Protesta en Santa Cruz por falta de combustible culmina con basura y carteles de rechazo frente a YPFB
- Ciudadanos y líderes cívicos exigen respuestas al Gobierno y a la estatal petrolera por la escasez de diésel y gasolina, mientras advierten con más movilizaciones.
Un grupo de ciudadanos, liderados por opositores, cívicos y activistas, protagonizaron este martes una marcha de protesta en Santa Cruz para exigir soluciones ante la falta de combustible en la región. La movilización, que partió del Cuarto Anillo de la Doble Vía La Guardia, culminó con bolsas de basura y carteles de rechazo frente a las instalaciones de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
Los manifestantes, que recorrieron varias calles del centro de la ciudad, corearon consignas en demanda de diésel y gasolina, además de pedir la renuncia del presidente Luis Arce y del titular de YPFB, Armin Dorgathen, a quienes responsabilizan de la crisis de abastecimiento. “Ya no aguantamos esta situación”, fue una de las frases más repetidas durante la protesta.
Al llegar a las puertas de la estatal petrolera, los participantes lanzaron bolsas con basura y pegaron carteles en las rejas del inmueble con mensajes de rechazo al Gobierno nacional. “Que digan dónde está la plata, porque el presupuesto está, pero el combustible no llega”, expresó Stello Cochamanidis, presidente del Comité pro Santa Cruz, quien se sumó a la movilización.
Cochamanidis advirtió que, de no resolverse el problema, las protestas seguirán sumando más gente. “No vamos a permitir que nos quiten el tiempo de producir por la incompetencia de este Gobierno”, afirmó el líder cívico, criticando duramente al gabinete de Arce.
Además, no se descarta que en los próximos días se convoque a una Asamblea de la Cruceñidad, donde se podrían definir nuevas acciones para presionar al Ejecutivo. La falta de combustible, que ya ha generado largas filas en las estaciones de servicio, se ha convertido en un tema crítico para la población y el sector productivo de la región.
La protesta de este martes refleja el malestar creciente en Santa Cruz, una de las regiones más afectadas por la escasez de hidrocarburos, y deja en evidencia la presión social que enfrenta el Gobierno para resolver esta crisis.