Luis Arce enfrenta un desgaste acelerado en Santa Cruz: solo el 6,83% lo ve como ganador en 2025

  • Encuesta revela que el 53,33% de los cruceños “nunca votaría” por el presidente, mientras que la desaprobación nacional alcanza el 80,7%. La crisis económica y la polarización interna del MAS marcan el panorama electoral.

El presidente Luis Arce atraviesa uno de los momentos más críticos de su gestión, según la más reciente encuesta del Colegio de Politólogos de Santa Cruz. El 53,33% de los cruceños asegura que “nunca votaría” por el mandatario, evidenciando un desgaste significativo en una región clave para el mapa electoral boliviano. Este dato se suma a una tendencia nacional de desaprobación que alcanza el 80,7%, según un estudio de la fundación alemana Friedrich-Ebert-Stiftung (FES).

Prensa Libre

La encuesta, aplicada entre el 17 y el 23 de febrero por la empresa Spie Consulting SRL, consultó a 1.690 personas y tiene un margen de error del 2,38% con un 95% de confiabilidad. Los resultados reflejan un panorama desalentador para el Gobierno: el 41,84% de los encuestados calificó la situación nacional como “mala” y un 34,93% como “muy mala”. Solo un 1,74% considera que el rumbo del país es “bueno”.

“Está dentro de los parámetros probabilísticos; ha cumplido con todos los filtros de seriedad”, explicó Sergio Vega, presidente del Colegio de Politólogos de Santa Cruz, quien destacó que la encuesta fue socializada para que los candidatos conozcan las demandas ciudadanas. La muestra incluyó a personas de 18 a 25 años, un segmento que refleja las incertidumbres de la sociedad frente a la crisis económica y la corrupción.

Desaprobación nacional y contradicciones en el apoyo

A nivel nacional, el estudio Delphi de la FES confirmó que el 80,7% de los consultados desaprueba la gestión de Arce, mientras que solo un 7,42% la respalda. Esta cifra representa un aumento significativo frente al 72% de desaprobación registrado en octubre de 2024. El desgaste acelerado del mandatario se atribuye a la crisis económica, la inflación y la polarización interna del Movimiento Al Socialismo (MAS).

Sin embargo, no todo es negativo para Arce. Una encuesta anterior de la empresa Diagnosis, publicada el 5 de febrero, reveló que el 56% de los bolivianos apoya la presencia del Estado en la economía y el 50% respalda las empresas estatales en áreas estratégicas, pilares del modelo económico impulsado por el Gobierno. Además, el 43% del electorado respaldaría la continuidad de Arce, principalmente por su defensa del modelo estatal.

“Es una contradicción aparente”, señaló Gustavo Pedraza, analista político. “Aunque la crisis genera descontento, hay un sector que aún cree en el rol central del Estado. Sin embargo, el MAS está dividido y Arce está desgastado, lo que abre espacio para que cualquier opositor con un discurso sólido tenga posibilidades de ganar en agosto”.

Santa Cruz: territorio adverso para Arce

Santa Cruz se perfila como un escenario especialmente complicado para el presidente. El 27,58% de los cruceños considera la corrupción como el principal problema del país, seguido por la inflación (24,16%). Además, en las proyecciones electorales, Arce solo obtiene el 6,83% de apoyo como posible ganador, muy por detrás de figuras como Jorge Quiroga (27,07%), Evo Morales (15,33%) y Manfred Reyes Villa (12,34%).

“Es muy improbable que un candidato del MAS logre más del 51% como en elecciones anteriores”, afirmó Pedraza. “El MAS sigue siendo fuerte, pero dividido. Cualquier opositor con respaldo regional podría capitalizar el voto de rechazo”.

Apoyo electoral en Santa Cruz

CandidatoPorcentaje de apoyo
Jorge Quiroga27,07%
Evo Morales15,33%
Manfred Reyes Villa12,34%
Luis Arce6,83%

Conclusión: El desgaste de Luis Arce parece irreversible en Santa Cruz, mientras que a nivel nacional la desaprobación alcanza niveles históricos. Aunque el modelo económico estatal aún tiene respaldo, la polarización interna del MAS y la crisis económica podrían definir un nuevo rumbo en las elecciones de 2025. El escenario está abierto, y la oposición tiene una oportunidad única para capitalizar el descontento ciudadano.