Bolivia celebró Martes de Ch’alla

Una de las tradiciones más arraigadas en el país es el Martes de Ch’alla. La jornada de ayer fue para que las familias muestren sus costumbres al adornar las casas, negocios, automóviles, entre otros bienes materiales, y principalmente a la Pachamama o Madre Tierra como una muestra de agradecimiento a los dones recibidos.

Desde tempranas horas de ayer varios domicilios, en todo el país, “visten” de peculiares formas gracias a los adornos que le ponen sus habitantes, quienes creativamente buscan resaltar su agradecimiento a la Pachamama.

Prensa Libre

Banderines, flores, globos, confites, frutas, entre otros artículos, fueron colgados en los muros y las ventanas, mientras el tronar de los cohetillos anuncian el inicio del Martes de Ch’alla.

En Sucre, como en otras ciudades, lo tradicional en Martes de Ch’alla es compartir una parrillada en familia. Para comprar carne, en la zona del Mercado Campesino, ayer desde temprano se vio a gente haciendo incluso doble fila. Mientras tanto, los propietarios de las carnicerías invitaban carne y un vaso de cerveza.

El presidente Evo Morales recordó este día vía Twitter: “De norte a sur y de este a oeste, los bolivianos hemos celebrado y cumplido nuestras tradiciones. Con el martes de ch’alla, hoy cerramos los principales festejos del carnaval 2019; tras rendirle ofrenda a la Pachamama, estamos listos para volver al trabajo por nuestra #Bolivia”.

ACTO ESPIRITUAL

“Se trata de un acto espiritual que se materializa fundamentalmente en la ofrenda de la bebida, de la comida, de la música a la Pachamama (…) un tiempo de agradecimiento a la Madre Tierra”, explicó el sociólogo David Quispe en una entrevista ofrecida al programa “Todo a Pulmón” de Cadena “A”.

Las libaciones a la Madre Tierra no pueden faltar y para ello el alcohol, el vino y la cerveza están presentes. Del mismo modo, se desarrolla la k’oa, un ritual de reciprocidad y ofrenda a la Pachamama en el que se ofrece una mesa dulce que es consumido por el fuego.

“Si hacemos un desmontaje de esta mesa dulce, contiene elementos vegetales, incienso, k’oa; minerales como la representación de la plata y el oro; animales como el cebo de la llama. En suma, la mesa representa la síntesis de una realidad que no es solo andina y que es símbolo de agradecimiento”, explicó.

Esta costumbre, de origen rural aymara, supo trasladarse a los nueve departamentos y en la actualidad puede asegurarse que es una tradición infaltable en el valle, oriente y chaco boliviano.

Una de las razones lógicas de su expansión es la migración de gente que práctica esta tradición y la enraíza en sus futuras generaciones, Sin embargo, para Quispe esta costumbre debe ser solo concebida desde la perspectiva andina.

“La ch’alla tiene un origen ancestral y también debe concebirse desde la visión amazónica y costeña porque estos pueblos y sus legados precoloniales tienen una amplitud de conocimiento espacial”, agregó.

SANTA CRUZ

Desde tempranas horas de este martes, los comerciantes de los mercados de la capital cruceña, entre ellos los de La Ramada, se dieron a la tarea de adornar sus negocios y preparar la tradicional K’oa para ch’allar sus negocios y agradecer de este modo a la ‘pachamama’ (tierra en quechua) por los favores recibidos y pedir prosperidad, una práctica de la cultura andina que echó raíces en el oriente boliviano.

Los vendedores de la k’oa desde ayer, lunes, ofertan las mesas (consistentes en un papel con hierbas, adornos, alimentos e incienso, entre otros productos) para quienes quieren ch’allar sus negocios, casas o autos. Hay desde Bs 20 hasta 500. Las que más se han comercializado en la Ramada son las de trabajo, le contaron los vendedores a El Deber.

En San Javier los comparseros salieron a las calles a celebrar y participar de ch’alla de negocios y nuevos emprendimientos, informó el corresponsal del medio cruceño, Magno Cornelio.

REENCUENTRO CON LA NATURALEZA

David Quispe aseguró a un medio local que fuera del ritualismo, la práctica de la ch’alla deja una enseñanza sobre el reencuentro con la naturaleza y su reconocimiento porque “la Pachamama no da así no más, la Pachamama pare con esfuerzo y hay que reconocerla”.

“Aquí hay una aprendizaje profundo porque nos olvidamos del cuidado que merece la naturaleza y este tipo de prácticas nos enseñan un reencuentro con la naturaleza”, refirió, según Correo del Sur.

Explica el sociólogo que la ch’alla se ubica en el “jallu pacha” o tiempo de lluvia, época que desde la concepción aymara se explicada dentro de una “lógica seminal, una relación de padre y madre”.

“Esta lógica tiene que ver con la fecundación del padre a la madre y esto se visibiliza con la lluvia. Es la madre la que fecunda y en el tiempo de la ‘anata’ o tiempo del juego se ven los primeros frutos que la Pachamama ofrece”, explicó.

Para Quispe este es un “tiempo de la fertilidad de la Madre Tierra que produce y entrega dones a los hijos”, quienes deben agradecer todo lo que les ofrecido.

“Lo que se recibe debe retribuirse y por eso resalta la lógica de la reciprocidad donde los hijos deben agradecer. Es el tiempo de los primeros productos agrícolas. Lo que hacen lo hombres es agradecer por todos los dones recibidos y se genera un tiempo de dialogo con las cosas que recibieron. Agradecer por el auto, por la casa, por el sacrificio de uno mismo”, dijo.

(Correo del Sur – El Deber)

El Diario.