Supremacía del MAS y falta de líderes relegan lucha del Valle
“No hubo una convocatoria seria que interpele a la población o a los sectores sociales. No hay capacidad de dirigencia o liderazgo en Cochabamba en términos cívicos y sociales. Tampoco se logró generar un sentimiento de necesidad de esa demanda. La población cochabambina sí siente que el censo es algo importante, pero no es algo vital y, por lo tanto, no logró movilizar a los sectores”, afirmó la analista política María Teresa Zegada respecto a la marginación de los cochabambinos en las movilizaciones y el paro convocados por el censo en 2023.
Diversos analistas, al igual que Zegada, coinciden en que Cochabamba perdió su espíritu de lucha debido a la carencia de liderazgo por el predominio del partido oficialista, por divisiones internas, falta de coordinación, representatividad y legitimidad del Comité Cívico. Estos factores debilitaron la demanda y las movilizaciones por el censo.
En Santa Cruz, el Comité Interinstitucional lideró un paro de 36 días por el censo. Esa institución convocó a los demás departamentos a unirse a la demanda, pero pese a que los diferentes sectores comparten la petición, las protestas no tuvieron la convocatoria esperada.
En el caso de Cochabamba, la exigencia de que la encuesta nacional se realice al siguiente año no tuvo repercusión con las movilizaciones, paros, cabildos y huelgas. La falta de convocatoria contrasta con las acciones ciudadanas durante los conflictos poselectorales de 2019, cuando diferentes plataformas, instituciones y grupos se unieron para denunciar el supuesto fraude electoral y contuvieron las fuerzas de los movimientos sociales afines al MAS.
Sin unidad
“Creo que los cochabambinos hemos hecho todo lo que está a nuestro alcance. Desde distintas instituciones, organizaciones, la sociedad civil, las plataformas y el Conade hemos aportado un granito a la lucha como a las marchas, los bloqueos, mítines y tomas simbólicas. Tenemos que ser autocríticos, Cochabamba no tiene una institucionalidad unificadora y fuerte, como lo es el Comité Pro Santa Cruz. El tema del censo no fue totalmente socializado como para que se sientan identificados”, afirmó la representante del Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade), Lizeth Beramendi.
La activista añadió que las instituciones cochabambinas están debilitadas y sin representatividad. Además, los sectores productivos se negaron a paralizar para evitar pérdidas económicas.
Esta opinión es compartida por el titular del Comité Cívico de Cochabamba, Apolinar Rivera, quien se refirió a la falta de unidad de distintos sectores.
“Existen muchas variables en la decisión para no entrar en huelga. Los empresarios descartaron esta medida, igual los gremiales, la COD y también los transportistas. Entonces, difícilmente podríamos asumir un paro, sería un fracaso, una medida a medias”, justificó el cívico.
Para el expresidente del Comité Cívico y analista político Israel Mérida, la demanda del censo en Cochabamba fue “trivial” y estuvo marcada por el divisionismo.
“El paro por el censo fue intrascendente, no existe unidad”, indicó el excívico.
Bastión del MAS
Otro argumento para que la demanda por el censo no haya prosperado, según los entrevistados, es que Cochabamba sigue siendo el bastión del MAS.
El poder e influencia del partido oficialista aún predomina y debilita las demandas que vayan en contra del Gobierno.
“No nos olvidemos que Cochabamba es la cuna del masismo. Acá tiene una fuerte presencia. Entonces, las demandas que no sean de la línea masista son débiles, al igual que la línea cívica. Nos está costando reconstruir el Comité Cívico”, indicó Rivera.
Mérida es más directo y contundente en sus declaraciones al identificar por qué no fueron unificadoras las causas por la petición del censo en la Llajta.
“Es un reducto masista y las autoridades son del partido de gobierno o afines al MAS. Santa Cruz se equivocó al sentenciar al país con un plazo de 72 horas para sumarse a la medida; en el caso de Cochabamba molesta tal ultimátum, ya que no es ni será apéndice de nadie y menos bajo amenaza o tiempos perentorios”, afirmó el extitular cívico.
Resultados de los comicios
En las elecciones subnacionales 2021, Humberto Sánchez, del MAS, fue elegido como gobernador de Cochabamba con más del 57% de los votos. El opositor Henry Paredes, de la agrupación Súmate, de Manfred Reyes Villa, sólo logró el 25% de preferencia.
Evo Morales fue presidente de Bolivia desde enero de 2006 hasta noviembre de 2019, se formó políticamente en el Chapare y lideró al MAS y al Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos siendo Cochabamba su “base de operaciones”.
Comité sin representatividad
Otra de las causas identificadas para el fracaso de las protestas por el censo es la falta de convocatoria del Comité Cívico que, desde hace casi una década, está debilitado y carece de liderazgo, según los entrevistados.
“El Comité Cívico carece de representatividad y convocatoria, es una institución apéndice del alcalde y sin una postura clara que marque un lineamiento de acción”, aseguró Mérida.
“Es evidente que el Comité Cívico no es representativo y no une al conjunto de organizaciones civiles y sociales. También sucede que varios de los sectores, como la COD y los campesinos, responden al MAS. Podemos decir que el comité está adoptado políticamente por la línea del MAS”, dijo la activista Zegada.
Agregó que tiene una postura marcada sobre la función del movimiento cívico cochala. “El Comité Cívico es prácticamente una entidad inexistente, sin capacidad de conducción, de comprometer medidas de presión porque no tiene la legitimidad del comité cruceño. Nunca ha logrado encarnar las demandas de la región de manera sostenida”, cuestionó.
Esta crisis interna se hizo más evidente en las gestiones 2017 y 2018, tras la elección en la que fue elegido como presidente David Torrelio, de la línea del partido extinto Nueva Fuerza Republicana. Ganó por mayoría de votos, pero la elección fue observada porque varias de las instituciones afiliadas y candidatos quedaron inhabilitados.
Juan Flores, quien era el presidente saliente, desconoció la elección que favorecía a Torrelio y permaneció —respaldado por algunos sectores— en el cargo. Tras una marcada división de la institución cívica, ambos se consideraban presidente del comité, dando lugar a un paralelismo y carencia de representatividad.
Esta falta de representatividad, legitimidad y liderazgo fue indudable durante los conflictos poselectorales de 2019. El Comité Cívico cochabambino no tuvo convocatoria ni un rol fundamental en los días de paro con las movilizaciones nacionales.
El actual líder cívico Rivera admitió esa debilidad, pero dijo que buscan articular fuerzas y encaminar la institucionalidad. “Hemos tenido un comité dividido sin una voz propia. Pero, estamos haciendo los esfuerzos para articular todo el movimiento, es lo que nos interesa”, dijo.
Pagina Siete