- El joven falleció luego de recibir repetidos golpes con un bate de béisbol como medida disciplinaria por un presunto robo de Bs700. Las autoridades investigan el caso para identificar a los responsables.
Un trágico suceso ocurrió en el penal de San Antonio de Cochabamba, donde un recluso de 22 años perdió la vida tras ser víctima de una violenta golpiza. Según informó el jefe de la fuerza anticrimen de Cochabamba, coronel Freddy Medinacelli, el joven había ingresado hace tan solo unos días al centro penitenciario, acusado de portación ilegal de arma de fuego.
El hecho se reportó el domingo 14 de mayo, cuando se descubrió que el recluso identificado como Gastón J.E. había sido golpeado con un bate de béisbol como medida disciplinaria impuesta por otros internos. De acuerdo con el reporte policial, se alegaba que el joven había robado una suma de Bs700, lo cual habría motivado el acto violento.
En un principio, se había especulado que se trataba de una pelea entre reclusos, pero el coronel Medinacelli descartó esta teoría. El jefe de la fuerza anticrimen afirmó que el caso se trataba de una medida disciplinaria tomada por los propios internos contra Gastón J.E. La golpiza fue tan severa que el joven tuvo que ser trasladado a la enfermería, lamentablemente sin poder recuperarse y perdiendo la vida.
Durante la investigación del caso, se encontró el bate utilizado en el ataque, así como también se detectaron manchas de sangre en una de las paredes. Actualmente, las autoridades se encuentran trabajando para identificar a los responsables de este violento suceso. El coronel Medinacelli reveló que en el sector del penal donde ocurrió el hecho, había 65 personas durmiendo y que ahora se cuenta con 64 sospechosos.
Es importante destacar que la disciplina dentro del penal es responsabilidad de los delegados designados en dicho recinto carcelario. La muerte de Gastón J.E. ha generado conmoción y preocupación, ya que pone de manifiesto la necesidad de reforzar la seguridad y el control al interior de las prisiones, así como de abordar de manera efectiva los problemas de violencia entre reclusos.
Las autoridades continúan investigando el caso y se espera que se tomen las medidas necesarias para esclarecer los hechos y evitar que situaciones similares se repitan en el futuro. La vida y la integridad de las personas privadas de libertad son responsabilidad del Estado, y es fundamental garantizar su seguridad dentro de los centros penitenciarios.