El Papa Francisco clama por la paz mundial y reflexiona sobre la unidad familiar

  • En su audiencia general, el Pontífice condena los ataques en Palestina y Myanmar, resaltando la necesidad de un matrimonio basado en el amor y la unidad.

En una emotiva audiencia general en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco lamentó nuevamente los «ataques inhumanos» que sufre Palestina, instando a la comunidad internacional a no olvidar los conflictos en regiones como Myanmar e Israel. A pesar del mal tiempo en Roma, una multitud de peregrinos se congregó para escuchar sus palabras, donde el Pontífice enfatizó la urgencia de buscar la paz en medio de las crisis globales.

Prensa Libre

Durante su catequesis, que giró en torno al tema «El Espíritu y la esposa», el Papa reflexionó sobre la importancia del matrimonio cristiano como una manifestación de la comunión de amor que representa la Trinidad. “Los cónyuges deben formar también una primera persona plural, un nosotros”, subrayó, destacando la necesidad de que padres y madres presenten su unidad al mundo y, sobre todo, a sus hijos.

«¡Cuánto necesitan los hijos esta unidad, padre y madre juntos!» afirmó el Papa, resaltando el sufrimiento que experimentan los niños ante la ruptura de la familia. En este sentido, advirtió que el matrimonio debe construirse sobre roca y no sobre arena, ya que los fracasos matrimoniales repercuten directamente en la vida de los más pequeños. “Las consecuencias de los matrimonios construidos sobre arena están, por desgracia, a la vista de todos”, agregó, subrayando que los niños son quienes más sufren en estas situaciones.

El Papa también hizo un llamado a reconocer la labor del Espíritu Santo en la vida matrimonial, sugiriendo que la preparación para el matrimonio debería incluir no solo aspectos jurídicos y psicológicos, sino también una preparación espiritual que asegure la presencia de Dios en la relación. “El Espíritu Santo sigue realizando, en el plano espiritual, el milagro que Jesús hizo en Caná de Galilea”, aseguró, enfatizando que la invocación del Espíritu puede transformar las relaciones y llevar a una nueva alegría en la vida conyugal.

Así, el mensaje del Papa se convierte en un llamado a la paz y a la unidad, no solo en el ámbito global, sino también en la intimidad del hogar, donde la familia se erige como el primer refugio del amor y la esperanza.