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Luego de no poder colocar sus bonos, el Gobierno sube el interés a 7,5%

El Gobierno aún no logra concretar la emisión de bonos soberanos por 2.000 millones de dólares y tuvo que subir la tasa de interés a 7,5% para atraer inversionistas. Es la más alta que se pagará por deuda contratada en los últimos años.

Para el analista financiero Jaime Dunn, esta nueva colocación de títulos-valores es más cara que las realizadas en años anteriores porque se pagará un interés más alto. “El deterioro de las finanzas públicas costará al país 350 millones de dólares extras en intereses”, remarcó.

La oferta de intercambio y recompra de bonos soberanos de Bolivia por 2.000 millones de dólares en los mercados internacionales tendrá una tasa de interés del 7,5% y un plazo que vence en 2030, según una nota oficial publicada en el portal https://www.prnewswire.com.

“De conformidad con los materiales de la invitación, Bolivia anuncia hoy que el cupón de los títulos nuevos que se espera emitir a cambio de los títulos antiguos, que son ofertados válidamente por las entidades bolivianas destinatarias y aceptados para el intercambio de conformidad con las ofertas de intercambio, se espera que sea del 7,5%”, menciona parte del documento.

La fecha de vencimiento es 2030, con amortización en tres cuotas con un monto igual en 2028, 2029 y 2030.

El pasado 10 de febrero se conoció en Estados Unidos (EEUU) la decisión del Gobierno boliviano de canjear y comprar sus bonos soberanos por 2.000 millones a los tenedores nacionales y extranjeros de esos valores y que tienen vencimientos en 2022, 2023 y 2028. La semana pasada se amplió el plazo para recibir ofertas.

Bolivia en 2012 emitió bonos soberanos por 500 millones de dólares con una tasa de interés de 4,88%, por otros 500 millones de dólares en 2013 con una tasa de 5,95%. La última colocación fue en 2017 por 1.000 millones de dólares y tasa de 4,5%.

El analista Jaime Dunn explicó que Bolivia pagará una tasa más alta por el deterioro de su calificación de riesgo desde 2017.

Antes esa nota era de BB o de BB-, pero ahora las compañías de calificación de riesgo rebajaron la nota a B o B+ y con perspectiva negativa.

Para calcular el interés que se deberá pagar por la nueva emisión se toma en cuenta la tasa de interés de los bonos a 10 años en EEUU, que están en 1,95% a 2%, y a eso se debe añadir el spread de riesgo del país que está en 550 puntos básicos o 5,50%. De esa manera se fija el 7,5% para los bonos soberanos bolivianos.

Cuando la calificación de riesgo del país era de BB, el spread de riesgo era de 270 puntos básicos o 2,7%. “Si la calificación fuera de BB hoy, el spread sería de 2,97% y con la tasa de 1,95% de los bonos de EEUU, la tasa de emisión de los bonos soberanos de Bolivia de 4,92%”, recalcó Dunn.

Añadió que incluso se hubiese logrado una tasa más baja que 7,5% si la emisión de bonos se hacía en meses anteriores, porque la tasa de los bonos de EEUU era inferior. Se situaba en 0,9% cuando Luis Arce asumió la presidencia en 2020. “Calificadoras advierten un déficit alto, caída de ingresos, menor crecimiento, situación política compleja, vulnerabilidad a conflictos sociales, eso influye en el spread y calificación de riesgo”,puntualizó.

El analista y experto en pensiones Alberto Bonadona señaló que en esta negociación de bonos Bolivia siempre mostró una posición más débil para canjear y comprar bonos viejos por nuevos, y a cambio debe ofrecer una mayor tasa de interés.

“Si el país no hubiese aumentado el riesgo país, la tasa de interes sería menor, pero ahora el riesgo país es mayor y eso obliga a subir la tasa de interés. En esto influyen las condiciones económicas y políticas, no se refleja estabilidad con persecución a opositores y eso influye en el panorama económico”, dijo.

De acuerdo con Bonadona, el país se endeuda más caro en términos de intereses y perdió la oportunidad de conseguir dinero más barato en meses pasados a nivel internacional con créditos externos a nivel concesional.

¿Qué es la calificación de riesgo? Es resultado de un proceso de evaluación periódico que refleja la opinión respecto al riesgo crediticio (probabilidad de impago-default) del gobierno. Esto se basa en un análisis cuantitativo y cualtitativo de la capacidad de honrar obligaciones del país conforme a condiciones pactadas.

Además de aspectos económicos, sociales, institucionales y políticos que inciden en el desempeño de la economía.

Fuente: Pagina Siete

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