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Desde la llegada del Covid se registraron al menos 10 agresiones contra la prensa

Desde que la Covid-19 llegó a Bolivia se registraron al menos 10 agresiones contra periodistas. Los embates van desde insultos, pasando por persecución, golpes, intentos de linchamiento y hasta amenazas de muerte, según un recuento realizado por Página Siete a partir de los reportes de la Unidad de Monitoreo de la ANP-Diarios.

El 10 de marzo se registraron en el territorio nacional los primeros casos de coronavirus. De ahí en más, el Gobierno determinó una serie de medidas para mitigar y bajar el riesgo de contagios, como la cuarentena rígida. No obstante, pese a esa situación el periodismo no paró sus actividades y es en ese marco que se dieron la mayoría de las agresiones contra la prensa.

Del total, cuatro agresiones se registraron en el departamento de La Paz, tres en Cochabamba, dos en Santa Cruz y una en Chuquisaca. Por los 10 casos resultaron afectadas más de 17 personas, entre periodistas, camarógrafos y conductores de unidades móviles de prensa.

El tema cobró vigencia después de que el jueves, movilizados que rechazan las restricciones para mitigar y bajar los riesgos de contagio de la Covid-19 intentaran linchar a un equipo de prensa de la red Unitel y agredieran a una corresponsal de El Deber.

Aquello ocurrió en la localidad de Entre Ríos, en el trópico de Cochabamba, cuando –según el relato de los afectados- un grupo de gente obligó al equipo de Unitel a cortar la transmisión de noticias que había iniciado. Ante los golpes y empujones, el periodista, el camarógrafo y el chofer se refugiaron en el vehículo de la red televisiva.

Los agresores, según el relato, empujaron el automóvil de un lado a otro y hasta amenazaron con prenderle fuego con los ocupantes dentro. Fue el periodista que se abrió paso y abandonó el vehículo y corrió para pedir ayuda ala unidad policial. Tras una negociación, la Policía sacó, con una escolta, a los agredidos.

Ese fue precisamente la décima agresión de la lista. El embate noveno ocurrió el 10 de junio, cuando dos periodistas fueron agredidos por personas en estado de ebriedad en Caranavi (La Paz) -presuntamente vendedores de autos indocumentados- cuando los comunicadores realizaban la cobertura de un operativo de control de la Policía. Además de increparles, lanzaron al piso su cámara y los golpearon.

La octava agresión ocurrió el 5 de junio, cuando una periodista de Red Uno y su equipo fueron agredidos en una feria callejera en El Alto (La Paz) por comerciantes informales, que infringían una disposición de prevención contra la Covid-19. El equipo de prensa fue víctima de una persecución con palos y piedras.

El 20 de mayo ocurrió la séptima agresión, cuando una periodista y un camarógrafo de ATB escaparon de un brutal ataque de manifestantes que bloqueaban el acceso al relleno de K’aka K’ara (Cochabamba), pidiendo fin a la cuarentena, elecciones y la renuncia de la presidenta Jeanine Añez. Como consecuencia de la arremetida, el camarógrafo resultó con lesiones en el pecho tras recibir una pedrada, presuntamente lanzada con una honda, mientras que el vehículo que transportó al equipo terminó con los vidrios rotos.

La sexta agresión data del 22 de mayo, cuando un periodista y un camarógrafo de Unitel fueron golpeados por quienes bloqueaban la carretera en el municipio Mairana (Santa Cruz), en reclamo de elecciones generales. Todo ocurrió en el momento en que el equipo de prensa intentaba entrevistar a los manifestantes. Los agredidos sufrieron puñetes, patatas y hasta garrotazos.

El 12 de mayo se registró la quinta agresión, cuando un grupo de periodistas de varios medios de comunicación se dirigió a realizar la cobertura del bloqueo en K’ara K’ara (Cochabamba). En el lugar, no obstante, les lanzaron piedras y palos, y fueron insultados, empujados y hasta rodeados por los movilizados.

La cuarta agresión ocurrió el 7 de mayo cuando silenciaron a Radio Tv Apolo Bolivia. Su director, Edgar Toro Lanza, denunció que se trata de un atentado a la libertad de expresión, dado que los malhechores se llevaron documentos, videos y fotografías en la computadora, pero dejaron la consola, los micrófonos y el decodificador.

“Curiosamente dejaron la consola, los micrófonos, el decodificador y su control. Pero se llevaron toda la información, documentos, videos y fotografías en la computadora. Removieron todo”, afirmó Toro.

El 2 de mayo se registró la tercera agresión, cuando comunarios de Yanacachi (La Paz) resolvieron “suspender las actividades” del corresponsal de Radio FM Bolivia en esa región y advirtieran, además, con tomar otras acciones. Esa postura se dio luego de que esa emisora diera amplia cobertura sobre la denuncia contra el alcalde del municipio, por la supuesta venta de permisos de circulación durante la cuarentena.

La segunda agresión data del 28 de abril, cuando Página Siete denunció una campaña de amedrentamiento y persecución en redes sociales contra el ilustrador y caricaturista Abel Bellido (Abecor), quien hasta fue amenazado en mensajes privados y públicos.

La primera agresión en el contexto de la pandemia en Bolivia ocurrió 17 de abril, cuando un periodista de la emisora RKC fue arrestado cuando viajaba acompañando a una comisión oficial del municipio de Villa Tunari, que llevó una donación de frutas a Tomina (Chuquisaca). El 28 de abril se informó que el reportero guardaba detención domiciliaria tras ser imputado por los delitos de atentar contra la salud pública y uso indebido de bienes del Estado.

Pagina Siete

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