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Mujeres en pandemia: tránsito al empleo informal e incremento de tareas del hogar

El tránsito al empleo informal y el incremento de las tareas del cuidado de la familia son los principales problemas que enfrentan las mujeres desde la llegada de la pandemia de la covid a Bolivia, según un estudio que se hizo en siete municipios del país.

Esta investigación indica que “la autonomía económica de las mujeres (es decir, la capacidad de generar recursos e ingresos propios a través del trabajo remunerado y en igualdad de condiciones a las de los hombres) ha sido fuertemente afectada por la pandemia”.

“El empleo informal ha crecido hasta el 75,4% en 2020, con una proporción más elevada en el caso de las mujeres: 78,5% frente al 72,9% para los hombres”, se lee en el “Estudio Impacto de Covid-19 en medios de vida de mujeres y propuestas de reactivación económica en siete municipios de Bolivia (Pailón, Santa Cruz de la Sierra, Cochabamba, Colcapirhua, La Paz, El Alto y Viacha)”. Este trabajo fue elaborado por Rodrigo Velasco con el apoyo de Oxfam y Veter.

El 10 de marzo del año pasado se registraron los dos primeros casos de coronavirus en el país. A los pocos días, el Gobierno transitorio de Jeanine Añez determinó una cuarentena rígida para evitar la propagación de los contagios. Desde entonces, municipios y departamentos continuaron con algunas restricciones, como la circulación nocturna, los viajes y la prohibición del libre tránsito los fines de semana.

Estas medidas afectaron profundamente la economía nacional, en especial en los servicios y el comercio, sectores con una mayor presencia de las mujeres.

La coordinadora del Programa Justicia de Género de Oxfam, Lourdes Montero, dijo a Página Siete que el primer y principal “impacto” de la covid está relacionado al desempleo.

“Más de 240 mil empleos directos fueron los que perdieron las mujeres y se nota un tránsito de la economía formal a la informal. Es decir, ahora, hay muchas más mujeres en el campo de la economía informal porque no pueden darse el lujo de no generar ingresos. Eso puede abrir un camino para convertir los empleos informales en más precarios”, aseguró Montero.

El estudio advierte que los 241 mil empleos perdidos en Bolivia se produjeron entre 2019 y 2020 en áreas urbanas del país. El informe complementa que “el 55% de los trabajos perdidos en este tiempo eran de mujeres”.

En Cochabamba, uno de los municipios que forma parte del estudio, los sectores más afectados fueron la construcción, el transporte, el comercio, turismo, industria y otro tipo de servicios. “Esta afectación trajo consigo la pérdida temporal y/o definitiva de fuentes de empleo e ingresos de las mujeres, incremento del trabajo doméstico y de cuidados, y el aumento de los casos de violencia intrafamiliar”, dice la investigación.

“En el centro de la ciudad, las calles se han convertido en grandes mercados. El centro está lleno de puestos ambulantes y en la mayoría se trata de mujeres que han salido a ganarse la vida”, contó una de las entrevistadas.

El empleo en Bolivia es “fundamentalmente informal”, aseguró Sonia Montaño, activista, socióloga y quien se denomina: “abuela”. “Estos problemas afectaron más a las mujeres y muchas veces las cifras fueron empleadas para ocultar la precariedad. Incluso, dijeron que mejoraron el empleo, pero lo que crece es el empleo informal”, dijo la especialista.

Montaño consideró que la pandemia permitió “visibilizar” estos rasgos de precariedad del mercado laboral boliviano. Explicó que en Bolivia no existen datos “confiables” del trabajo no remunerado de los hogares. “Sabemos que en todos los niveles, muchas mujeres que eran trabajadoras del hogar también fueron despedidas”, apuntó.

Esta investigación identifica además las medidas que aplicaron los municipios para mitigar los impactos de la pandemia en los últimos meses, como el apoyo a emprendimientos productivos (Pailón), ferias productivas (Colcapirhua) y la red de empleo (La Paz).

De acuerdo con Montero, un segundo análisis de impacto de la pandemia tiene que ver con el incremento de las tareas del cuidado de la familia.

“Estas obligaciones esencialmente fueron asumidas por las mujeres. Van desde la compra de implementos de higiene, alimentos, preparación de la comida y educación de los niños. Eso generó mayor fatiga y depresión en las mujeres. Todas declaran estar muy cansadas por el incremento de sus tareas”, dijo.

Un tercer impacto -según Montero- fue visibilizar “con suficiente profundidad” el incremento de la violencia intrafamiliar y doméstica.

“Las familias tendieron a liberar el estrés de estos momentos con más peleas y violencia. En un momento de la pandemia fue muy difícil hacer una queja. En este período, las mujeres se aguantaron de realizar una denuncia por temor a contagiarse de covid. Éstos fueron los impactos más preocupantes en la calidad de vida de las mujeres”, sostuvo Montero.

Los problemas que atraviesan las mujeres pueden derivar, según Montero, en un incremento de la pobreza. “Lo que más nos preocupa es que estamos en riesgo de perder todos los avances: no sólo en autonomía económica de las mujeres, sino en el combate a la desigualdad”, precisó.

La profesional mencionó que en los pasados 15 años fueron acumulando “pequeños éxitos” respecto a la incorporación de las mujeres al mercado laboral y a la igualdad de compartir tareas de cuidado del hogar.

“Todos estos avances pueden estar en riesgo porque la vida de las familias (es más precaria) y por un aumento de la pobreza”, dijo la especialista.

Embarazos en niñas

Informe Estudio Impacto de Covid-19 en medios de vida de mujeres detalla que de enero a julio de 2020 se registraron 19.233 embarazos en niñas y adolescentes en Bolivia, según los datos del Sistema Nacional de Información en Salud (SNIS). El cálculo de esta institución indica que el promedio de embarazos por día es de 90.

Regiones De acuerdo con el reporte, el departamento de La Paz registra la mayor cantidad de embarazos con 4.386, seguido de Santa Cruz con 4.257, Cochabamba con 3.881, Potosí 1.830, Beni 1.710, Chuquisaca 1.019, Oruro 930, Tarija 790 y Pando 430. Por esa razón hay demandas políticas públicas para reducir estas cifras de embarazos en menores de edad. Esta situación se agravó con la imposibilidad de salir de sus hogares y presentar una denuncia.

Pagina Siete.