
Jorge Tuto Quiroga: Esta campaña se gana con propuestas, no con quejas ni lloriqueos
- El candidato de Libre, en un acto en Santa Cruz, acusó a sus opositores de recurrir a la difamación por desesperación y pidió a sus seguidores contrarrestar los ataques exhibiendo su plan de gobierno.
Con un discurso enfocado en la confrontación de ideas por encima de los ataques personales, Jorge ‘Tuto’ Quiroga, candidato presidencial del partido Libre, se pronunció este miércoles en Santa Cruz. Desde la plaza céntrica, Quiroga drew a clear line between his campaign strategy and that of his opponents, whom he described as desperate.

«A mí me insultan todos los días en TeleSur, en Kawsachun Coca, y yo no lloriqueo. En redes sociales hablan mal de mi madre; han gastado una fortuna para intentar destrozar a JP (Velasco). Y, ¿acaso ustedes han visto a JP o al ‘Tuto’ llorando? No. Nosotros luchamos por Bolivia, porque la causa es salvar al país», afirmó con contundencia ante sus simpatizantes.
El expresidente aseguró que la única herramienta que le queda a la oposición es la descalificación. «Están desesperados y lo único que les queda es insultar, difamar y mentir», aseveró, contrastando estas acciones con lo que, según él, debe ser el debate público: la presentación de soluciones concretas para la crisis que atraviesa el país.
Quiroga se refirió específicamente a la reciente convocatoria de Edmundo Lara, candidato a la vicepresidencia por el PDC, quien pidió a sus seguidores crear videos críticos en su contra. El candidato de Libre calificó esta táctica como un intento de fomentar la guerra sucia.
Frente a esta estrategia, Quiroga instó a su base de apoyo a una respuesta diferente y constructiva. «Yo a nuestros seguidores les pido que, ante cada insulto, muestren la propuesta: la autonomía total, muestren la Bolivia digital, muestren la revolución propietaria liberal que se viene», exhortó. «Muestren la estabilidad que vamos a traer y el cambio radical que vamos a propiciar».
Con este mensaje, Quiroga busca reposicionar el eje de la campaña electoral hacia el debate programático, desmarcándose de lo que define como una espiral de agravios y desinformación promovida por sus adversarios políticos.