Estados Unidos de lejos el mejor mercado para productos orgánicos
Las empresas con certificación orgánica del USDA dieron cuenta de aproximadamente el 40 % de las exportaciones totales de productos agrícolas de Argentina y Perú en 2018, cerca del doble con respecto a 2013. Dichas empresas certificadas por el USDA estuvieron concentradas en un puñado de categorías de productos agrícolas, las más importantes entre las que están las frutas, el café y el té, y las harinas.
Precios altos
Las empresas con certificación orgánica registraron mayores niveles de exportaciones, incluso si se controla por las diferencias entre las empresas y sus productos a lo largo del tiempo (por ejemplo, los cambios en la productividad de las empresas para producir ciertos bienes específicos) y entre los países de destino y los sectores a lo largo del tiempo (por ejemplo, los cambios en la demanda de bienes de determinados sectores por parte de los países).
En particular, las exportaciones a los Estados Unidos fueron un 20,3 % mayores para las empresas con certificación orgánica del USDA. El aumento de los valores exportados surge del incremento de los volúmenes debido, principalmente, a envíos más frecuentes y a un aumento de los valores unitarios, señalan.
Tomás Lisazo es Consultor del Sector de Integración y Comercio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID-INT) y también es Asistente de Investigación del Sector de Modelos de Simulación Económica del Instituto Interdisciplinario de Economía Política de Buenos Aires (MESi – IIPE).
Ignacio Marra de Artiñano trabaja en la Unidad de Clima de Inversión del Banco Mundial; Gabriel Scattolo es consultor del Sector de Integración y Comercio del Banco Interamericano de Desarrollo.
Christian Volpe Martincus es Economista Principal en el Sector de Integración y Comercio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID); y Lucas Zavala es becario posdoctoral en la Sección de Economía Internacional de la Universidad de Princeton.
La expansión de la agricultura orgánica puede representar oportunidades para que los países en desarrollo diversifiquen sus exportaciones. Esto podría beneficiar a los pequeños productores y reducir de ese modo la pobreza en las áreas rurales, ayudando al mismo tiempo al medio ambiente a través de la adopción de prácticas más sostenibles.
Para que estos beneficios se materialicen, los países deberían implementar políticas que aborden las posibles fallas de mercado que pueden impedir que los productores se certifiquen. Estas podrían incluir medidas para reducir las barreras a la información que suelen enfrentar las empresas cuando buscan oportunidades de negocios en el exterior y cuando evalúan los costos y las condiciones requeridas para obtener certificaciones orgánicas, así como las ventajas que conllevan.
Las agencias de promoción de exportaciones pueden jugar un papel importante al respecto. Por ejemplo, en 2018, la costarricense PROCOMER lanzó su «Programa de Crecimiento Verde» para asistir a las empresas a fin de mejorar sus prácticas y resultados de sostenibilidad por medio de los cambios apropiados en sus procesos productivos.
La facilitación del comercio orgánico mediante la suscripción de acuerdos internacionales (como los Acuerdos de Reconocimiento Mutuo «ARM» entre países) es otra área importante en la que los países deben seguir avanzando. Por ejemplo, Chile ya ha firmado e implementado acuerdos de este tipo con varios socios.
El BID apoya a los países de ALC en la implementación de esta agenda. Una iniciativa importante en este sentido es LAC Flavors, un foro de negocios anual que el Sector de Integración y Comercio ha organizado en 12 ocasiones en la región desde 2009.
En el marco de dichos foros, compradores de países tan lejanos como Dubai han cerrado negocios con proveedores de ALC. Ese fue el caso, por ejemplo, de Organic Rainforest, un productor y exportador peruano de cacao orgánico, que ha logrado abrir nuevos mercados y diferenciar sus productos mediante la obtención de certificaciones orgánicas, kosher y de fair-trade.
El Diario