Legisladoras de oficialismo y oposición se enfrentan a puñetazos y patadas en el hemiciclo
En un hecho sin precedentes, una interpelación al Ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, se convirtió en un caos total cuando un grupo de legisladoras de diferentes partidos protagonizó una violenta pelea en pleno hemiciclo. La confrontación física incluyó puñetazos, empujones y patadas frente a la testera del parlamento.
Las agresiones comenzaron en el momento en que el ministro finalizaba su exposición y respondía a las preguntas relacionadas con la aprehensión del gobernador de Santa Cruz, Fernando Camacho, quien está involucrado en el caso «Golpe de Estado I».
En ese preciso instante, un grupo de legisladoras de la oposición abandonó sus asientos y se ubicó delante de Del Castillo, sosteniendo carteles en apoyo al gobernador cruceño. La tensión se elevó rápidamente y las parlamentarias del Movimiento Al Socialismo (MAS), partido oficialista, reaccionaron de forma agresiva, rompiendo los carteles y desencadenando gritos, empujones, patadas y hasta jalones de cabello.
La situación se volvió insostenible y el presidente de la Asamblea Legislativa, David Choquehuanca, se vio obligado a declarar un cuarto intermedio en la sesión con el fin de calmar los ánimos exaltados. El caos reinante refleja la profunda polarización política que atraviesa el país y pone de manifiesto la falta de diálogo y respeto entre los diferentes sectores políticos.
Ante estos hechos lamentables, varios legisladores y miembros de la sociedad civil han expresado su indignación y preocupación por la falta de civismo y el deterioro del debate político en el país. Asimismo, se ha solicitado una investigación exhaustiva para determinar responsabilidades y sancionar a los implicados en esta vergonzosa pelea parlamentaria.
La violencia en el ámbito político es un claro indicador de la crisis que enfrenta el país y evidencia la urgente necesidad de promover el diálogo y la tolerancia como pilares fundamentales de la democracia. El episodio de hoy deja una mancha negra en la historia del parlamento y llama a la reflexión sobre la importancia de recuperar el respeto y la cordura en el ejercicio de la política.