
Violencia en Llallagua desata ola de críticas: Jeanine Áñez acusa a Evo Morales y exige acción de Luis Arce
- La expresidenta, desde prisión, responsabiliza a «milicias evistas» por la muerte de dos policías, mientras otros líderes políticos condenan los hechos.
La violencia registrada este miércoles en Llallagua, Potosí, ha generado una fuerte reacción en el escenario político boliviano. Dos efectivos policiales —el teniente Brayan Jorge Barrozo y el subteniente Carlos Enrique Apata Tola— perdieron la vida, mientras un tercer uniformado lucha por su supervivencia tras los enfrentamientos con grupos afines al Movimiento Al Socialismo (MAS).

Jeanine Áñez, expresidenta y actualmente recluida en el penal de Miraflores, lanzó un contundente mensaje: «Evo asesino, otra vez». En sus declaraciones, atribuyó la responsabilidad a «milicias evistas armadas con dinamita», que habrían atacado a los policías mientras estos intentaban proteger a la población civil. «Mi indignación es por la inacción de Luis Arce para proteger a los inocentes frente a estos delincuentes enviados a matar o morir en nombre de Evo Morales», afirmó, exigiendo al mandatario que «se ponga los pantalones» y cumpla con su deber de garantizar la seguridad.
La crítica no fue exclusiva de Áñez. Varios candidatos presidenciales, como Eduardo Del Castillo, Samuel Doria Medina y Manfred Reyes Villa, se sumaron a las condolencias y condenaron los actos violentos. Todos coincidieron en señalar la necesidad de que el gobierno intervenga para evitar más derramamiento de sangre.
Mientras tanto, el silencio del oficialismo sobre el papel de Evo Morales en estos eventos ha avivado las especulaciones. Las redes sociales y los medios de comunicación siguen de cerca el desarrollo de los hechos, en medio de un clima de tensión que recuerda episodios anteriores de polarización política en el país.
El reclamo es claro: justicia para las víctimas y acciones concretas para frenar la escalada de violencia. La ciudadanía espera respuestas ante lo que muchos califican como un nuevo capítulo de impunidad y confrontación.