Transportistas bloquean la carretera a Laja en El Alto: “No pasará ningún camión cisterna hasta que llegue combustible”

Desesperados por la escasez, exigen abastecimiento inmediato en surtidores; denuncian abandono del Gobierno pese a promesas.

Cansados de pasar hasta dos días formados en largas filas sin poder cargar gasolina o diésel, un grupo de transportistas instaló la noche del miércoles un bloqueo en la carretera a Laja, en la ciudad de El Alto, una vía clave que conecta con Desaguadero y el paso fronterizo con Perú.

Prensa Libre

La medida de presión se mantiene este jueves, con quema de llantas en medio de un clima gélido. Los manifestantes advirtieron que no permitirán el paso de ningún vehículo, en especial de camiones cisternas que ingresan desde Perú, hasta que se garantice el abastecimiento de combustibles en los surtidores alteños.

Estamos por el surtidor Rocha bloqueando. El Gobierno nos está haciendo sufrir mucho. Solo pedimos que haya combustible, nada más. Si no, ¿con qué vamos a trabajar?”, denunció uno de los transportistas en un video que circula en redes sociales.

Las imágenes muestran extensas filas de vehículos y rostros marcados por el cansancio. Otro conductor relató a Red Uno que hay vehículos estacionados por kilómetros y que muchos deben aguantar frío, sol y hambre por más de 48 horas, esperando su turno sin garantías de abastecimiento.

Ya no creemos en el Gobierno, siempre promete y nunca cumple”, dijo un tercer manifestante, reflejando el sentir generalizado del sector.

Aunque las autoridades aseguraron esta semana que la distribución de carburantes se normalizó al 100%, la realidad en las calles muestra lo contrario. La pasada semana, el presidente Luis Arce prometió que desde el lunes 26 de mayo se regularizaría “el 100% del abastecimiento de combustibles en el eje central del país”, pero las filas y la desesperación continúan.

El bloqueo en El Alto aumenta la tensión nacional en medio de una crisis energética que sigue golpeando al transporte, la industria y a los ciudadanos de a pie. Mientras tanto, el reclamo es claro: quieren soluciones, no más discursos.