
OBDEFOLK exige la renuncia de la ministra y viceministro de Culturas por «traición al patrimonio cultural boliviano»
- La organización acusa a las autoridades de promover acuerdos con Perú y Chile que pondrían en riesgo la autenticidad del folklore nacional, sin consultar al sector cultural.
La Organización Boliviana de Defensa y Difusión del Folklore (OBDEFOLK), con más de dos décadas de trayectoria en la protección del patrimonio cultural, lanzó un contundente manifiesto exigiendo la «renuncia inmediata» de la ministra de Culturas, Esperanza Guevara, y el viceministro Juan Carlos Cordero Nina. La demanda surge tras denunciar negociaciones secretas que buscarían declarar el Siku y otros elementos culturales como «patrimonio compartido» entre Bolivia, Perú y Chile, bajo el auspicio de la UNESCO.

Reuniones a puertas cerradas y una «traición a Bolivia»
Según OBDEFOLK, el Centro Regional para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de América Latina (CRESPIAL) habría aprobado documentos sin la participación de representantes bolivianos del ámbito cultural, ignorando el origen exclusivo de expresiones como la fiesta de la Candelaria, reconocido incluso por Perú en un acuerdo con Bolivia en 2014. «Estas acciones son una alta traición a los intereses del país», señala el comunicado, acusando a Perú y Chile de «lucrar históricamente» con símbolos bolivianos.
La organización recordó que, en 2024, ya había denunciado ante la UNESCO el plagio sistemático por parte de Puno (Perú), pero el Ministerio de Culturas «impidió que la voz de Bolivia se escuchara» durante la convención en Paraguay. «Las actuales autoridades son incompetentes, sumisas y carecen de preparación para defender nuestra identidad», agregó el texto.
Exigencias y llamado a la acción
OBDEFOLK demandó que los cargos sean ocupados por «profesionales capacitados en patrimonio cultural» y convocó a la ciudadanía a respaldar su lucha bajo tres consignas: «Nuestra cultura no se negocia», «Nuestra identidad no se comparte» y «Bolivia se respeta».
El manifiesto concluye con un llamado a frenar lo que califican como un «riesgo para la originalidad boliviana», mientras sectores artísticos y folklóricos evalúan movilizaciones en apoyo a la demanda. Hasta ahora, el Ministerio de Culturas no se ha pronunciado sobre las acusaciones.