El presidente prioriza mensajes progresistas mientras el país enfrenta crisis económicas, judiciales y sociales.
En medio de una coyuntura marcada por problemas estructurales en la economía, crisis política y social, y una creciente inseguridad jurídica, el presidente Luis Arce publicó un mensaje en sus redes sociales alineado con la agenda ideológica globalista, en conmemoración del llamado “Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia”.
En su cuenta oficial de X (antes Twitter), Arce escribió que es momento de “respetar y celebrar la diversidad”, refiriéndose a las distintas identidades de género y orientaciones sexuales. También afirmó que se debe erradicar “la discriminación, la violencia y la exclusión en todas sus formas”, insistiendo en “promover la igualdad” y “garantizar los mismos derechos y oportunidades sin importar la identidad o expresión de género”.
El mensaje desvía la atención hacia discursos identitarios importados, mientras no responde a las demandas urgentes del pueblo boliviano, que actualmente sufre el constante incremento en los precios de productos básicos y necesarios para la subsistencia diaria.
En vez de enfocar la gestión en reformas estructurales, combatir el desempleo o atender la crisis institucional, el presidente opta por reforzar un discurso considerado por muchos como ideológico, divisivo y ajeno a la realidad nacional, más cercano a los intereses de agencias internacionales que a los valores tradicionales del país.
Una vez más, queda en evidencia que el oficialismo prioriza mensajes simbólicos progresistas, mientras la Bolivia profunda enfrenta realidades urgentes como el hambre, la falta de empleo y el deterioro del sistema de justicia.