Gustavo Torrico tilda a Andrónico Rodríguez de ‘candidato perdedor’ y asegura que Luis Arce es el mejor preparado según encuestas

  • El viceministro Gustavo Torrico descarta las posibilidades electorales del presidente del Senado y advierte que su postulación podría ser perjudicial para el MAS.

En un duro discurso este viernes, el viceministro de Gestión Gubernamental, Gustavo Torrico, calificó al presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, como «un candidato perdedor», independientemente de su participación en las próximas elecciones nacionales. Torrico afirmó que, de ser postulado por el Movimiento al Socialismo (MAS), Rodríguez representaría un riesgo de derrota para el partido y lo acusó de actuar como «caballo de Troya de la derecha».

Prensa Libre

Según el viceministro, la imagen de Rodríguez estaría siendo artificialmente inflada por encuestas vinculadas al empresario Samuel Doria Medina, con el supuesto objetivo de «debilitar al MAS desde dentro». «Andrónico debió ir como vicepresidente en esta gestión para prepararse. Ahora es un candidato perdedor, lo verán como traidor. Candidatea y no tiene posibilidad de ganar», aseveró Torrico, añadiendo que el senador «dejó pasar el tren político».

Además, el funcionario advirtió que una eventual alianza de Rodríguez con el Movimiento Tercer Sistema (MTS) de Félix Patzi sería «la tumba de Morena», mientras que un acercamiento a MORENA de Eva Copa significaría «la tumba de Patzi». «Hasta aquí llegó la vida útil de Andrónico», sentenció, utilizando términos como «papel mojado» y «culipandero» para cuestionar su indecisión y falta de proyección política.

En contraste, Torrico respaldó una posible reelección del presidente Luis Arce, argumentando que «las encuestas dicen que es el mejor capacitado» para continuar al frente del país. Reconoció que el gobierno actual «está golpeado», pero aseguró que trabajan en solucionar los problemas y que «tienen visión» de futuro. «Les aseguramos que vamos a ganar la elección», concluyó con firmeza.

La declaración de Torrico intensifica la pugna interna en el oficialismo, en un escenario donde las alianzas y candidaturas aún no están definidas. Mientras, el MAS busca consolidar su estrategia electoral ante un panorama político cada vez más fragmentado.