- El régimen de Maduro reprime con fuerza las manifestaciones contra el fraude electoral, aumentando el saldo de víctimas y detenidos.
Al menos cuatro personas murieron, 46 fueron detenidas y decenas resultaron heridas durante las protestas registradas este lunes en Venezuela contra el fraude perpetrado por Nicolás Maduro. El saldo podría incrementarse debido a la creciente represión del régimen contra los manifestantes en diversas zonas del país.
La primera víctima fue registrada en el Hospital Clínico de Maracay (HCM), en el estado Aragua. Según informó el centro asistencial, un hombre de 30 años perdió la vida en el marco de una manifestación. De acuerdo con lo reseñado por el portal Efecto Cocuyo, se trata de Rancés Yzarra, un estudiante que fue alcanzado por una bala «cuando protestaba en los alrededores de la Redoma de San Jacinto, en Maracay, estado Aragua». Testimonios indican que Yzarra llegó al centro asistencial sin signos vitales.
Perkins Rocha, vocero del partido de María Corina Machado, informó que el saldo de muertes en las protestas en Aragua fue de al menos tres personas. En un contacto telefónico para una emisora de radio argentina, Rocha dijo que esperan la confirmación de las identidades de las víctimas y mencionó la posibilidad de una víctima mortal más en Zulia, que podría tratarse de un adolescente de 15 años.
El saldo total de víctimas desde el domingo podría aumentar hasta siete personas de confirmarse un fallecido en Táchira, uno en Zulia y una víctima más en Aragua. Rocha repudió los hechos de violencia que se han registrado durante las últimas horas en Venezuela. El HCM también difundió una lista con los nombres de otras 18 personas que resultaron afectadas durante las protestas y pidió la colaboración de los ciudadanos con recursos para atender a las víctimas.
Más tarde, Alfredo Romero, vocero de la ONG Foro Penal, confirmó la muerte de una segunda persona en el estado Yaracuy, al occidente del país. “Al menos una persona asesinada en [el estado] Yaracuy y 46 personas detenidas por eventos postelectorales”, escribió en la red social X.
Las víctimas de la represión chavista llegan después de que el líder del régimen se autoproclamara presidente por tercera vez tras unas elecciones ampliamente repudiadas a nivel internacional. Pocos días antes de las elecciones, Maduro había amenazado con un «baño de sangre» si no triunfaba en los comicios: “El 28 de julio, si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito, la más grande victoria de la historia electoral de nuestro pueblo”. Esa no fue la primera amenaza de Maduro antes del proceso electoral. En un evento días después dijo que el país iba a decidir entre «guerra» y «paz» en las elecciones presidenciales.
Las fuerzas del orden chavistas reprimieron este lunes protestas espontáneas en Venezuela, mientras crece el llamado internacional a una mayor transparencia en el recuento de votos. Las manifestaciones, que se registraron en todo el país, comenzaron desde la mañana de este lunes, incluso en zonas populosas como Petare, el barrio más grande y peligroso del país.
“¡Y va a caer, y va a caer, este gobierno va a caer!”, gritaban miles de manifestantes que marcharon en la gigantesca barriada popular de Petare, la mayor de Caracas. “¡Que entregue el poder ya!”, exclamaban otros.
Las manifestaciones se reportaron en varios sectores de la capital. Una de ellas, en un sector residencial y de oficinas en el este municipio Chacao, al este de la ciudad, fue dispersada con gases lacrimógenos. “Por la libertad de nuestro país, por el futuro de nuestros hijos, queremos libertad, queremos que se vaya Maduro, ¡vete Maduro!”, dijo a la agencia AFP Marina Sugey, una ama de casa de 42 años, en la protesta de Petare.
En el marco de estas protestas también fueron derribadas al menos cuatro estatuas de Hugo Chávez en estados que fueron bastiones del oficialismo. En videos que circularon en redes sociales se ve la celebración de los ciudadanos que desmontaron las estructuras, descontentos con el régimen que ya tiene 25 años en el poder y ahora intenta atornillarse al menos seis años más.