“Yo sólo quiero saber dónde está mi hija”: Madre de Odalys Vaquiata clama por respuestas tras siete meses de su desaparición
- Desesperación y dolor: una madre que solo busca darle descanso a su hija
A siete meses de la desaparición de Odalys Vaquiata, su madre, Mabel Quispe, vive entre el dolor y la desesperanza. Con lágrimas en los ojos y la voz quebrada por la angustia, clama por el paradero de su hija, quien hasta el día de hoy continúa desaparecida. Mabel ya no busca justicia, solo quiere hallar el cuerpo de su hija para poder darle un descanso digno. “¡Yo sólo quiero a mi hija!”, exclama, en medio de una agonía que la consume día y noche.
“Estoy cansada, es una agonía, un calvario que sufro todas las noches y días (…) Duermo llorando, despierto con la esperanza de que tal vez este día sepa de mi hija, quizás hoy tenga suerte”, confiesa Mabel, devastada. Su vida ha quedado reducida a un constante ciclo de dolor y espera, con una única pregunta retumbando en su mente: ¿Dónde está Odalys?
Mientras tanto, la madre de Joel P., principal acusado en el caso, ha cumplido tres meses de detención preventiva y su defensa legal exige su liberación. Pero para Mabel, estos procesos judiciales ya no significan nada. “Ya no me importa si ellos están detenidos, si hay justicia o no, yo quiero a mi hija, sólo quiero que se acabe mi dolor”, declara con la voz apagada por la tristeza.
Además de lidiar con su propio sufrimiento, Mabel tiene la responsabilidad de cuidar a su nieto, el hijo de Odalys, quien aún no sabe que su madre no regresará jamás. El pequeño, confundido y asustado, intenta consolarla de la única manera que puede, con palabras que desgarran el corazón de su abuela. “Él me ve en la cama y llora, me dice: ‘¿Por qué estás así, mamá? Tú también ya no vas a volver igual que mi mamá Odalys’. Lo miro y le digo que voy a ir a trabajar, y me responde: ‘No quiero nada, tomaré agua, pero no vayas a trabajar, no me dejes’”, cuenta entre lágrimas.
Mabel asegura que solo se mantiene en pie por él. “La única razón por la que sigo viva es por mi nieto, sólo por él me levanto todos los días”, revela, mientras intenta mantenerse fuerte para brindarle el cariño y el cuidado que el niño necesita.
El caso de Odalys Vaquiata no solo es un reflejo de la violencia que atraviesa a muchas familias en el país, sino también un llamado desesperado a las autoridades y la sociedad para no olvidar a quienes aún esperan justicia y respuestas.