Camacho culpa al MAS por escalar al segundo lugar mundial en deforestación: “Han impuesto un sistema para aniquilar el bosque”

Bolivia perdió 1,8 millones de hectáreas de bosque en 2024, un 200% más que el año anterior. El gobernador cruceño denuncia corrupción, incendios y avasallamientos promovidos por el oficialismo.

Tras conocerse que Bolivia ocupa ahora el segundo lugar mundial en deforestación, el gobernador electo de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, responsabilizó directamente al Movimiento Al Socialismo (MAS) por la grave situación ambiental. “Es otro de los números trágicos que deja el masismo. El masismo de Evo Morales, Luis Arce y Andrónico Rodríguez inventó a los famosos interculturales, entre otras cosas, para hacer negocios corruptos con la tierra”, declaró desde el penal de Chonchocoro, donde guarda detención preventiva.

Prensa Libre

Camacho afirmó que la estrategia del MAS ha sido “una cadena de corrupción con la tierra” que ha derivado en un daño ecológico irreparable. Según los datos de la Universidad de Maryland y la plataforma Global Forest Watch (GFW), la pérdida de bosque primario en Bolivia se incrementó en un 200% durante 2024, con una superficie devastada de 1,8 millones de hectáreas, de las cuales el 81% corresponde a bosque primario.

Los reportes atribuyen más de la mitad de esta pérdida a incendios forestales, muchos de ellos provocados para despejar terrenos destinados al cultivo de soya, caña de azúcar y cría de ganado. Estas quemas se convirtieron en mega incendios alimentados por las fuertes sequías que azotaron al país.

Camacho exigió un nuevo modelo ambiental con sanciones duras y ejemplares para quienes provocan incendios y avasallan tierras. “El año pasado, bajo la mirada indiferente del gobierno de Arce y sus cómplices locales, se quemaron más de 10 millones de hectáreas”, denunció en sus redes sociales.

Asimismo, señaló que los máximos líderes del MAS “han impuesto todo un sistema para aniquilar el bosque” y advirtió que en las elecciones del 17 de agosto la ciudadanía debe reflexionar no solo sobre economía o política, sino también sobre el destino de la naturaleza. “Al elegir el camino, debemos pensar en Bolivia, en la economía, pero también en el bosque”, concluyó.