Emapa vende aceite con restricciones mientras crece la escasez en Bolivia
- El registro obligatorio y el límite de dos botellas por persona generan molestias en La Paz, mientras persiste el desabastecimiento de productos básicos.
La Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) comenzó a comercializar aceite comestible en algunas plazas de La Paz, implementando un sistema de registro que permite a los consumidores adquirir hasta dos botellas de un litro por persona al mes. Este mecanismo ha provocado incomodidad entre los ciudadanos, quienes se enfrentan a largas filas y restricciones para acceder a este producto básico.
En la Plaza Villarroel, por ejemplo, los consumidores deben inscribirse en una lista bajo la supervisión de funcionarios de Emapa antes de dirigirse a un puesto contiguo para recoger el aceite. “Es una molestia, pero no hay otra opción. El aceite está escaso y caro en los mercados”, señaló una vecina que esperaba su turno.
Mientras tanto, algunas tiendas en La Paz y El Alto reanudaron la venta de aceite a granel, aunque con precios más altos. El Viceministerio de Defensa del Consumidor intensificó los operativos en centros de producción y puntos de venta, intentando contener la especulación. Sin embargo, los precios han alcanzado hasta 90 bolivianos por un galón de 5 litros, muy por encima de los 50 bolivianos que costaba hace meses.
La escasez de aceite no es el único problema. El arroz, otro producto esencial, también enfrenta desabastecimiento. Emapa ha dejado de comercializarlo, lo que ha obligado al gobierno a intervenir ingenios arroceros en Montero, donde se encontraron 22,000 toneladas de arroz almacenadas. Según denuncias del Viceministerio de Defensa del Consumidor, estos acopios reflejan prácticas de agio y especulación.
El arroz incautado será entregado a Emapa para su venta directa, sin intermediarios, en un intento por estabilizar el mercado y garantizar el acceso de la población a productos de la canasta familiar.
Mientras las autoridades buscan soluciones, los ciudadanos enfrentan un panorama complicado, con filas, precios elevados y una creciente incertidumbre sobre la disponibilidad de productos básicos. “No sabemos qué pasará mañana. Sólo esperamos que el gobierno controle esta situación”, expresó un padre de familia afectado por el desabastecimiento.