
Jerjes Justiniano: “La reunión de la UCB no fue el germen de la renuncia porque Evo renunció antes”
Jerjes Justiniano Atalá fue ministro de la Presidencia por 21 días durante el gobierno de Jeanine Añez. Luego de ser citado por el caso “golpe 1”, la semana pasada decidió quedarse en el extranjero porque considera que lo quieren involucrar por haber participado, en representación de Luis Fernando Camacho, en las reuniones de pacificación que se hicieron en la Universidad Católica. En esta entrevista con Página Siete, Justiniano habla sobre esas reuniones, sobre los hechos de Sacaba y Senkata, y sobre su abrupta salida del gabinete de Añez.
Se fue del país por un asunto médico. ¿Cómo está de salud?
Hay algunos antecedentes que son importantes. El primero es que el 12 de julio del año pasado sufrí un infarto y me tuvieron que implantar dos stents. Otro antecedente es que mi bisabuelo murió a los 51 años por un infarto, mi abuelo murió a los 49 años producto de un infarto, mi madre murió a los 59 años por un infarto, entonces tengo antecedentes cardíacos que han sido funestos para mi familia. El día 30 de enero tuve un problema, fui al médico y me sugirió la realización de un estudio de perfusión y viabilidad cardíaca con talio, que no se realiza en Bolivia. De inmediato, busco boletos aéreos a San Pablo, que es donde él me recomienda que vaya, pero como no encuentro, al otro día salgo por tierra, hago migración de forma legal y desde Corumbá me voy a San Pablo. Esto fue el día 3 de febrero y el día 9 de febrero recién me entero de la existencia de una citación en mi contra. Lo importante es que yo salgo del país por un problema médico y no salgo huyendo del país producto de una citación.
¿Por qué luego viaja a Lima?
En realidad me hacen el estudio, me dicen que está todo normal, que puede ser producto del estrés. Pero tengo otros dos antecedentes médicos, en primer lugar, yo tuve fiebre reumática cuando era pequeño, lo que afecta en la formación y el desarrollo de las arterias; además tengo diabetes. Entonces, el médico del Brasil me recomienda a otro médico amigo de él en Perú para hacer un tratamiento de ambas cosas, tema cardíaco y diabetes. Por esa razón yo me vengo al Perú. En cuanto me notificaron, yo redacté un memorial justificando mi inasistencia y pidiendo que se me tome la declaración por Zoom, pero ha sido rechazado. El abogado Alain de Canedo, que ha presentado el memorial, sin embargo, me dijo que ha hablado con el fiscal y que le ha manifestado que van a solicitar una historia clínica para ver si todo el problema de salud es verdadero, es decir, ya están cuestionando. Yo no tengo problema, mi historia clínica está en el Hospital San Juan de Dios, tengo antecedentes, pueden rebuscar lo que quieran. Dice que el fiscal preguntó cuándo vuelvo “porque así lo vamos a citar nuevamente”. Es decir, la intencionalidad es que yo sí o sí me presente en La Paz.
Usted está citado como testigo. ¿Qué le hace pensar que buscan involucrarlo o ponerlo como investigado?
Las declaraciones del ministro Del Castillo indicando que yo tengo que volver al país a rendir cuentas. Esto quiere decir que se me está tendiendo una trampa porque me citan en calidad de testigo, pero tengo que rendir cuentas, lo que significa que en realidad la calidad que tengo es de imputado, de denunciado. Ahí yo empiezo a revisar la documentación y recuerdo que en la imputación formal de Luis Fernando Camacho dice que él participó del golpe de Estado en las reuniones de la Universidad Católica por intermedio de su abogado Jerjes Justiniano. Esto quiere decir que si hubo golpe y el golpe se gestó supuestamente en la Universidad Católica, está claramente demostrada la intencionalidad. Y, finalmente, están queriendo implantar una mentira de que existió un golpe de Estado, pero en Bolivia no existió golpe de Estado.
¿A raíz de esto es que usted toma la decisión de quedarse en el extranjero?
Si vuelvo a Bolivia, es como la novela de Gabriel García Márquez, Crónica de una muerte anunciada, es decir, lo más probable es que me van a meter preso, entonces ¿es inteligente volver? ¿Tengo que ser valiente y enfrentar la situación y volver a Bolivia para que me metan preso? Yo creo que es algo tonto y creo que de tonto tengo muy poco. Prefiero actuar inteligentemente y quedarme fuera más por cautela, por prudencia y ver cómo se sigue desarrollando el escenario político del país. Si algo puedo afirmar, sin lugar a dudas, es que en Bolivia no existe Estado de Derecho, que la justicia es vendida al poder político.
