
Gobierno impulsa la conexión entre ciencia, tecnología y producción mediante el Fondo FONDECyT
Generando un puente entre la innovación científica y el desarrollo productivo, el Gobierno da un paso audaz con la implementación del Fondo de Fomento al Desarrollo de Ciencia y Tecnología (FONDECyT), en virtud del Decreto Supremo 5008.
La visión de un horizonte tecnológico más brillante se cristaliza con la creación del FONDECyT, un fondo que promete inyectar hasta 50 millones de bolivianos del Tesoro General de la Nación. El objetivo primordial, según las palabras del Ministro de Planificación, Sergio Cusicanqui, es orquestar una sinergia entre el músculo productivo del país y la mente inquisitiva de sus científicos.
En un emocionante anuncio, el Ministro Cusicanqui compartió que este fondo llevará a las entidades y empresas públicas a reconocer sus propias necesidades de investigación, un paso crucial para fortalecer los engranajes de sus procesos productivos. A través de este esfuerzo pionero, se busca llenar los vacíos de conocimiento que pueden actuar como cuellos de botella en la eficiencia y la competitividad.
¿Cómo se logrará esta hazaña? El engranaje esencial será la estrecha colaboración entre el sector académico y las instituciones públicas. Siguiendo los ecos del discurso de Cusicanqui, se reveló que en base a las carencias y aspiraciones de estas entidades y empresas estatales, se convocará a las universidades públicas. Su misión: presentar propuestas de investigación que se alineen con las necesidades identificadas, en busca de soluciones que fluyan como un río de innovación y avance.
«Esto no es solo un impulso a la ciencia y la tecnología, sino también una piedra angular para la estrategia de sustitución de importaciones», destacó el Ministro, subrayando la trascendencia de esta iniciativa para el desarrollo económico sostenible y la soberanía tecnológica. En un mundo que pivota sobre la innovación, Bolivia se encamina audazmente hacia un nuevo capítulo de progreso autónomo.
El FONDECyT representa un faro de esperanza en un panorama donde la convergencia entre investigación y producción se vuelve imperativa. Uniendo fuerzas en una danza entre la inventiva y la utilidad, este fondo podría ser la chispa que encienda el motor de una Bolivia más innovadora y autosuficiente. Con este paso adelante, el Gobierno no solo decreta un cambio, sino que también hace historia, estableciendo un modelo a seguir en la intersección entre ciencia, tecnología y desarrollo nacional.