
FamiliCasa, la inmobiliaria creada para lavar la estafa de El Buen Samaritano
¿Puede que un futbolista de barrio, su esposa y un empresario -que declaró como “patrimonio” una deuda de 1.400 dólares- sean declarados solventes para recibir un crédito de 40 millones de bolivianos? La respuesta es: legalmente no.
Aun así, el préstamo se adjudicó en medio de ilegalidades, que quedaron establecidas mediante dos auditorías realizadas a la Cooperativa de Ahorro y Crédito El Buen Samaritano. Las fiscalizaciones, una administrativa y otra jurídica, se llevaron a cabo entre 2015 y 2016.
El 13 de junio de 2008, los responsables de El Buen Samaritano aprobaron un préstamo por 40.523.045 bolivianos a nombre de tres personas que representaban legalmente a una inmobiliaria que no existía legalmente el momento en que se aprobó el crédito: la sociedad anónima FámiliCasa Bienes Raíces.
Los documentos a los que Página Siete accedió para esta investigación revelan que ninguno de los tres accionistas de FamiliCasa tenía experiencia en la venta de tierras, carecían de patrimonios para la garantía requerida en un préstamo y que sólo se consideró su “solvencia moral” para recibir el millonario monto. Por supuesto, el crédito fraudulento se convirtió en deuda incobrable y 14 años después no hay responsables del saldo: 3,4 millones de dólares.
Ese dinero perdido era patrimonio de los más de 45.000 socios y ahorristas de El Buen Samaritano. Y fue dispuesto por el entonces presidente del Consejo de Administración de la cooperativa, Hoggier Hurtado Áñez y otros directivos, gerentes, agentes de crédito y funcionarios, que son investigados por las denuncias de fraude.
Empresas “fachada”
De acuerdo con las auditorías internas y testimonios de víctimas de la estafa en El Buen Samaritano, el dinero de los ahorristas fue malversado a través de FamiliCasa y otras nueve empresas creadas y operadas por socios del predicador Hurtado, en su rol de presidente del Consejo de Administración.
Los representantes de estas firmas “fachada” se beneficiaron y trabajaron con millonarios préstamos que la cooperativa les daba con garantías poco solventes. En varios casos, nunca se lograron pagar.
El Buen Samaritano aún tiene 944 víctimas, socios y ahorristas, que esperan la devolución de su dinero. Hay dos procesos penales abiertos contra los exrepresentantes legales de la inmobiliaria y contra Hoggier Hurtado, en relación con FamiliCasa.
Tierras, no dinero
El préstamo de los 40,5 millones de bolivianos no se dio en dinero en efectivo, se concedió en tierras. Supuestamente se transfirieron de El Buen Samaritano a FamiliCasa 1.907 lotes, cuya extensión en metros cuadrados nunca pudo ser determinada por la falta de documentos.
Ésa es una de las primeras precisiones establecidas en el “Informe de Auditoría Nº 028/2015” presentado por María Angélica Toledo Alanoca. Y coincide con la auditoría jurídica realizada entre noviembre de 2015 y febrero de 2016 que lleva las firmas de las abogadas Ana María Jaldín Arredondo y María Gloria Saravia Barboza.
Germen de FamiliCasa
La Cooperativa El Buen Samaritano tenía muchas “propiedades improductivas”. Para 2008, le urgía generar ingresos por medio de la venta de esos terrenos para seguir operando y pagar los intereses que había prometido a sus ahorristas, según la explicación que dieron para este reportaje el actual presidente del Consejo de Liquidación y el gerente general de El Buen Samaritano, Jorge Montoya y Boris Borda, respectivamente.
La urgencia para vender esas tierras improductivas que pertenecían a El Buen Samaritano surgió por la instructiva de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), que en 2008 inició el “proceso de adecuación” de financieras no reguladas por la Ley de Bancos.
Para entonces, la mayoría de las 53 empresas que debían migrar al nuevo sistema eran de Santa Cruz y habían adquirido tierras del Estado para abastecer la explosión del mercado inmobiliario que se dio en esa región, promovida también por el Gobierno por medio de los programas de viviendas sociales.
