Director de Régimen Penitenciario descarta aplicar modelo de Nayib Bukele en cárceles bolivianas

Juan Carlos Limpias defiende un sistema de reinserción social y critica comparaciones con El Salvador.

Miércoles, 12 de febrero de 2025 (FmBolivia).- El director de Régimen Penitenciario, Juan Carlos Limpias, rechazó la posibilidad de implementar en Bolivia el modelo carcelario del presidente salvadoreño Nayib Bukele, argumentando que el contexto nacional es completamente distinto y que dicho enfoque contraviene los principios de derechos humanos. Sus declaraciones surgieron a propósito del encuentro que sostuvo recientemente el líder opositor Samuel Doria Medina con Bukele, tras el cual el empresario aseguró traer ideas para aplicar en el sistema penitenciario boliviano.

Prensa Libre

El modelo implementado por Bukele en El Salvador se centra en la detención masiva de pandilleros y la construcción de un recinto especial para quienes son considerados “terroristas”. Según el mandatario salvadoreño, los internos deben trabajar para ganarse su alimentación. Sin embargo, esta estrategia ha sido ampliamente criticada por organizaciones de derechos humanos debido a las implicaciones éticas y legales que conlleva.

“El Salvador tiene un contexto absolutamente diferente”

Limpias subrayó que el modelo salvadoreño no es viable en Bolivia debido a las diferencias contextuales y a las obligaciones internacionales del país en materia de derechos humanos. “El Salvador tiene un contexto absolutamente diferente”, afirmó, añadiendo que adoptar ese enfoque implicaría que Bolivia tendría que abandonar las organizaciones internacionales que tutelan los derechos fundamentales.

En contraste, el jefe de penitenciarias destacó que Bolivia apuesta por un modelo carcelario basado en la reinserción social, la productividad y la educación, incluso con la incorporación de aulas universitarias dentro de los recintos penitenciarios. Este enfoque busca rehabilitar a los privados de libertad para facilitar su reintegración a la sociedad una vez cumplida su condena.

Limpias aprovechó la ocasión para criticar la gestión del expresidente Jaime Paz y el entonces ministro de Gobierno, Samuel Doria Medina, señalando que fue durante su administración cuando “hemos perdido prácticamente el control de todas las cárceles en Bolivia”.

Denunció que en aquel entonces se implementó la cárcel de Chonchocoro bajo un modelo punitivo que ignoraba la reinserción social, lo que, según él, resultó en un fracaso. “Ese modelo no funcionó y dejó graves consecuencias en el sistema penitenciario”, sostuvo.

A pesar de reconocer las deficiencias en infraestructura carcelaria, Limpias aseguró que Bolivia sigue siendo un ejemplo en comparación con otros países de la región. “Entonces hay que conocer un poquito del contexto nacional para hacer referencia y menos comparar con un país como El Salvador, que tiene un contexto de seguridad diferente y unas políticas absolutamente diferentes”, afirmó.

El director de Régimen Penitenciario defendió el enfoque actual del sistema penitenciario boliviano, enfocado en la rehabilitación y la formación educativa, como una alternativa más humana y sostenible frente a modelos punitivos como el de El Salvador. Para Limpias, priorizar la reinserción social no solo beneficia a los privados de libertad, sino también a la sociedad en su conjunto, al reducir la reincidencia delictiva.

Las declaraciones de Limpias reflejan el debate que se abre en Bolivia sobre cómo abordar los desafíos del sistema carcelario. Mientras algunos sectores ven en el modelo de Bukele una posible solución a la inseguridad, otros, como el director de Régimen Penitenciario, advierten sobre los riesgos de adoptar enfoques que prioricen la represión sobre la rehabilitación.

En este contexto, las propuestas de Doria Medina y otros actores políticos serán analizadas cuidadosamente, especialmente en un país donde el respeto a los derechos humanos sigue siendo un pilar fundamental de las políticas públicas. La discusión sobre el futuro del sistema penitenciario boliviano evidencia la necesidad de encontrar soluciones equilibradas que combinen seguridad, justicia y dignidad humana.