USDT cae a Bs 16,35, pero persisten dudas sobre sostenibilidad; Gobierno fía todo al agro y minería

El dólar virtual retrocede tras haber superado los Bs 20, pero el Ejecutivo minimiza la crisis cambiaria y atribuye la baja a una supuesta mejora en la producción

El dólar digital USDT bajó a 16,35 bolivianos, según el ministro de Economía Marcelo Montenegro, quien aseguró que esta caída refleja una tendencia a la baja impulsada —según él— por el ingreso de divisas del agro y la minería. Sin embargo, la explicación oficial elude las causas estructurales de la crisis cambiaria y la desconfianza generalizada.

Prensa Libre

“Se ha dado un descenso a partir del valor que había hace 10 días, de 20 bolivianos el USDT a 16,35, ese es el valor que evaluamos hasta ayer a las cuatro de la tarde”, señaló Montenegro este martes 27 de mayo. Para el Gobierno, la reciente cosecha de soya y los buenos precios de los minerales bastarían para contener la demanda desbordada de dólares.

Pero más allá del optimismo oficialista, la realidad apunta a un problema mucho más profundo. La semana pasada, el USDT —utilizado como indicador informal del tipo de cambio ante la falta de divisas en bancos y casas de cambio— alcanzó los 20 bolivianos, revelando el deterioro acelerado de la economía y la pérdida de confianza en el Banco Central.

Según Montenegro, la campaña agrícola de verano fue “muy buena” y permitirá el ingreso de una “buena cantidad de dólares en estos meses”. También mencionó que la minería está “con buenos precios”. No obstante, estos argumentos se repiten cíclicamente y no logran ocultar el hecho de que el país enfrenta una escasez crónica de divisas, que el Gobierno intenta disimular mientras sigue sin resolver el estancamiento económico.

El uso del USDT como referencia no oficial se ha masificado debido a la falta de acceso a dólares en el sistema financiero formal. Esta situación fue agravada por la parálisis legislativa, donde el Ejecutivo no ha logrado consenso para la aprobación de nuevos créditos. A pesar de ello, el ministro insiste en que el tipo de cambio “tiende a estabilizarse”, mientras el mercado informal sigue marcando el pulso real de la crisis.