Luego de una evaluación preliminar, para conocer si la cooperativa cumplía con los requisitos para obtener la “Licencia de Funcionamiento” como entidad de “ahorro y crédito”, la ASFI cuestionó que El Buen Samaritano tenía más de 40 millones de bolivianos en tierras improductivas. Para lograr la licencia debía monetizar esas propiedades y la solución era venderlas, pero la norma no le permitía realizar negocios de bienes raíces.
“Los genios del momento, directivos y gerentes de El Buen Samaritano, dicen ‘hagamos una empresa’. FamiliCasa fue creada por ellos, pusieron socios de la misma cooperativa y para estar seguros colocaron un controler (controlador). No salió un solo boliviano de la cooperativa, sólo terrenos por 40 millones”, explicó el actual gerente Borda a Página Siete.
Al ser catalogado como un “préstamo”, el contrato estipulaba que FamiliCasa debía pagarlo con intereses. Es decir, la nueva inmobiliaria recibía tierras a un determinado precio y debía venderlas generando ganancias para salarios, gastos de operación internos y lograr además un monto considerable para pagar los intereses.
“La cláusula vigésima indica que, en virtud a la transferencia de inmuebles realizada, la Cooperativa El Buen Samaritano otorga un préstamo a favor de FamiliCasa por la suma de Bs 40.523.045. En la subsiguientes cláusulas señala plazo y forma de pago: a 96 meses, computables a partir de la firma del presente contrato, pagaderos en seis cuotas fijas anuales de capital más los intereses devengados, con un período de gracia de dos años y con una tasa de interés de 5% anual”, señala el punto 10 de los antecedentes de la auditoría 028/2015.
El texto concluye precisando: “El importe del préstamo no coincide con la sumatoria del valor de las urbanizaciones que señala en el mismo documento”. Es decir, que la extensión de terrenos era menor y que éstos tenían sobreprecio.
Esa irregularidad fue confirmada por Mayerlin Bonilla, exgerente de FamiliCasa (2010 – 2014), quien en entrevista con este medio aseguró: “Todos los terrenos que le dio El Buen Samaritano a FamiliCasa tenían sobreprecio, todos”.
La auditoría
La auditoría jurídica realizada en este caso reveló decenas de irregularidades que van desde la fecha de la creación de FamiliCasa hasta los estatutos de funcionamiento de la inmobiliaria. Resaltan las siguientes:
El 16 de junio de 2008, el Consejo de Administración de El Buen Samaritano -compuesto por Kenjiro Sakaguchi Yamamoto, Casto Nava Grágeda, Jaqueline Inturias Pardo, Marwin Frías Sánchez, Alejandro Sancho Ubeda y Jonny Cortez Sulzer- aprobó el crédito de 40, 5 millones de bolivianos a favor de la inmobiliaria FamiliCasa usurpando funciones del Comité de Crédito que era el encargado de autorizar esas transacciones.
En la auditoría también se revela que Hoggier Hurtado, su esposa, Ana Manuela Aguayo, y su hijo, Raúl Hurtado, están involucrados en el crédito fraudulento. Varios de los poderes notariales de las tierras, entregados a FamiliCasa, eran falsos y otros predios no existían.
Según la Escritura Pública del 13 de junio de ese año, FamiliCasa se creó el 10 de junio con un capital de 20.000 bolivianos. Cabe resaltar que el crédito que recibió de parte de El Buen Samaritano fue aprobado cuando la inmobiliaria no existía.
El directorio de FamiliCasa estaba conformado por Rolando Scott Antelo, supuesto gerente de Fecacruz; César Alberto Aguilera Bruno, un futbolista de barrio que ganaba 2.500 bolivianos; y su esposa, Claudia Cecilia Romero, una ejecutiva de ventas de un canal de televisión cruceño, quien fue la primera gerente general de FamiliCasa.
Ninguno contaba con la experiencia para administrar la inmobiliaria. Es más, Scott declaró no tener vivienda propia, pero sí una deuda con El Buen Samaritano de 1.400 dólares. Aguilera dijo poseer una computadora, un equipo de sonido, una televisión y una radio como patrimonio.
En el informe de evaluación previo al otorgamiento del préstamo realizado por la oficial de crédito Gabriela Adorno Esteves, el 16 de junio de 2008, se alertaba: “El crédito es de alto riesgo porque la empresa no muestra la solvencia financiera que se requiere”. Sin embargo, por órdenes del Consejo de Administración, sólo se tomó en cuenta la “solvencia moral” de los representantes de la firma.
