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“Somos realmente país productor de vino y tenemos futuro”

Esther Ortiz, Tannat Único y Trivarietal son los nombres de los vinos de Campos de Solana galardonados con medallas de oro, cada uno, en el concurso Vinalies Internacional de Francia, uno de los eventos más prestigiosos de la industria del vino mundial. Entre más de 1.000 muestras, de 55 países, los tintos bolivianos destacaron.

Nelson Sfarcich, enólogo de la bodega, revela que el logro es el resultado de más de 10 años de investigación y la muestra de que los vinos bolivianos en su diferencia alcanzaron calidad internacional.

El experto, que lleva la esencia del vino en las venas, habla de la tendencia de la industria vitivinícola mundial y los pasos que sigue la boliviana. Califica al boom de la gastronomía como una gran oportunidad.
Los vinos de Campos de Solana que conquistan premios.

Campos de Solana se llevó oro en Francia

Sí y es el resultado de más de 10 años de investigación y trabajo. Cuando llegué a Campos de Solana empezamos a soñar con lo que podíamos hacer con una bodega que es un referente de calidad en Bolivia. Decidimos trabajar, primero, en la identificación de las parcelas que teníamos y comenzamos a investigar. Introducimos 100 plantas de una variedad y las investigamos durante cinco años y recién volvimos a producir; plantando dos o tres hectáreas para producir un vino, cinco años después. Nos tomó 10 años producir un nuevo vino y en todo ese tiempo logramos más de 50 reconocimientos.

Con nuestra producción buscamos vinos que tengan cuerpo pero que también sean amables y eso se busca trabajando en la viña, porque la tecnología sólo permite exaltar todos los aromas y sabores que tiene el vino. Crear un vino es como gestar un hijo.

¿Cómo está la calidad en la producción de vinos en Bolivia?

Podemos tener un producto de calidad pero totalmente distinto. Tenemos un vino que identifica a nuestra zona, que nos identifica como bolivianos y eso es lo mostramos afuera. Las medallas que obtuvimos con Campos de Solana, más de 50, en concursos internacionales, avalan eso: estamos al mismo nivel de productores de Francia, Italia y países de la región como Argentina y Chile.

Y en el tema de tecnología tampoco tenemos que sentirnos mal y lo hemos demostrado al mundo, que producimos con calidad, de igual a igual. El gran logro de Campos de Solana no es haber posicionado su marca fuera de Bolivia, sino haber posicionando la marca Bolivia. Hoy se habla de Bolivia como un país productor de vino de calidad y eso nos está abriendo las puertas a las exportaciones.

¿Se puede comparar el vino boliviano con el de otros países de mayor tradición en la industria vitivinícola?

La prueba está en que llegamos al concurso Vinalies Internacional en París, Francia, la cuna de la vinicultura, y hemos competido con marcas de gran prestigio y tradición, y nosotros obtuvimos la medalla de oro. Eso nos debe hacer sentir que estamos bien, que estamos igual, porque competimos con vinos que valen 300 dólares, de grandes marcas, y estamos muy bien posicionados. Tenemos calidad y somos diferentes. Lo que sí no podemos manejar aún son las cantidades, porque tenemos una vinicultura más limitada. España, por ejemplo, tiene 1.000 millones de hectáreas, nosotros hablamos de 5.000 hectáreas, para que tengamos una idea, pero estamos en pleno desarrollo para ampliar nuestra superficie.
Cultivo de la uva en Campos de Solana, Tarija.

¿Cuáles son los vinos bolivianos que más gustan afuera?

Cada país tiene ciertas características con su vino. El de Chile, por ejemplo, tiene poca madera, mucha fruta. Son vinos que muestran mucha autenticidad, mucha fruta, de la que desembocan términos amables, fáciles de beber. La tendencia mundial es no hacer vinos demasiado amaderados, sino que la parte de la madera sea una acompañante de todo ese potencial que tiene un vino. Inglaterra, Japón y China buscan vinos que tengan más perfil de fruta y nosotros estamos logrando ese perfil.

