Quillacollo pide al TSE postergar elecciones por coincidencia con la festividad de la Virgen de Urkupiña

  • Autoridades y líderes religiosos advierten que la celebración, que moviliza a miles, podría afectar la participación y organización de los comicios del 17 de agosto.

Las autoridades de Quillacollo han solicitado formalmente al Tribunal Supremo Electoral (TSE) postergar las elecciones generales, inicialmente previstas para el 17 de agosto, hasta el 24 del mismo mes. El pedido se basa en la coincidencia del calendario electoral con la festividad de la Virgen de Urkupiña, una de las celebraciones religiosas y culturales más importantes de Bolivia, que atrae a miles de peregrinos y turistas cada año.

Prensa Libre

El presidente del TSE, Óscar Hassenteufel, había anunciado el 23 de enero que la fecha de los comicios sería «inamovible», argumentando que responde a los plazos establecidos en el proceso electoral. Sin embargo, las autoridades de Quillacollo sostienen que la festividad, que se extiende del 13 al 16 de agosto, genera un movimiento masivo de personas que podría dificultar la organización y participación en las elecciones. Además, las disposiciones del auto de buen gobierno, que prohíben celebraciones masivas y traslados entre 24 y 48 horas antes de los comicios, afectarían directamente las actividades programadas para la festividad.

El sacerdote Juan Carlos Molina, representante del Comité Internacional para la Fiesta de la Virgen de Urkupiña, expresó su preocupación por la falta de una decisión definitiva del TSE. «Esperamos que la Sala Plena tome una resolución al respecto. Mientras no tengamos una respuesta, no podemos adelantar ninguna programación definitiva para la festividad», afirmó Molina. Su declaración refleja la incertidumbre que rodea a una de las celebraciones más emblemáticas del país, que combina devoción religiosa, tradiciones culturales y un importante impacto económico.

Por su parte, el alcalde de Quillacollo, Héctor Cartagena, criticó al TSE por no haber considerado la magnitud de la festividad al fijar la fecha electoral. «Urkupiña no es solo una fiesta local; es un evento de alcance nacional e internacional que moviliza a miles de personas. Ignorar su impacto en la logística y participación ciudadana es un error que debe corregirse», señaló Cartagena.

Mientras el TSE evalúa la solicitud, la tensión entre el calendario electoral y las tradiciones culturales bolivianas pone en evidencia la complejidad de conciliar procesos democráticos con festividades de profunda raíz popular. La decisión final no solo afectará la organización de los comicios, sino también la continuidad de una tradición que, para muchos, es parte fundamental de la identidad boliviana.