Usted ha estado 21 días como ministro de la Presidencia de Añez, pero ahora le toca buscar asilo. ¿Cree que valió la pena?
La vida cambia en un minuto. Yo llegué a ser ministro sin pensarlo. El día 12 de noviembre yo estaba fuera del Palacio, acompañando todavía a Luis Fernando Camacho y él me dice, “doctor, quiero hacerle una sugerencia, quiero que usted sea ministro”. Si ustedes miran, en el juramento, el único con una chamarra, sin saco, sin terno, sin corbata soy yo porque no tenía previsto en mis planes ser ministro porque no soy político. En esos 21 días se escuchó hablar de guerra civil, de convulsión social, de muchas muertes, y creo que la providencia nos acompañó para pacificar el país. No hubo más muertes, no hubo una guerra civil, gracias a la gestión de esos 21 días. Creo que valió la pena, aunque todo tiene una consecuencia. Ahora las circunstancias son distintas y estoy fuera del país y lo que toca hacer simplemente es asumirlo.
¿Cómo empieza su relación con Luis Fernando Camacho? ¿Cómo es que aparece en La Paz esos días de convulsión?
Yo soy abogado de la familia Camacho desde hace 13 años. En el conflicto del 2019, los primeros tres días del paro cívico, yo como cualquier otro ciudadano estaba entre mi casa y mi rotonda, y de repente me llama el padre de Luis Fernando y me dice “doctor, ¿por qué usted no está acompañando a mi hijo? Mi hijo está tomando decisiones que pueden tener alguna trascendencia legal y quisiera que usted lo acompañe”. Desde ese momento yo empiezo a acompañarlo. Entonces, surge la idea de presentarle una carta a Evo Morales para que renuncie, porque resulta que hubo dos muertos en la ciudad de Montero y Evo Morales había dicho que el día que haya un muerto en su mandato, él iba a renunciar. Luis Fernando me pregunta si puedo acompañarle a La Paz, pero no nos dejaron descender de El Alto, nos sacaron por la fuerza, nos subieron por la fuerza a un avión de regreso a Santa Cruz. Al otro día, Luis Fernando anuncia que él iba a volver a la ciudad de La Paz y me pide nuevamente que lo acompañe, yo lo acompaño en calidad de abogado y así lo hice hasta el 12 de noviembre. Es más, yo fui a la reunión de la Católica en mi calidad de abogado de Luis Fernando Camacho. Cuando renuncia Evo Morales, fuimos a Santa Cruz a levantar el paro y Luis Fernando dijo algo que parece ser que caló muy fuerte en el MAS, me agradeció públicamente en un cabildo, a los pies del Cristo, diciendo que todo eso se había logrado gracias a mi persona. Fue un agradecimiento exagerado y creo que el MAS, a partir de ese momento, pensó que todo había sido gestado por mí y por eso dicen que tengo que rendir cuentas al país del golpe de Estado, cuando yo mejor que nadie sé que no hubo golpe de Estado, hubo fraude electoral, renuncia de Evo Morales y sucesión constitucional.
¿En las reuniones de la Católica se decidió que Jeanine Añez sea presidenta? El MAS apunta a esas reuniones como el germen del supuesto golpe.
Si es que ahí se gestó el golpe, hay que recordar día y hora de la reunión. La reunión se realiza el día 10 de noviembre cerca de las seis de la tarde, hora en que Evo Morales ya había renunciado. Por lo tanto, la reunión en la Universidad Católica no pudo haber sido el germen de la renuncia de Evo Morales, porque la renuncia Evo Morales es anterior a la reunión. El segundo elemento es que la finalidad era frenar la espiral de violencia que estábamos viviendo ante la convulsión social. Participan los principales líderes políticos, la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, la diputada Susana Rivero. Entonces, ¿esto quiere decir que Adriana Salvatierra y Susana Rivero fueron parte del golpe? No es lógico, ¿no es cierto? El tenor de la reunión era ver qué hacer con la convulsión social, nunca fue para discutir quién va a ser presidente. Cuando llegamos a la reunión y nos enteramos que Evo Morales había renunciado, nos enteramos también que Adriana Salvatierra había dicho que ya no iba a asumir y que el senador Medinaceli tampoco iba asumir, empezamos a ver qué dice la Constitución al respecto.
Luego a usted le toca ser ministro durante los hechos de Sacaba y Senkata. ¿Quién tomó las decisiones sobre el uso de la fuerza esos días?
