Nave sin piloto

El Gobierno acaba de disponer que los bancos y las entidades financieras de vivienda capitalicen 50 % de las utilidades que obtuvieron en 2021.


La medida es una intromisión en negocios privados, como la fijación de tasas de interés, pero el problema de los bancos es mucho más grave.

Prensa Libre


Los diferimientos en los pagos de los deudores, dispuestos por el gobierno de Jeanine Áñez y de Luis Arce han provocado que los intereses por cobrar de los bancos se disparen.


Lo malo es que esto se da cuando las empresas viven las secuelas de la pandemia. Muchas de ellas no se han recuperado, no han vuelto a la normalidad.


Los bancos, que estaban muy agradecidos con el gobierno del MAS porque eliminó la competencia pequeña con la fijación de las tasas de interés, están ahora ante una situación muy difícil.


Las frases de triunfalismo del presidente Arce no alcanzan para dar tranquilidad al sistema financiero ni a los empresarios, ni a nadie, salvo a los medios financiados y afiliados del masismo.


Incluso organismos internacionales han aclarado que la recuperación que se dio en las economías de todos los países del planeta se llama, simplemente, “rebote”, pero el presidente boliviano se hincha de orgullo y se atribuye el mérito del rebote.


Las medidas que aprueba el Banco Central y luego las anula muestra que la capacidad profesional de quienes manejan esa institución no es la apropiada, lo que provoca temores en la banca y en pocos expertos que conocen el tema.


Los banqueros querrían que alguien con conocimiento del tema tomara las decisiones financieras, pero nadie les escucha.


Expertos en hidrocarburos sugieren que se suspenda la provisión de gas a las termoeléctricas para garantizar el volumen de exportación a Argentina, pero otros proponen que se interrumpan las exportaciones para evitar que en el inmediato futuro se tenga que importar el gas para el consumo interno.


¿Alguna idea de parte del Gobierno? Ninguna.
Quizá por eso los cocaleros, en la voz de su jefe, exige el cambio de ministros, con el criterio de que ninguno de ellos sirve.


La crisis del covid que se da ahora tiene que ver con la demora del gobierno de Arce en la adquisición de las vacunas. Estuvo varios meses esperando la llegada de la vacuna rusa, por simpatías ideológicas, mientras se paralizaba la llegada de otras vacunas. Ahora se concentra el rezago, con largas filas para la primera vacuna y crece el tendal de infectados y muertos.
El país está ansioso porque lleguen gobernantes capaces.

Fuente: El Diario