
El Ministro Eduardo Del Castillo se pronuncia sobre el alambrado en la frontera con Argentina: «Los muros siempre caen»
- La construcción del vallado de 200 metros en Aguas Blancas representa menos del 0,026% de la línea limítrofe, según el ministro boliviano.
Este miércoles, el Ministro de Gobierno de Bolivia, Eduardo Del Castillo, se pronunció ante el reciente anuncio de las autoridades argentinas sobre la construcción de un alambrado de 200 metros en el sector de Aguas Blancas, ubicado en la frontera entre ambos países. De acuerdo con Del Castillo, esta obra representa menos del 0,026% de la línea fronteriza, que se extiende por más de 742 kilómetros.

«La frontera entre Bolivia y Argentina son más de 742 kilómetros lineales. Estos 200 metros no responden ni al 0,026% y la historia nos ha enseñado que tarde o temprano todos los muros se caen», expresó el ministro, dejando claro que la construcción del vallado no tiene un impacto significativo en la extensión de la frontera entre ambas naciones.
La medida, que fue tomada por las autoridades argentinas, busca reforzar la seguridad en el sector de Aguas Blancas, particularmente en la zona hacia la oficina de migraciones, donde actualmente existe un pequeño muro por el que personas intentan cruzar de manera ilegal.
El plan propuesto por Argentina consiste en colocar una malla olímpica a lo largo de los 200 metros del muro, con alambres de púas en la parte superior para dificultar el paso de quienes intenten saltarlo.
El Ministro Del Castillo, al referirse al anuncio, también hizo un llamado a la reflexión sobre los muros como solución a problemas históricos. «Los muros no solucionan los problemas, solo los posponen», agregó, reiterando que el respeto mutuo entre los países siempre ha sido la mejor vía para resolver cualquier inconveniente.
La respuesta boliviana se enmarca en un contexto de diálogo y cooperación, donde, según Del Castillo, las diferencias no se resuelven con barreras físicas, sino con la construcción de puentes que favorezcan a ambos países en el ámbito social, económico y cultural.
Este episodio refleja la complejidad de las relaciones fronterizas entre Bolivia y Argentina, que históricamente han sido marcadas por la cooperación, pero también por tensiones ocasionales debido a la migración y el comercio informal.