Los masistas han catalogado al decreto 4078 como el decreto de la muerte, porque dice que (los militares) estarán exentos de responsabilidad penal, pero resulta que el decreto dice que estarán exentos de responsabilidad penal cuando la Fuerzas Armadas actúen en estado de necesidad, en legítima defensa y con proporcionalidad en los medios empleados. El artículo 11 y 12 del Código Penal del año 1972 dice exactamente lo mismo, que estarán exentos de responsabilidad penal los que actúen en legítima defensa, siempre y cuando haya proporcionalidad y en estado de necesidad. Lo que dice el decreto supremo es lo que dice el Código Penal, por lo tanto, no tiene mayor trascendencia. Pero, además hay otro elemento esencial, ese mismo decreto dice que para que se autorice que los militares puedan intervenir debe seguirse una serie de procedimientos establecidos en un decreto del año 2005, que establecía la necesidad de un informe de logística, un informe de Inteligencia, una solicitud del comandante dirigida al ministro de Defensa y, finalmente, quien decide es la presidenta, no deciden los otros ministros. Yo no conocí que me hayan pedido una autorización para que los militares salgan en Senkata y Sacaba, yo era el ministro de la Presidencia, no era el ministro de Defensa. El día de los lamentables fallecimientos de Senkata, exhorté al Ministerio Público a que realizara la investigación porque los reportes iniciales decían que las personas habían muerto por disparos de arma de fuego calibre 22, que no utilizan las Fuerzas Armadas. Había que investigar por qué murieron personas con disparos de atrás si estaban los policías adelante. Nunca el decreto 4078 sirvió para que sea un decreto de la muerte. Y se pretende implantar también la mentira que fui yo el que redacté el decreto y por esa razón también es que están detrás de mí, cuando no ha sucedido nada de eso.
¿Quién lo redactó?
No sé quién lo redactó. Cuando llegué a la reunión de gabinete ya estaba el decreto. Fernando López me dice que este decreto se ha elaborado a exigencia de los militares, entonces, yo lo reviso y veo que no es inconstitucional, que es coherente con el Código Penal y digo “no hay ningún problema” y por eso es que se firma, pero no lo redacto.
¿Cómo fue su salida del gabinete?
No me voy por voluntad propia. Yo recibo una llamada de Luis Fernando Camacho 21 días después de ser ministro, que me dice “doctor, la presidenta dice que lo ha llamado y usted no ha contestado y me ha pedido su renuncia”. Yo no he contestado porque estaba en una reunión en El Alto, donde lo que menos querían saber era de la presidenta en ese momento. Luego, al salir de la reunión la llamo y ella no me contestó, luego la busqué y su secretaria me dice que está con dolor de cabeza, que no puede atenderme; volví a la media hora y me dice que sigue con dolor de cabeza. La llamé insistentemente, le mandé mensajes a su celular y finalmente no me contestó. En horas de la tarde yo estaba en una reunión con los movimientos sociales, de repente entra uno de mis asistentes y me dice “señor ministro, la presidenta acaba de nombrar a un nuevo ministro de la Presidencia”. Es así que terminan mis 21 días de ministro, así como asumí sin pensarlo dejé de ser ministro también sin pensarlo.
¿Qué cosas estuvieron mal en ese gobierno?
Muchísimas. Me transformé en un crítico del gobierno de Jeanine Añez en primer lugar porque ella no tenía que postularse para presidenta, fue un error. En segundo lugar, fui un crítico de la gestión corrupta porque fue un gobierno que estuvo marcado por la corrupción y por la ineficacia. Y además hubo un error político. Jeanine Añez, con el poder del Estado, debió haberse transformado en la gran articuladora de un proyecto de unidad nacional y no ser la candidata, porque cuando uno es candidato, genera reacciones.
¿Cuándo piensa que podría volver a Bolivia?
Estoy convencido, en Bolivia no existe Estado de Derecho, en Bolivia no existe libertad democrática. Voy a regresar cuando se den las condiciones. Yo creo que retornar en este momento a Bolivia es como una crónica de una muerte anunciada. En el momento que yo retorne me van a aprehender, bajo cualquier argumento, ellos se inventan motivos.
“Si vuelvo a Bolivia, es como la crónica de una muerte anunciada, es decir, me van a meter preso”.
“Nunca el decreto 4078 sirvió para que sea un decreto de la muerte. (…) Y no lo redacté yo”.
“Creo que el gobierno de Jeanine Añez estuvo marcado por la corrupción y por la ineficacia”.
Fuente: Pagina Siete