
El secreto de fuente y Ricardo Aguilar
El 11 de septiembre de 2021, partió el periodista Ricardo Aguilar (foto), un profesional culto y de probada valía. Lo evoqué este sábado cuando periodistas de Yacuiba me llamaron para explicar la importancia de la reserva de fuente para el periodismo.
Al empezar la entrevista el periodista Esteban Farfán me contó que un fiscal de Yacuiba había ordenado, a solicitud del alcalde de ese municipio (Carlos Bru del MAS), al periodista Roberto Puma presentarse ante un juez para revelar la fuente de un reportaje que hizo sobre el mal estado del desayuno escolar en la ciudad fronteriza.
En mayo de 2014, el Juzgado 11 de Instrucción en lo Penal de La Paz dispuso, a pedido del Procurador de aquel entonces, Héctor Arce Zaconeta (MAS), el “levantamiento del secreto de fuente” e instruyó a Ricardo Aguilar “revelar en el plazo de tres días los nombres” de quienes le dieron “información reservada sobre la demanda marítima boliviana” en La Haya.
Bru y Arce son del mismo partido y sus acciones son casi idénticas. Quizá Bru copió a Arce. Ambos pidieron identificar a las fuentes de informaciones que les afectaban como personas, pero satisfacía el derecho a la información de la sociedad. ¿Para qué exige un funcionario identificar fuentes? ¿Para felicitarlas o para castigarlas?
Como era obvio, Ricardo Aguilar se negó a revelar sus fuentes. Roberto Puma tampoco lo hará.
¿Por qué un periodista debe mantener el secreto de fuente? No sólo porque el artículo 130.II de la Constitución y el artículo 8 de la Ley de Imprenta garantizan este derecho-deber del periodista, sino por las graves consecuencias que puede generar para la sociedad democrática revelar fuentes.
¿Cuáles serían esas consecuencias? Una de ellas: No habría periodismo de investigación y sin periodismo de investigación muchos casos de corrupción nunca serían conocidos por los dueños de los recursos públicos, entre ellos: usted.
Por ello, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos estableció en 1996, en un fallo, que “la protección de las fuentes periodísticas es una de las piedras angulares de la libertad de prensa” y que “la ausencia de tal protección podría disuadir a las fuentes periodísticas de ayudar a la prensa a informar al público sobre las cuestiones de interés general. En consecuencia, la prensa estaría en menos condiciones de jugar el papel de “perro guardián” (de la democracia) y su capacidad para elaborar informaciones precisas y fiables podría verse disminuida.
A tono, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte-IDH) indicó, en una sentencia dictada el pasado el 23 de mayo, que resulta fundamental la protección de fuentes periodísticas porque es piedra angular de la libertad de prensa y, en general, de una sociedad democrática, “toda vez que permiten a las sociedades beneficiarse del periodismo de investigación con el fin de reforzar la buena gobernanza y el Estado de Derecho. La confidencialidad de las fuentes periodísticas es, por lo tanto, esencial para el trabajo de los periodistas y para el rol que cumplen de informar a la sociedad sobre asuntos de interés público”.
Como ves, el secreto de fuente no solo favorece a los periodistas, sino fundamentalmente a vos que en tu condición de ciudadano tienes el derecho y la obligación de fiscalizar el uso correcto de los bienes públicos. Ricardo Aguilar lo supo desde que abrazó el periodismo y su actitud valiente frente al poder aquella vez quedó como ejemplo para otros periodistas conscientes de que el interés público pesa más que el interés personal de un funcionario.
Por Andrés Gómez