¿El vino boliviano tiene futuro con competidores tan fuertes en la región como Argentina y Chile?

El mundo del vino es muy competitivo y existen cantidades innumerables de marcas, pero creo que nosotros tenemos calidad, que en cierta manera llama la atención, porque Bolivia es conocido como un país andino que no tiene tradición vitivinícola, pero nosotros tenemos vitivinicultura desde la época de la Colonia, cuando se introdujo la uva; que no la hubiésemos explotado es otra cosa. Somos realmente un país productor de vino y tenemos futuro.

Campos de Solana está exportando a Gran Bretaña, Dinamarca y Estados Unidos. Estamos con un tercer envío a Inglaterra, que es un país que importa vino de muchas partes de Sudamérica. Somos competitivos con nuestro precio, ofrecemos una opción de calidad-precio.

¿Qué precisa la industria vitivinícola boliviana para seguir posicionándose en el mundo?

Más apoyo gubernamental para facilitar las exportaciones, apoyo para las presentaciones que hacemos afuera. Llevar nuestros vinos, armar un stand y llevar gente representa un costo altísimo. Precisamos una ley de promoción como se tiene en otros países. Como sector industrial necesitamos apoyo en la parte impositiva, por ejemplo.

¿El boom de la gastronomía qué oportunidad ofrece a la industria vitivinícola boliviana?

Estamos trabajando desde hace varios años con el maridaje. Se hace en Tarija, en La Paz y Santa Cruz, donde hay mucha gente hablando de vino. Tenemos sommeliers dedicados a recomendar vinos, cómo hacer el maridaje, que no es más que una generación de armonía entre el vino y la comida para que los sabores no choquen. Estamos en la difusión, nos falta mucho; como Campos de Solana estamos en la tarea de educar para generar una nueva expectativa en la costumbre de beber vino de una forma racional, no exagerada.
Los premios con los que fueron galardonados tres vinos de Campos de Solana en el Vinalies Internacional de Francia, este 2019.

¿Cuáles son los maridajes para los vinos de Campos de Solana reconocidos en Francia?

Esther Ortiz, Tannat único y Trivarietal son tres vinos especiales. El Tannat tiene mucha fruta, así que va muy bien con un plato asociado a pasas de arándanos, con carnes o pescado ahumado. El Trivarietal tiene un aroma a frutos negros, lavanda y algo de miel, y todo eso ayuda con un plato que tenga esas características. En el caso de Esther Ortiz, marida con platos de carne con tocino, con mantequilla negra y pimienta. Un plato fuerte, porque sino uno de los dos sabores desaparecerá.

Concurso y vinos galardonados

La Vinalies Internacional de Francia es organizada hace 25 años por la Unión de Enólogos de Francia. Durante cinco días, expertos de todo el mundo se reúnen para catar a ciegas vinos procedentes de diferentes países. En su última versión participaron 1.002 muestras. Campos de Solana participó en el evento y recibió medallas de oro para tres de sus vinos: Trivarietal, Tannat único y Esther Ortiz.

“El Trivarietal, concebido para fusionar la estructura del tannat, la jugosidad del malbec y la complejidad del petit verdot; el Tannat único, un tinto varietal intenso, con aroma a frutos negros y lavanda, gusto potente y de final equilibrado; y el Esther Ortiz, el vino premium de la bodega de gusto elegante y fresco, con 24 meses de guarda en barricas de roble francés”, dice información de Campos de Solana.
Nelson Sfarcich, enólogo de Campos de Solana.

HOJA DE VIDA

Profesión Enólogo boliviano.
Formación Estudios de especialización en Argentina, Estados Unidos, España, Francia, Chile, Argentina y Bolivia.
Experiencia Bodegas de San Pedro, Concepción, Casa Real, Campos de Solana, de Estados Unidos, España y Brasil.

Pagina Siete.

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