguien que ha estado aquí, que ha vivido los momentos tan difíciles, y hemos tenido la alegría de que renuncie porque correspondía frente a tanta vergüenza, nos damos cuenta que esta es una narrativa que pretenden instalar para mantenerse en vigencia política. Y eso se está viendo en los procesos penales que están haciendo porque no tienen pruebas, no hay evidencias, se están enredando.
¿Qué opina de la instrumentalización de la justicia?
Antes ya había manipulación política, pero no tan crasa. Por eso llegamos al acuerdo de que se elija a las principales autoridades por voto, porque así había pedido la gente. Pero en este tiempo se ve más, porque es craso, hay una cooptación total del Órgano Judicial, está mal, antiético, inadmisible, así no se puede tener justicia.
Usted que ha sido parte de esa Constitución que dispuso la elección popular para jueces, ¿diría que fue un error?
No estoy convencida. Yo creo que el problema no está en la selección final del voto, sino el problema sigue siendo la preselección, se ha hecho a puerta cerrada, no ha habido concurso de méritos, sino que ha sido por consigna, lo que quería el MAS. Hemos cambiado del cuoteo al cuateo, entre sus cuates. Respeto mucho la propuesta de abogados con bastante prestigio, pero proponer un referéndum y sin tener la visión de que va a haber un Tribunal Electoral imparcial es casi un suicidio. No entiendo cómo piensan hacer eso.
¿Cómo ve esta arremetida en contra de las autoridades locales: Manfred, Camacho, Arias?
Veo que hay algunos matices. En el caso de Camacho, se lo quiere involucrar en un hecho que no existe. Si tuviéramos un Tribunal Constitucional, podrían plantear una acción tutelar y decir que hay una persecución ilegal y no lo perseguirían, pero no tenemos Tribunal. En el caso de Iván Arias tendría que pasar lo mismo. En el caso de Manfred Reyes Villa hay un problema con esas consultorías y puede que haya existido daño económico, pero en algunos casos ha habido daños económicos realizados por Evo Morales y no hay ningún tipo de juicio, entonces la justicia es selectiva. Además, ha habido un juicio en rebeldía, que ha sido declarado ya por el Tribunal Constitucional como inconstitucional, no puede haber juicios en rebeldía, y lo raro es que lo vuelven a poner en la ley contra la legitimación de ganancias. Tanto están instrumentalizando que ya han perdido la brújula constitucional.
¿Jeanine Añez debería estar libre o procesada por un juicio de responsabilidades?
Creo que en las cárceles existen muchas Jeanines Añez. Lo que está pasando con Jeanine Añez es el nivel máximo de vulneración de derechos humanos, pero en todas las cárceles hay vulneración de derechos humanos, y en el caso concreto de Jeanine Añez es con un asunto político partidario, que vuelvo a decir, no tiene sustento. Un juicio de responsabilidades debería ser (lo adecuado) con la misma posibilidad que tiene cualquier otro expresidente. Cualquier estudiante de derecho y más si es magistrado del Tribunal sabe que tiene que darle la tutela del derecho a la vida, y eso significa que no debería estar en la cárcel. Por una parte, me indigna cómo Jeanine Añez no ha garantizado un gobierno transitorio corto, que nos permita cambiar a otro gobernante. Hubo angurria de poder en 14 años y angurria en seis meses.
HOJA DE VIDA
Antes del MAS Juez, vocal electoral y tuvo cargos en la Defensa Pública y en la Defensoría del Pueblo.
En el MAS Constituyente, viceministra, diputada y presidenta de Diputados.
Después del MAS Docente de la Universidad Católica de Cochabamba.
Pagina Siete.