Reabren mercado ilegal y MAS busca su carta de ciudadanía

El mercado ilegal de la coca que está a cargo del dirigente del MAS Arnold Alanes volvió a funcionar desde ayer, cuando un grupo de personas abrieron el centro de abasto y, con escoba en mano, limpiaron los escombros tras la toma y quema del 8 de septiembre.

Este punto de comercio de la coca yungueña, que se encuentra en la calle 1 de Villa El Carmen, se activa después de más de un mes de la toma y quema del predio, también después de que Alanes se reunió la pasada semana con diputados del MAS que están en una abierta campaña para que el Gobierno legalice este mercado y le otorgue su carta de ciudadanía.

Mientras tanto, desde el otro frente, la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca) de La Paz, que ayer marchó y participó de un cabildo, continúa en estado de emergencia, rechazó la reapertura del establecimiento al observar que no es legal y afirmó que esta acción tiene el respaldo de los órganos Ejecutivo y Legislativo.

Mercado quemado

Desde temprano, después de ser desprecintado, los cocaleros se afanaron en limpiar el lugar para empezar con la venta de la hoja de coca. Era intensa la actividad en el galpón y en la acera de la calle 1, donde se veían varios taques de coca listos para su comercialización.

Gran parte de la pared frontal que originalmente era de color verde sigue negra, como indicio de que el predio fue quemado. Los comerciantes del mercado aseguraron que refaccionarán el lugar para convertirlo en un centro de acopio y venta “de lujo”.

Paralela a esta actividad, desde la Asamblea Legislativa Plurinacional la diputada Gladis Quispe (MAS) aplaudió la reapertura del mercado ilegal y pidió al Órgano Ejecutivo que legalice su funcionamiento. “Estos compañeros también tienen derecho a ganarse el pan de cada día, cuando no son queridos y bien recibidos, los hermanos tienen que buscarse modos para sustentarse. Instamos a los dirigentes del sector que busquen la legalidad de estos ambientes para darles tranquilidad para la venta de coca”, dijo.

Rechazo y protesta

En tanto, el expresidente de Adepcoca Armin Lluta afirmó que los impulsores del desprecintado no sólo son Alanes o la diputada Quispe, sino el propio Gobierno nacional.

“En una nota el ministro de Gobierno (Eduardo del Castillo) exige y pide que se acelere el desprecintado para poner en funcionamiento ese mercado ilegal”, declaró Lluta.

Aseguró que la medida es enteramente política por la presión que ejerce Quispe desde el Parlamento y que esa acción lo único que logrará es empeorar aun más el conflicto cocalero.

Ya son tres meses desde que el conflicto de los cocaleros de los Yungas persiste sin solución, el pedido principal de los productores que pertenecen a Adepcoca orgánica es el cierre del mercado ilegal de Alanes, exigencia que fue acompañada desde julio con marchas de protesta en especial en Villa El Carmen y Villa Fátima de la ciudad de La Paz.

En esos barrios los vecinos vivieron días de zozobra y temor por las explosiones de dinamita y las intensas gasificaciones que afectaron las labores educativas y el comercio de la zona.

Como saldo del conflicto sin solución, un cocalero sobrevivió “de milagro” a una explosión de dinamita y tres de los principales dirigentes fueron detenidos y ahora están en la cárcel.

Policía aprehende a cocalero discapacitado

Policías de Inteligencia aprehendieron ayer al cocalero Porfirio Riveros, un productor de base de los Yungas que enfrenta una discapacidad física en sus miembros superiores. El hecho se produjo a la conclusión del cabildo en la plaza San Francisco, al que Riveros asistió junto a otros cocaleros y cuando éste tomó un vehículo de transporte público fue interceptado por los policías que lo trasladaron a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen.

La abogada Evelin Cossío informó que el cocalero prestó su declaración informativa y se prevé que esta jornada se realice su audiencia de medidas cautelares. Según la jurista, Riveros es acusado de la toma y quema del mercado ilegal de coca, no obstante, éste negó su participación.

Fuente: Pagina Siete