IBCE rechaza propuesta de control de divisas y advierte de consecuencias negativas para la economía
 |  |  |
14 de agosto.- El Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) ha rechazado la propuesta del Gabinete Social Extraordinario de implementar un control de divisas en las exportaciones y ha advertido sobre al menos siete posibles consecuencias negativas para la economía del país.
“Como entidad técnica de promoción del comercio exterior, a la luz de la álgida situación en la que se encuentra la economía en general y las exportaciones e importaciones, en particular, no podemos sino manifestar nuestra profunda preocupación ante el desatinado pedido del ‘Gabinete Social’, ya que los resultados que acarrea el control del comercio exterior serán funestos para la ciudadanía”, expresó Alan Camhi Rozenman, presidente del IBCE.
El IBCE enumera las siguientes consecuencias potenciales si se opta por el control de divisas:
- Distorsión del mercado: El dólar podría dispararse en el mercado negro debido a la insuficiencia de divisas para cubrir la demanda.
- Inflación: Aumento en los costos de insumos y precios de bienes importados.
- Escasez de productos: Reducción en la oferta de bienes extranjeros en el mercado.
- Menos inversión: El control de capitales podría desincentivar la inversión en el país.
- Menor crecimiento: Caída de la economía y freno al comercio exterior.
- Pérdida de empleos: Menor actividad económica en el sector formal.
- Devaluación del Boliviano: Aumento de la desconfianza en la moneda nacional.
El IBCE ha solicitado al Gobierno Nacional aclarar la situación y descartar la propuesta del Gabinete Social Extraordinario para evitar generar expectativas negativas en la economía boliviana.
“Siendo que las señales cuentan para las decisiones que deben tomar los agentes económicos, la sola sugerencia de un posible control de divisas puede disparar las expectativas negativas respecto al dólar. Por ello, hacemos una respetuosa recomendación al Ejecutivo para que desestime tal posibilidad y proporcione la tranquilidad necesaria a los actores del desarrollo económico”, concluyó Camhi Rozenman.