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Suman al menos 70 huérfanos, más de la mitad fueron testigos

Luego de ver cómo su papá mató brutalmente con una picota a su mamá y hermana mayor en Cotoca (Santa Cruz), una niña de 10 años salió de casa y pidió ayuda a sus vecinos. Sus dos hermanos menores y su sobrino también fueron testigos del hecho.

En El Alto, la historia de Rosa, una niña de dos años y medio, conmovió a las autoridades y a la ciudadanía. Su mamá, Margarita, fue asesinada por su pareja, quien luego del hecho abandonó a la pequeña en vía pública.

No son los únicos casos. De los 70 niños que quedaron en la orfandad en lo que va del año por feminicidios, 42 presenciaron los asesinatos de sus madres en manos de sus padres o estuvieron en la misma vivienda donde sucedió el hecho, es decir el 60%, de acuerdo con un registro elaborado por Página Siete.

Las edades de los huérfanos van desde los tres meses de edad hasta los 15 años, según el reporte de este medio.

Para la psicóloga y activista Marynés Salazar, presenciar este tipo de delitos, como un feminicidio, puede provocar traumas en los niños. “Si (los casos) no son trabajados en procesos terapéuticos, pueden generar una cadena de reproducción, ya sea por violencia o victimización”, explicó la especialista.

La representante del Colectivo Mujeres de Fuego, Fátima Terrazas, aseguró que si estos menores de edad no reciben algún tipo de terapia, pueden tener secuelas que repercutirán cuando ellos sean jóvenes.

Según Terrazas, “nadie se hace cargo” de estos niños que son las otras víctimas de los feminicidios, tampoco hay un centro especializado en Bolivia para ofrecer terapias. “Por lo menos deberían ser dos años de terapia, con sesiones cada 15 días o tres veces al mes”, dijo.

Generalmente, estos pequeños se quedan con la familia de la madre. En su mayoría están con la abuelita, “una persona mayor de 70 años para arriba, sola, que no tiene dinero, no tiene trabajo y le recae la responsabilidad de cuidar al niño”, explicó Terrazas.

La activista indicó que en esos casos, el primer mes, la familia y hasta los vecinos ayudan a los menores de edad, pero después se olvidan. “Luego, quién ayuda en educación, vivienda y alimentación”, dijo.

De acuerdo con Terrazas, en la modificación de la Ley 348 se solicitó la inclusión de un capítulo especial para los niños en orfandad por feminicidio. Se solicitó, además, un proyecto específico para atender a esta población vulnerable.

La asesora legal y Fundadora de Voces Libres, Mercedes Cortez, lamentó que para el Estado “esos hijos no sean visibles ni se den cifras oficiales al respecto, por eso nadie sabe en qué estado se encuentran los pequeños”.

Cortez dijo que obviamente el 100% de esos niños están sufriendo por la pérdida de su madre, pero “ese 60% con mayor motivo porque hay un trauma al presenciar la muerte de sus progenitoras en manos de quien decía que los amaba y de quien debía proteger y ser el ejemplo”.

Según la abogada, falta mucho por hacer. “Ni siquiera el aparato estatal se hace cargo de un niño que quedó huérfano porque su mamá ha muerto, menos va a cuidar a estas personas que son las verdaderas víctimas de este flagelo”, sostuvo.

Nadie sabe si estudian, comen o si están sanos. “En nuestro medio ellos no tienen garantizado el acceso a universidades y colegios, no tienen acceso a la salud gratuita”, añadió.

De acuerdo con Cortez, de los 100 huérfanos que contabilizaron desde 2013 hasta la fecha en Cochabamba, 24 son apoyados por la fundación. Contó que hace un tiempo visitaron a un niño que se fue a vivir con su tía, él lloraba de dolor de estómago, pero ella “minimizó el problema de salud porque no era su hijo y solo le dio un mate”. El pequeño fue trasladado al hospital y a los 15 minutos fue operado de su apéndice.

Feminicidios – infanticidios

En lo que va del año, tres niños que presenciaron los crímenes de sus madres también fueron asesinados por los agresores. Un caso ocurrió en Chuquisaca, donde un hombre mató a su esposa y dos hijos, según un registro elaborado por este medio.

El segundo caso se registró en Uncía (Potosí). Nelly y su hijo de tres años fueron asesinados brutalmente por Efraín.

Ambos agresores se quitaron la vida luego de sus crímenes.

“En nuestro medio ellos no tienen garantizado el acceso a universidades y colegios, no tienen acceso a la salud gratuita”.
Mercedes Cortez, abogada

Pagina Siete.