Por tanto, se dejaba a consideración de los miembros del Consejo de Administración de El Buen Samaritano y de la asamblea general de socios la aprobación del crédito.
“Modus operandi”
De acuerdo a la explicación de Bonilla, quien fue gerente de FámiliCasa entre 2010 y 2014, los controler designados por la cooperativa y Hoggier Hurtado tenían la última palabra sobre el manejo de la inmobiliaria. No obstante, ésta -en documentos- era totalmente independiente de El Buen Samaritano.
Las irregularidades eran tantas que la ASFI cuestionó que FamiliCasa pague 2.000 dólares mensuales a Hoggier Hurtado, sólo por ser presidente del Consejo Administrativo de El Buen Samaritano. Bonilla relató que incluso después de esa observación, se le ordenó seguir pagando ese monto, pero por medio de una tercera persona.
Socios estafados
La exgerente de FamiliCasa confirmó la versión del coronel del servicio pasivo Sebastián Claure, una de las víctimas del fraude que denuncia a Hurtado y El Buen Samaritano. Según Bonilla, luego de declarar la quiebra o liquidación voluntaria de la cooperativa, los gerentes y directivos ofrecieron pagar a los ahorristas con terrenos.
Parte de estos terrenos provenían de FamiliCasa. En el caso de Claure, que perdió un millón de dólares, Hurtado le ofreció -en 2014- pagar la deuda con terrenos por valor de 50 dólares el metro cuadrado, pero el coronel descubrió a tiempo que El Buen Samaritano había comprado esas tierras a 20 centavos de dólar el metro cuadrado.
Bonilla reveló que varias de las víctimas en la misma situación del coronel aceptaron terrenos o casas a medio construir, “por no perderlo todo”. De esa forma se lavó o encubrió parte del millonario fraude cometido a través de El Buen Samaritano.
Actualmente hay dos procesos penales relacionados a FamiliCasa. El primero es por el otorgamiento ilegal del préstamo y se desarrolla en juzgados de la Villa Primero de Mayo en Santa Cruz; están imputados los exgerentes de ambas firmas. El segundo caso es por la falsificación de un poder notarial, por medio del cual Hurtado y otra exsocia (Viviana Fabiola Carrasco Ayala, prófuga y sentenciada en un proceso aislado) levantaron los gravámenes de terrenos que estaban en garantía por el millonario préstamo.
Entre las víctimas de la venta de terrenos con sobreprecio está el Fondo de Desarrollo del Sistema Financiero y de Apoyo al Sector Productivo (Fondesif), al que se le vendieron predios a 50 dólares el metro cuadrado cuando sólo valían 21 dólares. Ni la Procuraduría ni la ASFI son parte de los procesos penales, pese a que la ley los obliga a tomar parte de los mismos por el daño económico al Estado.
Ésta es la cuarta y última entrega de la investigación de P7 Plus. Puede ver la versión multimedia en: https://investiga.paginasiete.bo/la-estafa-millonaria-del-buen-samaritano/
Estafa millonaria
Predicador Ante los tribunales el expresidente del Consejo de Administración de la Cooperativa El Buen Samaritano, Hoggier Hurtado, se presenta como invidente; sin embargo, cada domingo lee la biblia en sus prédicas para la Comunidad Cristiana de Santa Cruz.
Fraude Tras el cierre de la entidad, se descubrió que los préstamos que otorgó a empresas ficticias y manejadas por sus socios tenían garantías fraudulentas y por las cuales se beneficiaron familiares y allegados.
1.907
lotes
Fueron transferidos, con sobreprecio de
El Buen Samaritano a FamiliCasa.
$us 3,4
Millones
es el monto que aún debe FamiliCasa a la Cooperativa El Buen Samaritano.
“FamiliCasa es creada por El Buen Samaritano. La cooperativa no le da dinero, pero sí terrenos”.
Borda, Consejo Liquidación
“El préstamo no coincide con la sumatoria del valor de las urbanizaciones en el documento”.
Angélica Toledo, auditora
Fuente: Pagina Siete