Hace casi una década, en julio de 2013, la estatal Agencia Boliviana de Informaciones difundía que el gobierno de Evo Morales había iniciado la industrialización de la hoja de coca tras haber autorizado a la Asociación de Productores de Coca (Adepcoca) el procesamiento de 75.000 toneladas con fines medicinales.
El acto se había realizado en Villa El Carmen, donde Morales destacó el aporte económico de Adepcoca y el Estado para ese emprendimiento e incluso reveló que ya había iniciado conversaciones con Ecuador para que compre la producción boliviana.
Eso nunca ocurrió y, por el contrario, cinco años más tarde Adepcoca se convirtió en una piedra en el zapato para el masismo, que no pudo tomar el control de la organización pese a reiterados intentos, los últimos de ellos respaldados por el actual gobierno.
Ayer, el presidente Luis Arce reflotó la propuesta de la industrialización, pero esta vez anunció la instalación de una planta para la producción de pasta dental de coca. Habrá que ver si esta propuesta se concreta y, lo más importante, si los consumidores la aceptan.
Página Siete